La mezcla entre
ficción e Historia es una práctica constante que se da en la literatura
latinoamericana y, quizá, con mayor frecuencia en la mexicana. Es, talvez, una
necesidad de reconstruir el pasado para reconciliarnos con éste o sanar las
cicatrices histórico-sociales que venimos arrastrando.
Semanas atrás, escuché a Pedro Ángel
Palou hablar acerca de la delgada línea roja que divide la “Novela histórica”
de aquellas novelas que –sin seriedad– buscan confundir al lector. Por eso,
sugiere leer con cuidado a ciertos autores que se las pintan de “grandes
desmitificadores” de la Historia de México y así no perder la brújula histórica
ni la literaria.
Pero ¿qué pasa cuando una novela que no
pretende ser histórica, recurre a datos fidedignos para construir una gran
ficción? ¿Cómo se le llama? ¿Le cabe alguna etiqueta (pensando en los
académicos literarios)? No sé, ni interesa saberlo. Lo que importa es que
Álvaro Enrigue ha entregado un monstruo de novela que atrapa, entretiene,
divierte y en el camino arroja una serie de datos históricos: Muerte súbita; reconocida con el Premio
Herralde de Novela 2013, y nos confirma que la pluma de Enrigue aún tiene mucho
que ofrecer al lector.
Muerte
súbita, a través de la fragmentación y el entrecruzamiento
de historias, narra un partido de tenis a tres sets entre Caravaggio y Quevedo:
los estrellas del momento, que buscan salvaguardar su honor ante el
contrincante y la sociedad. De forma paralela a esta historia central, Enrigue
cuenta el posible destino que tuvo la melena de Ana Bolena y el proceso de
conquista protagonizada por Hernán Cortés, La Malinche y Moctezuma. En medio de
todo esto, el novelista habla de la Contrarreforma y el impacto que tuvo en la
Historia, de igual forma, decide disertar del por qué escribió esta novela.
Álvaro Enrigue ha optado nuevamente por
arriesgar y entrega una novela propositiva. Es un autor que no se estanca, que
no se conforma con una fórmula y deja en claro que le sigue divirtiendo
escribir novelas.
Muerte
súbita es una novela que gracias a su fragmentación,
dinamismo, prosa fluida y originalidad, logrará que el lector pase un rato
agradable y recorra de forma amena algunos acontecimientos del pasado que
definieron nuestro presente.
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*Muerte
súbita. Álvaro Enrigue. Anagrama-Colofón: 2013. México.
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