sábado, octubre 22, 2005

La mesa con ventana

Nunca dejo de ser un pobre diablo desde aquella noche en las calles citadinas bajo las luces mortecinas de su dolorosa ciudad. Hoy camina por la misma calle con un libro bajo el brazo y con veinte ideas en la mente sobre como cambiar el mundo, hace años era lo mismo, la única diferencia es que ahora lo hace solo, siempre fue así, pero nunca lo quiso aceptar.
Su caminar siempre ha sido tímido mirando para el piso, a veces hacia al cielo como clamando perdón a un Dios en el que no cree, pero siempre le habla como si fuese el amigo imaginario que tuvo en la infancia, otras raras ocasiones lo hace admirando el paisaje de siempre, el único barroco que queda en medio de una post-modernidad absoluta, el que siempre miraba en esas épocas juveniles por la amplia paz que le traían, ahora sólo son recuerdos que caen como intempestivas lluvias cuando osa mirar hacia cualquier viejo edificio candidato a ser una ruina más.
Precisamente este nublado día de febrero el recuerdo que por siglos vive en su cabeza, e intenta olvidar cada año y cada décimo primer rememora con la misma intensidad con que el ferviente reza cada semana santa a aquel personajes que crucificado sangro por una sociedad que milenios después lo utilizo como una marca registrada. Hoy ha decidido cambiar la rutina que había seguido hace diez años: caminar por el centro, comprar su diario y un nuevo libro de ese autor que narro la novela que nunca pudo escribir Juan, porque susodicho personaje, se había adelantado, después se sentaría en la banca donde la vio por última vez con la constante esperanza de encontrarla, o de conocer a otra chica guapa, como sucedió con Alma. Pero, ahora fue a caminar a una plaza comercial de esas en las que abundan seres inconsistentes con la humanidad, pero firmes con el consumismo. Seguro pasará por desapercibido, nadie en esos lugares se fija en pobres diablos y basado en esa teoría podrá seguir a la primera mujer que le agrade al ojo o al primer caballero con elegancia.
El lugar de su elección es grande y perfecto, muchos locales donde venden ropa, joyas, relojes, zapatos que valen lo que un Mercedes Benz, así como distintos alimentos de preparación rápida y expulsión del cuerpo instantánea. También están las monstruosas tiendas, donde se necesita tener la solicitada tarjeta de crédito, para poder entrar y no ser tratado como un pobre diablo. Lógicamente no existe ninguna librería, otro punto a su favor, así que nadie notara su presencia porque se encuentra sentado en una banca donde la estadística de gente que no lee ningún libro abarrota ese lugar. Quiere omitirse, para sentir lo más parecido a la muerte.
Así que busca el café más caro del lugar, porque ahí aumenta la matemática de jamás ser reconocido y pasar como perfecto idiota. Me puede dar aquella mesa que tiene una ventana que da a la ciudad, pide al mesero acomodador, a lo que le contestan, sí, pero primero necesito saber si cuenta con la tarjeta de moda, debido que las políticas de nuestro jefe así lo dictan. Claro, no se preocupe, en estos momentos se la enseño y no sólo la requerida, sino que también la que esta por tres niveles encima de dichosa tarjetita, con lo que Juan garantizo recibir las mayores atenciones, entres las que se destacan: el honor de ser atendido por la mesera exclusiva. A Juan la idea se le hace perfecta. Por primera vez será atendido como si fuese un personaje influyente. Ya en la mesa, escoge el lugar más cómodo para ver el paisaje y no ver a la gente. En lo que observa la línea divisoria entre la modernidad y la antigua ciudad, la mesera se acerca a pedirle la orden, Juan sólo contesta tráeme lo más caro y sabroso que tengan. Entendido, contesta la atractiva mesera.
Pasa una hora,  el sigue viendo lo que hay pasando la ventana, la comida aún no llega, pero no le importa, porque ahora su cabeza está recordando las diversas historias y los momentos pendientes, pero siempre presentes que vivió a lado de ella. Diez minutos después recibe la comida que ordeno acompañada de un vino y una carta, seguramente vendrá con alguna leyenda previamente pensada para todo aquel cliente que llegará a sentarse en esa mesa. Al abrirla, nota que su teoría era diferente, la carta decía: Es increíble volverte a ver en un lugar tan poco común para personas como tú. Atte. Alma, la mesera exclusiva de la mesa con ventana

viernes, octubre 21, 2005

El barco de la ilusión

El próximo miércoles 26 de octubre se llevará acabo la presentación de la novela El barco de la ilusión del prolífico autor poblano Fritz Glockner, es una obra biográfica del inolvidable e inigualable Germán Valdez, mejor conocido como Tin Tan. El escenario será la Cinemateca Luis Cabrera de la Casa de la Cultura de Puebla, ubicada en la 5 Ote. No 5. Al escritor de Cementerio de papel, lo acompañaran Carlos Taibo (Director de la Cinta Club Eutanasia) y Humberto Mussachio (Reconocido periodista).
La invitación está hecha.

jueves, octubre 20, 2005

Deseos primarios

Está noche quiero ser cosquilla y convertirme en el chocolate que embarra a la fresa de tu pensamiento, disolviendo uno a uno.
Para luego salir por tu boca y un dedo tuyo recoja mi esencia.
Me frote en cualquier parte de tu cuerpo y con el calor que emane de éste, evaporarme y talvez me respires.
Mañana quiero ser la sábana que cubre tu cuerpo desnudo.
A medio día el cigarro que enciendes para calmar tus nervios.
Y más tarde la manzana que comes antes de escribir.
El domingo me gustaría ser Dios, para que me dediques una hora. Me digas tus deseos y tus pecados.
Ese mismo día, pienso metamorfosearme en el Diablo y convertir tus pecados en mi prioridad de vida.

Al poeta amigo.

A una platica en una oficina del centro, donde tuvimos como cómplice a Alma Flores. A esos festivales que vulgarizan la poesía.

(Noviembre 2004) - versión final

A Roberto M. Garcilazo.
Joven, Señor
lleve, lleve, lleve
calientito
                nuevecito
recién salidito del horno
un poema
                  pa’ su novia, pa’ su puta
pa’ su madre o pa’ su vieja.

Precio único
                      llévese cinco
y pague dos
a solo dos varos.

Yo también me prostituyo.
      Como cuando me acuerdo
a veces duermo.

Nunca entiendo a las mujeres,
pero qué bien me besan.

No escribo por fama
pero leo ante el público
cuando puedo y quiero.

Yo también me prostituyo;
a un peso el poema,
                  la dedicatoria.

A dos amigos.

(Octubre 2004)- versión final

A Jenny Kim y Conrado

In Koch Te Pini
In Koch Te Pini
Amo Michon Tenau

Un cigarro
dos, tres y siguen,
cinco segundos menos
de vida por cigarro.

Fumar causa cáncer
dice la cajetilla
pero ¿la amistad causa cáncer?
en mi defectuoso ser, sí.

Tengo cáncer de ti,
¡qué rica enfermedad!

Cada vez que bailo,
                                  toso
cada vez que toso,  
                                bailo
y todos los ritmos
me acosan tiernamente
cuando toso y bailo.

Un cigarro,
                   una danza:
bailo,
         toso,
luego escribo
sobre la vida
y sus placeres.

Un poema para Alma

A Alma Flores, la siempre tierna y cauta amiga.

Lluvia negra/ que cae en la tierra/ de mi vida.
Tierna de/ voz impasible/ mirada imponente/ y  belleza griega/ penetraste en mi alma.
Escuchas mi agonía/ vigía de mis desvelos/ diseñadora de consejos.
Mujer/ de periódica aparición,/ como la literatura/ embriagaste mi vida/ con la intensidad del vino tinto/ muy lento y cálido.
Diluvio de septiembre/ empápame de tu agua,/ sin dejar parte seca.

Sobre dos escritores.

Rescato unos fragmentos de algunos de mis columnas: Inventario Juvenil, donde hablo de dos escritores que realmente aprecio y admiro.

Xavier Velasco y Pedro Ángel Palou García, engalanaron las letras en Puebla.

Ambos presentes en el 3er Encuentro de Estudiantes de Lingüística y Literatura, realizado los días 15, 16 y 17 de agosto del año que se nos acabará pronto. Quienes crearon polémica. El primero estuvo el lunes 15 de agosto, y de quien todos esperaban que hiciera un acto memorable en la Sala de Cabildos al recibir su Cédula Real de Puebla, esperaban un show, querían que los Regidores, sobre todo los panistas, hicieran gestos de arrepentimiento, querían que los priistas se espantaran, pero también rieran. Sin embargo, se comporto serio, dijo uno que otro chascarrillo, pero nada fuera de lo normal. Luego como todos supieron, se presentó en el Salón Barroco del Edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, donde se acostó en la mesa, brincó desde lo alto del presidium para dar a las duelas tan delicadas del Barroco, ahí bailó, gritó y cantó su memorable rap del Diablo Guardián. Al acabar su show, un anciano del Collhi disfrazado de estudiante, vociferó: ¡Yo no estoy de acuerdo con que usted azote su mano en la mesa, brinque sobre la duela de este salón de épocas antiguas, un salón patrimonio de la humanidad! Poquito más y le pide a Velasco que se hinque y pida perdón por cometer tal fechoría. A lo que Velasco respondió: Respeto tu idea, pero no la comparto. Entonces el público se murió en aplausos al autor del Materialismo Histérico (Alfaguara, 2004). Un escritor que comentó que la literatura se debe vivir y no estudiar, que pidió no canonizar a los escritores, perderles miedo y faltarles el respeto, que el prefería firmar un libro maltratado a uno que estuviera bien cuidado, porque el primero era indicio de que el lector se emocionó con el libro. En fin, sin duda Xavier Velasco, vino a contagiarnos de irreverencia, picardía y atrevimiento. Tanto fue el contagio que Juan José Oroza, Director de Modalidades Alternativas de Educación, contestó al final, que era un agrado tener a Xavier Velasco en este 3er Encuentro de Estudiantes y que era bueno que esta Universidad cuente con mesas resistentes, y lo volvió a invitar a participar el siguiente año.
El miércoles 17 de agosto, fue el turno del amigo Pedro Ángel Palou García, actual Rector de la UDLA-P y el mejor escritor que tenemos en Puebla. Quien también se encargó de crear polémica. Fue una charla rica, pues la figura de ex-alumno del Collhi, se encargó de hablar, dejando al lado la figura de Rector de la UDLA-P, pero sobre todo habló el escritor que tanto nos ha dado con su narrativa. El villaurrutia poblano dijo al público cosas como estas: el escritor es un ser humano solitario y reflexivo, que escribe no para hacer más inteligible el mundo, sino para ahondar en la perplejidad que significa estar vivos en el mundo. Al referirse al nuevo concepto de ir a clases, de estudiar y de la autoridad, comentó: Si algo ha hecho la red internacional, la Internet, ha sido cambiar el concepto de autoridad y democratizar el saber. Hoy en día el libro es un objeto para unos cuantos y la computadora es un objeto universal, que si bien no todos la tienen en casa, todos la consultan. Asimismo, nos aseguró que para ser un escritor literario, uno debe aprender tres cosas: la primera es la desilusión; “la literatura es como el Monje Zen que te pega en el hombro y te dice no te ilusiones”. La segunda es la honestidad; “el aprendizaje de la honestidad en la literatura viene parejo a la pérdida de la identidad. El que lee de verdad sabe que ha perdido su identidad”. El tercer aprendizaje es descubrir la mirada despiadada; “despiadada con uno mismo, no con el otro. El verdadero humor en literatura no se burla del otro, se burla con el otro”. De este último aprendizaje Palou nos pidió a los jóvenes tener mucho cuidado porque “actualmente el mercado lo que precisamente produce son escritores que se ven a sí mismos con mucha piedad y entonces cada vez más ven a los otros, sólo a los otros, despiadadamente”. También comentó que la literatura se estudia y se debe hacer con seriedad, ya que es un ejercicio profesional que requiere de todo el tiempo: el escritor ha aprendido un oficio con el que piensa, come, desayuna, y convive todo el día; ve la realidad a partir de los ojos de ese oficio, lleva todo el tiempo un gran peso sobre la espalda que es el peso de la desilusión, de la honestidad, el de la mirada sin piedad, y el peso de la pérdida de la identidad. Desde luego que la visión del autor de la novela Quién dice sombra de reciente aparición y publicada por Joaquín Mortiz de Editorial Planeta, contradice por mucho a la comentada y compartida por el autor de Luna llena en las rocas (Cal y Arena, 2000). Estás visiones diversas dan a los jóvenes recién ingresados al Collhi y en general  a todo estudiante de literatura, un enorme abanico de ideas, para poder elegir el rumbo que deben y quieran seguir. Ambas formulas han funcionado. Una es más trabajada y otra más improvisada. Pero sobre todo los dos han tenido el atino de compartir sus ideas, de buscar que otros las conozcan y decidan cual tomar. No como aquellos que aparecen retratados en la reciente obra de Pedro Ángel Palou García y que en cuanto se lean y se vean retratados no tardarán en ladrar, pues ya tienen amplia experiencia. El representante del Mtro. Enrique Agüera Ibáñez, Rector de la BUAP en la conferencia que dicto el autor de Música de Adiós, fue Luis Enrique Sánchez Fernández, Coordinador de la Unidad de Gestión Institucional, un gran atino también, pues claramente se notó la amistad existente entre el orgullo literario de Puebla y Don Enrique Sánchez.

¿Pedro Ángel Palou García vs. Xavier Velasco?

Era más o menos el titulo que dictaba uno de los blogs (páginas personales) de la amiga Maribel (www.fulguris.org/27minutos), constante estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras. Pero yo no los enfrentaría de tal forma. Son polos opuestos en cuanto a personalidad y literatura como lo dije en columnas atrás, pero no creo a ese extremo.
Efectivamente Xavier Velasco es un showman, vive como escribe o viceversa, es irreverente en todos los sentidos, no sigue los paradigmas de la sociedad, pero su literatura ha aportado de una u otra forma, entre ellas como bien lo señalo Maribel: la literatura es: divertida, alegre, desaforada, donde puedas hacer lo que quieras y tener todas las libertades, no atarte a los modelos de los “sumos sacerdotes” que limitan tus capacidades. Pero el trasfondo de la personalidad de Velasco es otro o al menos así lo he interpretado. El creador de Pig y Violetta, ha basado su forma de ser por dos cuestiones: quiere llegar al lector joven y quiere hacer que este lea, lógicamente con la experiencia que le dio el ámbito de la publicidad, ha encontrado la forma de llegar a este, y es precisamente la postura de actor salido de televisión, la que ha provocado que el joven lea a Velasco o al menos que se acerque a la literatura, gracias a Velasco y por querer entender a la generación del Crack, me acerque al imprescindible Faulkner. El escritor de Luna llena en las rocas, de próxima re-edición, quiere quitar la idea de que los grandes escritores son sumos sacerdotes, para que el joven lector pierda miedo y los lea, su comportamiento obedece al mensaje: tu puedes ser un personaje de la literatura, así de irreverente, cuando te acercas y lees un libro.
Ahora bien, el magnánimo Palou García, tiene una visión de mayor disciplina y entrega, este joven escritor, por mucho el único decente e imprescindible de esta ciudad en cuanto a narrativa se refiere, junto con el desaparecido Alejandro Meneses, es de los escritores que al momento de escribir se convierte en los personajes, se deja llevar por ellos hasta donde estos quieran, es capaz de ejercer perfectamente el desdoblamiento lo que origina un perfecto texto literario, donde uno precisamente puede sentir las emociones que va viviendo el personaje, donde uno se siente Andrés y tiene ganas de conocer a Mónica, ambos personajes de su novela erótica Qliphoth, todo esa habilidad anudada a su gran respaldo en cuanto a estudios literarios y sociológicos, siempre culminan en un gran libro. Palou García, busca acercar al joven lector y al lector en general a la literatura más seria, más solemne, pero no por ello menos divertida. Ambos son géneros distintos, corrientes tal vez diferentes, pero llevan un fin, crear lectores a su manera y eso es lo que debemos tomar en cuenta. Son dos escritores que deben verse con otro tipo de óptica.
Sin duda la nueva literatura mexicana ha trascendido gracias a esta nueva generación de escritores: Volpi, Padilla, Eloy Urroz, Herrasti, y Palou García, todos ellos de la generación del Crack, así como Cristina Rivera Garza y Xavier Velasco, en Puebla aparte del autor de Quién dice sombra, los jóvenes Alí Calderón, Lorena Ventura, Gina Morales, Conrado Zepeda, por nombrar algunos, han sacado la cara por Puebla.    

Fragmentos de dos novelas.

Despertar con la conciencia de otro cuerpo junto al nuestro es quizá la experiencia más tranquilizadora para el ser humano”. Andrés se detiene sobre lo que ha puesto en la página y lo relee varias veces, intentando exprimirles a las palabras el recuerdo de lo que quisieron decir y no pudieron. Esa mañana fue mucho más maravillosa de lo que ha podido expresar. Por más que ha intentado no puede dejar de ser falso. No quiere decir mentiras, no quiere escribir nada que no ha pasado, pero al escribirlo de otro modo lo trastoca y lo vuelve mentira;  esa mañana al despertar y rozar por casualidad la suave piel de Mónica, él se sintió el hombre más feliz de la tierra y no puede ponerlo porque le parece cursi. Y es cierto, pero cruel. Fragmento del capitulo tres de la novela Qliphoth (Sudamericana, 2003), del dueño de esta frase: La literatura está creada para hacer con ella las preguntas más fundamentales de la vida, lógicamente el actual Rector de la UDLA-P.
El Señor esté con vosotros... El sepelio es el fin de la primera persona. Una ocasión pomposa donde unos cuantos ellos despiden a otro yo de su nosotros, a la vez que lo envían a otro ellos, más hondo e insondable. Ellos: los que no están, ni van a estar. Los que, si un día estuvieran, nos harían correr despavoridos. ¿O no es así, despavoridos, como dicen que corren los que huyen de los muertos? Lo más fácil, e incluso lo más lógico, sería que enterrásemos a nuestros difuntos en el jardín de la que fue su casa. Pero entonces ya nadie se sentiría en su casa, ni en su mundo, sino sólo en el de ellos: los temibles difuntos, a quienes conducimos al panteón para poner entre ellos y nosotros no sólo tierra, sino de preferencia un mundo de por medio. Por más que añoremos a nuestros muertos, no queremos estar ni un instante en su mundo. Ni respirar su aire, ni mirar su paisaje. Fragmento del capitulo 1. ¿Quién de ellos no era yo?, de la novela Diablo Guardián (Alfaguara, 2003), del irreverente Xavier Velasco.

Un inventario para Meneses

A continuación pongo un Inventario Juvenil (Columna que escribo para el Diario Cambio de Puebla) y que fue publicada a los pocos días del fallecimiento de uno de los mejores cuentistas de Puebla, Alejandro Meneses, por ahí de los primeros días de Julio.  

Inventario Juvenil
alfredogodinez_periodicaliteratura@hotmail.com
Alfredo Godínez

“Hay hombre que luchan un día y  son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.”
Bertold Brecht.
A la Muerte de Alejandro Meneses (1960-2005)

La imprescindible literatura.

Miércoles seis de julio del año dos mil cinco. Leo la quintacolumna del joven Mario Alberto Mejía. Algo raro tiene, en un párrafo cambió de voz, salió a relucir la poética. Anunciaba un lamentable suceso, el narrador Alejandro Meneses tomó vuelo a otro mundo. Jaime Mesa en Intolerancia Diario redacta En los días extraños; réquiem por Meneses. Un texto en honor del ausente. En este nos regala una verdad: Meneses aunque escribió dos libros no es Rulfo. Mesa, como lector pedía más. Otras columnas como el Tablado de la Farsa de Pimentel o Bajo el Sol (antes la Comedia) del amigo Roberto M. Garcilazo, nos regalaron recuerdos sobre el hoy desaparecido escritor.
Al siguiente día, una carta a Meneses, decía: Querido Alejandro: Tal vez mis palabras no te sean gratas, incluso en un viaje esperado que todos posponemos. Pero la muerte nos iguala. A todos. Te lo dije alguna vez en persona y ahora lo repito en público: eras nuestro mejor narrador. Tenías diablo, duende -si fuera poeta-, demonio, vamos. Ningún libro de cuentos escrito en Puebla iguala a tus Días extraños. Lo sabías. Quizá por eso. Pero no nos vamos a poner nostálgicos. Tú que odiabas la autocomplacencia. No pudimos comprendernos, en persona. Algo en mi ser te repelía. Y lo supe siempre. ¿Recuerdas aquella increpación en la Casa de Cultura? Yo te oí, desde mi admiración. ¿Supimos quererte? Puebla no quiere a sus escritores. Eso es claro. No los lee, de hecho. Yo tampoco te busqué, hubiese sido en vano. Lo mío te parecía vano, efímero. Y quizá tengas razón. No lo sé, tampoco. Alguna vez me dijiste efectista. Tú, que creabas atmósferas. Y las vivías. Sólo te copio, donde quiera que estés, lo que me escribió Roberto Bolaño antes de morir: "Ninguna inmortalidad literaria vale lo que la felicidad en la vida". Diviértete, maestro. Hecha por Pedro Ángel Palou García, contundente. El viernes de está misma semana (la pasada), nuevamente Mario Alberto Mejía en su celebre quintacolumna, hace una reflexión político-literaria-cultural, acerca de la carta del ¿efectista? Pedro Ángel Palou. Artículo duro en su contenido, pero veraz.  

Honor a quien honor merece.

Esta columna y estas palabras seguramente son incorrectas, sobrantes, vanas y ridículas para algunos. Dirán que no tengo derecho de hacerle honores a Meneses. Pero aún así lo haré.
Puebla te extrañará, la narrativa poblana tardará en encontrar a alguien que te pueda pisar un cacho de sombra. Ahora tu obra seguramente cobrará más vida, siempre es así. Uno se muere y se empieza ser más reconocido. Tú ya sabías que eras bueno, tal vez por eso te fuiste con tres libros,  sólo tú sabrás las razones por las que renunciaste a seguir publicando. Pero no fuiste ingrato con la ciudad que siempre amaste, como nos dijo Moisés Ramos, nos dejaste como herencia tus obras y desde luego a todos aquellos que fueron tus alumnos, quienes ahora llevarán más que tatuada en la piel las enseñanzas del escritor que murió como mueren los escritores buenos, de la manera más extraña, como recalcó Andrade. He de confesar que siempre quise ser tu alumno, para cuando intenté serlo ya te habías mudado a Planta Alta a seguir con tu escuela. Yo si te busqué, desgraciadamente un día extraño en otras tierras perdí sus Días Extraños  y en otros tiempos Pimentel prometió constantemente pasarme Ángela y los ciegos, (cosa que dudo que llegue a pasar en estos tiempos). Tampoco fui tu amigo y en estos momentos mis palabras son nada para algunos, pero una cosa  son las diferencias en las visiones en cuanto a la cultura poblana y otra la vida misma. Creo, tú ya sabías eso, por eso te dedicaste a escribir. Te fuiste logrando lo que todo mundo desea, ahora no sólo tus amigos cercanos te han dedicado palabras, sino también los extraños y los menos indicados hemos querido mandarte un mensaje, y eso sólo lo logran los grandes. Nos dejaste, seguramente te cansaste de este mundo, por eso partiste en busca de cosas nuevas, de algo mejor.
Meneses no es Rulfo, sería una ofensa para ambos, Meneses fue por sí mismo y Rulfo igual. Tampoco creo debemos caer en comparaciones y a cada quien debemos darle su lugar, Meneses se ganó el suyo, alcanzó su propia voz literaria, encontró su estilo y Palou también se ganó su lugar. Ellos comparten mucho en común, son los dos mejores narradores poblanos en la actualidad y han sido los únicos que no se quedaron como unas simples glorias locales, fueron por más y ahí están. Comparto la visión con Mario Alberto Mejía; Meneses, vivía a gusto tomando alcohol era como un Bukowsky poblano. Palou García es más ¿propio? Si quieren verlo de otra forma unos dirían que Palou escribe para las clases altas y Meneses para lo que antecede. Pero ambos desde su trinchera han hecho más por Puebla que cualquier “intelectual de abolengo”, llámese Miguel Campos o Eduardo Merlo. Creo también que el único político poblano que no se alejó de los escritores y de los verdaderos intelectuales fue Melquíades Morales, quien por cierto, según anécdotas compartidas por Palou García en un taller que daba en la Casa del Escritor, Morales Flores era una persona culta y de mucho respeto. En fin, esa carta de Palou García nos da mucho a reflexionar acerca del estado en el que se encuentra la literatura y la cultura en Puebla. Pero también las columnas y artículos vertidos a la muerte de Meneses, nos da otro tanto. En fin, columnas habrá tal vez para contradecir mi versión acerca de la verdad (que no la única, verdades hay demasiadas) u otro tipo de respuestas, pero insisto si la literatura poblana en la actualidad se gana un reconocimiento en el país lo será gracias a nuestros imprescindibles Palou García y Meneses. Ojala y nos alcancé la vida a las glorias locales y a los remedos de editores como alguien por ahí me nombró para agradecerles a estos dos escritores que nuestra literatura tenga voz y presencia en el país y porque no decirlo a nivel internacional como ya se ha encargado de hacerlo el ¿efectista? Palou García.
  
Inventario Sentimental.

Al final de este viaje / en la vida quedarán/ nuestros cuerpos hinchados de ir/ a la muerte, el odio, al borde del mar/ al final de este viaje/ en la vida quedará/ nuestro rastro invitando a vivir/ por lo menos por eso es que estoy aquí… Fragmentos de Al final del viaje, de Silvio Rodríguez.

Los que quisieron escribir.

Los que quisieron escribir.

Hace tiempo que en Puebla no se escribía una novela a modo de radiografía de la literatura poblana, vista desde la perspectiva de la tercera persona y contada al estilo de un alumno literario de James Joyce. Unos 25 años atrás una generación de jóvenes (Mariano Morales, Juan Carlos Canales, Giinter Petrak, Teresa Martínez Terán, Ángel López, Ricardo Hernández, Jesús Bonilla, Fausto Idueta, Óscar López, Juan Gerardo Sampedro -considerado actualmente uno de los mejores editores- y Pedro Ángel Palou García, premio Xavier Villaurrutia 2003) tallereados por Miguel Donoso Pareja, prometían ser los escritores que Puebla buscaba, era aparentemente una gran generación. Pero fracasó rotundamente. Se convirtieron en todo lo que odiaban.
Y es el más chico, la mascota de esa generación, quien cuenta la historia. Querido lector, me refiero a Quien dice sombra, la novela más reciente del poblanísimo Pedro Ángel Palou García. Una obra muy arriesgada, donde el autor de Bolero (Nueva imagen, 1997), no esconde el perfil de sus ex-compañeros. Una novela cruda, fría. No tiene héroes, sólo personajes de carne y hueso, que defecan, comen, trabajan y se embriagan como cualquiera. Una obra donde uno como lector corre el riesgo de identificarse con los personajes más fútiles o con Ortega, el personaje principal. Todo comienza en las primeras horas de un ocho de octubre al oír: en un día del hombre están los días del tiempo, frase dictada por el abuelo de Ortega y acaba en la madrugada del nueve de octubre después de una borrachera inolvidable o tal vez con ganas de quererse olvidar. Un párrafo divido en tres partes que va avanzando al ritmo del día, pero también retrocede según el recuerdo que le venga a Ortega. Una historia donde todos los personajes son sombras que dan lastima y Ortega un personaje que sólo vive por no tener de otra y convive con ellos por no tener nada peor o mejor que hacer. Un párrafo que conforme avanza, sufre una las peripecias de Ortega y se enrabia con los comportamientos de los otros.
Es la verdad de una generación contada con una rabia que contagia. Tal vez esos que no progresaron necesitaron un Tío Celerino. Sólo Palou García, logro tener una proyección nacional e internacional.

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Quien dice sombra, Pedro Ángel Palou García. Ed. Joaquín Mortiz. Col. Narradores contemporáneos; México, 2005, 216 pp.

miércoles, octubre 19, 2005

Jugamos

Juguemos un juego.
Mientras me dices al oído: te amo y pasas tu lengua dulcemente por él. Yo te voy quitando lentamente con mis manos la blusa que llevas puesto. Mientras tus manos recorren suavemente mi cara, las mías desabrocharan el pantalón que está al nivel de tus caderas. Cuando mi boca pase lentamente por tu ombligo, tus manos se desharán del sujetador de tus senos y mis manos bajarán la tanga que cubre el paraíso de tu cuerpo.
Cuando beses mi cuello, tus manos irán quitándome el pantalón.
Después el vino tinto será el cómplice de un texto que quiso ser erótico y las fresas con chocolate serán la pluma que escribió todas las frases que nos dijimos al oído.
  
  

Invierno

Hace inviernos que recuerda su cuerpo junto al suyo, era una mañana fría de enero, pero cálida como las mañanas de mayo. Caminaba desnuda y con paso lento, de la recamará a la cocina, iba por el cenicero para poder fumarse el cigarro matutino. El trabajo lo esperaba, pero era más importante verla fumar desnuda, bajo las mismas sábanas que él, platicándole lo bien que se sentía ser ella. No fue a trabajar, aquella vez.
Hoy a tres años de aquel recuerdo, se encuentra sentado en su oficina, tan cálida, pero igual de fría que la cima del Everest. La necesidad de calor, lo hizo recordar el cuerpo desnudo de Laura, la de ojos cafés, cabello negro y nalgas firmes.
Veinte poemas a la partida, cuarenta cuentos al recuerdo y una novela a la estadía de Laura, son la obra de Roberto, nada es publicable, todo es rosa o pornográfico.  Siempre quiso ser escritor, paso por diversos talleres, buscando la técnica, rezando por encontrar el estilo y leyendo libros como desesperando, trascribiéndolos para encontrar las trampas literarias, pero nada, simplemente sus textos sonaban a panfletos.

Un día, creyó verla tocando a su puerta, pero no era más que la imagen del recuerdo. Entonces tomó una pluma y una servilleta escribió:

La luz de la tarde
            alumbra el café,
donde te recuerdo.

Busco tu faz
            en el fondo de la taza,
solo encuentro restos,
            de mí.

El humo del cigarro,
                      cubre
la vereda
                en la que te busco.

He perdido
                    el recuerdo
a la luz de tu ausencia.

Después cerró la carta, un te amo y como firma: el de siempre, cerró el sobre, puso el destinatario. Salió a depositarlo a la oficina de correos. Al regresar a casa, una copa de vino tinto y ¡BAM! La pared se mancho de sangre y un orificio nuevo apareció arriba de su oído.

  

Martha Higareda

Martha Higareda      

A Martha Higareda: etérea musa y sueño prohibido.

Siempre que te observo,
subo al mirador,
                         café como la tierra,
bajo la vista muy lento
                                     y me topó con una serranía pura.

Camino el trayecto de blanca piel,
ando como niño: inocente y buscando.

No veo por dónde.
                            
Caigo  con mi lengua
                                  en un pequeño hoyo;
con la misma, me levanto
y un sabor a miel me queda.

Sigo el trayecto
                         y como japonés tomo fotos
de la belleza corporal
que almacenare en el recuerdo de lo imposible.

Me detengo en el arrecife,
hay un anuncio:
                        ¡Cuidado, no pase. Puede caer y jamás salir!
continua más abajo:
                                ¡No es pecado, es el paraíso. No tiene admisión alguna!
decido  no seguir
                           por falta de herramientas necesarias.

Me encuentro fuera del mirador.
he despertado:
                       sigo en mi cama, solo
y contemplando tu imagen en una revista.

Añoranzas.

Añoranzas

Lleva dos copas de vino, la hoja sigue en blanco. El tiempo avanza con la misma brusquedad que marcó tu partida. Necesita viajar, lo sabe. Estar en los mismos lugares de siempre, es como tomar balium y no recibir alivio a cambio. Su vida es un recuerdo. Sólo conoce los lugares donde caminó de la mano con Laura, de piel clara, ojos de mar y boca de sal.
Y las horas pasaban de prisa, entre el humo y la risa, todos los días era así. A veces el silencio se adueñaba de los dos, pero era como escuchar la novena sinfonía de Bethoveen, siempre armonioso. La vista se encargada de decir lo que la boca olvidada o simplemente no quería.
La luna serena, ilumina el cuarto donde Ángel escribe. Una pluma sin usar, cien hojas vírgenes y demasiadas ideas que se confunden con recuerdos. No, quiere soy un escritor del no. Tampoco un Bartleby, sólo son espasmos, piensa a sus adentros.
Cuatro copas de vino y el reloj se detuvo: dos de la mañana del diez de noviembre, fue lanzado por la desesperación de Ángel. El delirio se apodera de la escritura. Empieza a escribir incongruentes y desesperados textos:

I
No hay peor nostalgia que añorar lo que nunca jamás sucedió. Ya lo sé. No necesitas repetírmelo, tampoco quiero que me digas por enésima vez que es letra de Joaquín Sabina. Pero tengo y debo aclararte que yo no ando Con la frente marchita, más bien yo tengo el corazón podrido de latir. Mi alma también llegó a un hartazgo imposible de evadir y mi ser se encuentra cayendo lentamente en un precipicio del cual ni vi su inicio ni vislumbro su final.

II
Otra noche más pensando en ella, la Santa. No quiero, pero no puedo evitarlo. Se metió, no, perdón, penetró en mi ser. Su mirada fue la que me atrapó. Debo de parar, estoy escribiendo muy meloso, más bien muy desesperado.

III
Calla, por favor, cállate, shhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Mejor ponte a escribir. Y deja de molestarme con tus asuntos  del corazón, ni a mí que soy tu parte interior ni al lector le va interesar lo que sientas, sólo a ti y tal vez a ella. Olvídala. Además, no sabes de amor.

IV
Ja, ¿Qué no sé de amor? Claro que sé, pero no ando por la vida como idiota, presumiendo mis logros amorosos. Y tampoco te haré caso, mejor voy a leer algún buen libro. No, mejor no. Porque acabaré leyendo a ese autor que tanto admiro. Y su personaje femenino de su gran novela, me puede recordar mucho a la que deseo querer, pero no puedo ni me atrevo a informárselo.

V
¡Ya, Carajo! Cierro los ojos y la imagino a mi lado, conversando acerca de libros y autores de poesía y narrativa, de todo y de nada.

VI
Un poeta llamado Eduardo Casar, dijo alguna vez en un poema: Quisiera estar a dos pasos de ti. Y que uno fuera mío y el otro fuera tuyo.

VII
Yo, un intento de poeta, pregunto: ¿Cómo puedo decirte que me gustas, sin que corras ni dejes de tratarme?

VIII
Mi memoria no da ni para el día, ni para la noche. Se va, se pierde. Así como yo me pierdo cuando de repente pienso en ti.

IX
Un trovador poblano de nombre Gerardo Pablo, amigo mío escribió: Dime cómo hacerle ¿cómo encontrarte?/ Si son quimeras o primaveras / tardes de ayuno estas ganas de esperarte.

X
Mi poesía se carga de lejanía, tristeza y de la agonía de no tener entre mi vida a la Musa que un día vino para quedarse, pero también para irse. Pero tú no eres lejanía, pero tampoco vives en la cercanía, sólo rondas por la vereda de mi levedad del alma, del ser, de la que narra Kundera.

Ocho copas de vino, treinta hojas convertidas en bombas invadieron el territorio del bote de basura. Un reloj que no anuncio la llegada de la mañana pues se detuvo a las dos de la madrugada del diez de noviembre, una pluma que murió en el campo de batalla y a su paso mató a treinta hojas, hirió a otras treinta violó a otro tanto y conquisto a diez más.
Un espasmo que se convirtió en añoranza.

Miradas

Miradas.

Llevo mucho tiempo siguiéndote, te mande muchas señales para hacerte ver que acá me encontraba, pero jamás lo notaste. Me mirabas, pero no decías nada. Simplemente mirabas, eso era una ventaja. Al menos te parecía interesante o atractiva. ¿Recuerdas estábamos en un curso? Por sí hacía falta la referencia. Tu llevabas un libro de Faulkner y dos amigos como compañía, a veces también iba una extranjera, perdona lo despectiva que me escucho, pero me daba celos, pensaba que era tu novia. Tal vez por eso tu timidez.
Supe con el paso del taller que conocías a los escritores que nos impartían el taller y como no te acercaste nunca, decidí pedirle a uno de ellos tus datos. No me los quisieron dar, pero días después uno de ellos me dio un periódico local, donde escribe o escribías. Lo empecé a comprar cada miércoles a veces jueves, para leerte, era la única manera de tenerte cerca.
Paso el tiempo como todo, seguí comprando el periódico, pero no me atrevía a escribirte a tu correo, supongo jamás harías caso debido a que aparecerá en correo no deseado. No lo leerás. Estoy segura. ¿Qué importante puede ser el correo electrónico de una mujer? Muchas te han de escribir. Es más ni creo valga la pena escribir, pero no pierdo nada.
Antes eres un don nadie bastante atractivo para mi perspectiva. Hoy leí los periódicos, aparece tu nombre en letras grandes, ocupando la primera plana, ganaste un premio literario. Después de tantos años, has de estar feliz.
¿Podemos salir? Te he demostrado con todo esto mi devoción, nadie la ha tenido, ni siquiera esa mujer que aparece en cada foto a tu lado, cuando sales en los diarios. O al menos vamos a tomar un café, para que me firmes tu libro. Lo he leído veinte mil veces y no me cansó.
Respóndeme aunque la respuesta sea negativa.
No, no lo hagas. No tiene caso sacarte que abras los ojos, salgas del ataúd y me des una respuesta. Sólo quería enterarte de mi devoción hacia ti y del premio que obtuviste a tus cuarenta años.
A mi no me queda más que esperar la hora de mi muerte.
Con amor.

La mujer que miraste alguna ocasión.

El arte de leer

El arte de leer.

Los ojos pasan velozmente por las miles de hojas que fingen describir mundos alternos, inventados por humanos, o más bien artistas impulsados por endemoniadas presencias.
Escribir para lectores que no entenderán las razones de los personajes y sólo se divierten, como Dios lo hace con sus muñecos de carne y hueso.
Todas víctimas de otro.
Piedras carcomidas sobre uno.
Cerebros sin utilizar.
Ojos que se cansan.
Tierras narradas cobran vida por unas horas.
Al cerrar el libro, son recuerdos, palabras y no más.

Entre blog´s te verás

Entre blog´s te verás.

Tarde sabor guayaba, sentado a la deriva de una computadora, remando contra virus en un mar de blog´s literarios y otros mundanos. La eterna distracción me separa de la aquella mujer hecha del mismo color de la tierra. Un pequeño desliz. Un inframundo de equivocaciones del teclado, hicieron un choque de placas tectónicas en mi mundo.
No puedo escribir sobre otra cosa. La ficción sólo aparece para acompañar a la realidad en mis textos. No oculto nada, los vivos me generan cualquier cosa menos miedo. Además no conocen mi vida, para saber cuanta ficción existe en la realidad.
Se ha caído un montón de edificios en un parte del mundo, mientras a escasos kilómetros de mi computadora se ha inundado el sureste de México y el norte de la Sierra poblana. La noticia del mundo: la naturaleza se venga con el ser humano. Idiotas, nosotros nos provocamos tales desgracias. La naturaleza no se venga, habla.
Una frase: en un día del hombre están los días del tiempo, de Palou García.
Los días del hombre se volvieron de kilómetros de basura, de metros de inconciencia social, de abuso de la naturaleza, de sentirse todos poderosos. Importaba más la comodidad inmediata que aquella de largo plazo. Ahora se preguntan ¿por qué a mí?
Talvez los directores de todas las religiones se han equivocado, en lugar de hacer templos de roca, tenían que hacer de los ríos, mares y montañas un templo. Finalmente, Dios es el innombrable. Pero su ambición pudo más, su demostración de poder sobresalió y construyeron mares de rocas, encima de templos que adoraban a la naturaleza, cuyos dioses eran parte de la madre naturaleza, los cambiaron por personajes de hueso y carne y los multiplicaron, un santo para cada profesión, para cada nombre y para aquel sin profesión ni nombre.
Noche que sabe a letras abstractas, vagan para cobrar vida. Soy un demonio que es impulsado por artistas, amigos artistas. La amistad es el arte de hacer la soledad menos notoria. Pero también por la rústica forma de querer expresar, fue el impulso de estás líneas. Tuve algo que decir y lo dije, es el deber de todo escritor.
El pasillo donde escribo se inundo de letras, en mi cuarto camina un lagarto y una víbora de río se enreda por los ganchos de mi ropa. Sigue lloviendo sobre seco. El lodo ha cubierto las cuevas del homo-videns.  

Tres de octubre.

Es viernes tres de octubre, no deja de llover en mi país, estados se han inundado. Los ríos se han vuelto los nuevos citadinos. La gente ha pasado a ser un río que pasa al lado de los pueblos acuáticos. Los lagartos han sido repatriados, los humanos han tenido que regresar a sus etapas ancestrales, talvez necesitemos regresar al árbol para comprender el daño que le hemos hecho a la naturaleza. He vuelto más seguido a la lectura de blog´s, me atañe la reflexión y discusión que en ellos se crea. Sin lugar a duda es la nueva cara de la literatura. Comúnmente regreso al blog el amigo Pedro Ángel Palou, el eterno guía, mi padre literario. Siempre encuentro algo nuevo en los fragmentos que serán parte de su diario de escritura, que espero pronto ver en mis manos en forma de libro.  Estás líneas son importantes, hablan del proceso de escribir:

Escribir un libro, he escrito yo mismo en mis apuntes, donde quede claro que lo individual es también lo contingente, por ende lo que verdaderamente ocurre. Como el Haikú según Barthes: lo que llega en tal lugar en tal momento. Incidentes. Circunstancial también en el orden de los afectos, un libro que sea un tratado de escritura de la percepción (como en cierto sentido lo es el Palomar de Calvino). No sólo se trata de reflexionar sobre la temporalidad, el olvido, la vida y la muerte como lo hace el autor de haikús, sino hacer de ese estilo un tono para el libro.

Dividir el libro en tres cifras: Yami, (Puerta de la penumbra, retorno, en el teatro No se aplica a ya que los actores arriban del mundo de los muertos, hacia los vivos y reentran a su sombra por el mismo lugar en que la perdieron) Utusroi, (momento frágil que separa en dos una cosa, así la flor no rompe el botón, empieza a morir, en Japón todo es un viaje entre la vida y la muerte) y Satori (como salida, quizá, como iluminación).Aquí se presenta entonces ya el problema descrito por Barthes, ¿cómo pasar de la notación, escritura del presente a un proyecto de novela?
     En su segundo curso sobre el tema reflexiona sobre el día de un escritor. Lo traduzco. La jornada de un escritor 1) Sector de la necesidad, comer, dormir, bañarse, (10 horas) 2) Sector del trabajo de creación, del libro (5 horas), 3) Sector de la gestión, conferencias, cursos, correspondencia, entrevistas (5 horas) y 4) Sector de la convivencia, (4 horas). Se nota que Barthes piensa en el escritor europeo, que no tiene un trabajo ajeno al de la creación que le lleva las diez horas, con traslados, dedicadas a la gestión y escritura. Me interesa sobremanera desarrollar este tópico. La enfermedad como protección salva al escritor de la distracción (nuevamente Proust), cita a Charles Louis Philippe: “la enfermedad es el viaje del pobre”. Pero Barthes, homosexual, no tenía familia ni le dedicaba tiempo, tampoco. ¿Cómo será mi día? Unas dos horas robadas al sueño dedicadas a la escritura, solamente (o tres o cuatro, si va muy avanzado el proyecto, digamos hasta las dos o tres de la mañana).

Sin duda es exquisito. Nos marca un constante reto. La disciplina y el compromiso presentes. Otra formula: 99 % de talento…99 % de disciplina y 99 % de trabajo. El novelista nunca debe sentirse satisfecho con lo que hace. Lo que se hace nunca es tan bueno como podría ser. Siempre hay que soñar y apuntar más alto de lo que uno sabe que puede apuntar. No preocuparse por ser mejor que sus contemporáneos o sus predecesores. Tratar de ser mejor que uno mismo. Un artista es una criatura impulsada por demonios. No sabe por qué ellos los escogen y suele estar demasiado ocupado para preguntárselo. Es completamente amoral, en el sentido de que será capaz de robar, tomar prestado, mendigar o despojar a cualquiera y a todo el mundo con tal de realizar su obra. Palabras Faulkner al ser entrevistado (El oficio del escritor, Ediciones Era, 2002). Ignacio Padilla recientemente en un curso llegó a decir:  si uno quiere escribir una buena obra, primero debemos de transcribirla, luego hacer algo parecido y el tercer texto será mejor que esa obra de nuestro escritor preferido.

He pensado por noches enteras que la escritura tiene el deber de hacer imaginar al humano, de sacarlo de la realidad. En un mundo de realismo exorbitado, hace falta un poco de belleza, antes que la verdad. La palabra antagónicamente nos da las dos: belleza y verdad. Mis columnas juveniles han optado por la verdad, por tener una posición fundamental ante mi mundo, pero deje abandonada la belleza, esa que dura siglos. A veces el hambre de ser leído o el gusto, nos hace traicionar el sueño. La literatura es la belleza perfecta, no debe ser motivo juego. La salida es ponerse una máscara: la del columnista y la del escritor. La primera es una prostituta de abolengo, sólo se va con el mejor postor y la segunda es privada, no se presta ni se vende, talvez sólo se presume cuando se finaliza.

Mientras escribo estás líneas y copio estos párrafos, pienso en ella. No me perdona por un fútil error de la distracción. Misma bruja –entiéndase la distracción- la que ha provocado a veces el abandono de mi literatura.

Abandono este texto con una idea: la única dama que no permite un engaño o abandono sin explicación es la literatura.  

Tiempo atrás.

Hace tiempo que la literatura dejo de ser motivo de estudio.
Mientras escribo palabras al aire, mi oído capta un poema de Espronceda.
No tengo tiempo para estudiar.
Mientras estudio, me aburro de la pasión.
Leer alimenta más el conocimiento y satisface el alma. Es un acto cercano al primer beso.
No creo en la literatura como estudio.
El humano siempre actúa contra sus pasiones.
Estamos acostumbrados a suicidarnos con la inconciencia a toda luz.
Entender al humano es la pérdida de tiempo, más conocida, pero menos aceptada.
Espronceda hace rato que acabo de zumbar en mi oído.
Estudiar literatura es una empresa tan inútil, como el creerse futbolista nada más por dominar el videojuego FIFA 2005 en cualquiera de sus modalidades para jugarse.
Escribir es el acto de desnudarse.
La crítica literaria es la forma más variada de decirle a alguien, viste que estás feo.

Es por tu bien.

Es por tu bien

Siempre fue igual, nunca pudiste decirme esas tres palabras que tanto quise oír. Te costaba trabajo, pero aún sigo sin entender por qué. No era necesario mucho esfuerzo, sólo articular la boca y dejar salir unas tres palabras.
Siempre que tocamos el tema, preferías hablarme de lo bien que te había ido en el trabajo o contarme de tu eficiente secretaria. Yo siempre me hice a la idea de que me has estado engañando con ella. Nunca lo he podido comprobar, pero al parecer cruzas más palabra con ella que conmigo. Pero a estas alturas reclamarte no tendría sentido, nade puedo solucionar y salgo perdiendo, como siempre lo he venido haciendo.
Cuando llegábamos a hacer el amor, al parecer era una sombra lo que me rozaba la piel y un eco del inframundo el que me susurraba al oído para decirme: Te amo, eres lo máximo. Al acabar cada encuentro, siempre me quitas mis brazos de tu cuerpo, me avientas como trapo usado, te paras a prender tu lap top con le pretexto de que tienes que hacer una enorme transacción y sino la haces, toda nuestra riqueza se perderá. Mientras estás sentado frente a tu asqueroso aparato, enciendes siempre un cigarro y por más que te intento hacer la platica, siempre me evitas y prefieres darle una bocanada a tu cigarro.
Te aguante tres años así, porque los primero dos, fueron preciosos, pero lo bueno siempre termina, lo hermoso es como la una bomba atómica, una vez que cae fulmina como nunca jamás se pudo haber imaginado y después, sólo se vuelve un recuerdo que arrastramos por el resto de nuestra existencia.
El día de nuestro aniversario, el quinto, decidí cortar con nuestra relación. Como era de esperarse, no hiciste nada para evitarlo, al contrario facilitaste el asunto. Primero te encaminaste al baño, necesitabas limpiarte  los ojos llorosos, pero claro tu inventaste que era una basurita en el ojo. Me diste el tiempo perfecto para pensar en el discurso que te iba a decir, para enviar lastimar tu corazón, siempre tan dulce y tan tierno. Al sentarte a la mesa nuevamente, vi. como agachaste la cabeza, no sabías que decir, me empecé a arrepentir, pero no podía dar un paso atrás, era la primera vez que me ponías atención. Me sentí tu secretaria.
Luego te invite un trago de agua para que la garganta sintiera algo distinto a los mocos que te estabas tragando por tanto llorar. Luego empezaste a hacerme caras, querías decirme algo, no entendía que, yo te seguí el juego, también te hice caras. Luego al final, una vez tirado en el piso de tanto llanto y gesticulación, pudiste decirme: Te Quiero Mucho. Fue la primera vez en tres años que me lo dijiste con amor y pasión. Yo no tuve otra opción que responderte: Descansa en paz.
Hoy todos te lloran en una funeraria, yo actuó y agradezco todos los pésames, pero nadie supo como fue tu muerte, ellos creen que te ahogaste.
Ahora si, mi amor, ¿quien fue el que se rió mejor?
Pero en verdad lo hice con amor, esto es para que en otras vidas, aprendas como tratar a una mujer.
De veras que lo hice por tu bien.

Otro día...

Otro día...

Como cada día salí a la búsqueda interminable de blogs (diarios personales) que tuvieran cosas interesantes, que aportaran a este mundo que cada vez se ve mal. He encontrado muchas mujeres poetas, nada fuera de lo normal, comúnmente las mujeres escriben poesía. Ellas no tienen miedo a mostrarse tal cual. La sociedad las marco como las sentimentales. Los hombres y a pesar de que hay muchos poetas reconocidos, tienen miedo a mostrar sus sentimientos, pueden ser catalogados como putos, según los conservadores.
En Puebla hasta hace unos días, llegamos a 101 suicidios. Yo creo que sí estas personas conocieran a la literatura y practicaran la poesía o cualquier cosa que ver con la Literatura, una de dos, o no se suicidan o tardarían en suicidarse.
Ha sido un día lluvioso, por una hora el agua cayo a cantaros. Mientras en otras partes del país seguramente el agua no cae tan seguida.
     
Ya mero se acerca la hora e la verdad, estamos en puerta par ala organización de un evento literario. Confirmado como orador tengo a un gran amigo escritor. Espero poder confirmar a otro escritor que admiro.
En fin. Otro días más en la levítica Puebla de los Ángeles

Procesando a Kafka

Procesando a Kafka.

El insomnio por estas fechas es muy constante, a veces provocado por uno y otras por el estrés y el ajetreo que a diario se lleva uno en la vida.
Está falta de sueño me ha ayudado a leer con un poco más de atención El Proceso de Kafka, es un libro elemental y hasta donde voy bastante bueno, debo confesar que al inicio se me hacía algo aburrido, pero conforme fui avanzado la trama se noto más interesante.
Leer a Kafka, no es fácil.
Sigo esperando respuesta de un escritor que admiro, para que venga a un encuentro de estudiantes de literatura y lingüística, que se va a realizar aquí en Puebla. Espero, ansiosamente que acepte. Y tendría paquete completo. Dos    

Cántaros de lejanía

Cántaros de lejanía

Llueve a cántaros. Mis plantas se han mojado. En la televisión no hay nada que no sean simples comerciales de compra-venta. No la apago para no sentirme solo. Un aparato de 36 pulgadas con una antena inservible y un sistema de cable pirateado, sustituyen a tu cuerpo conformado por un par de ojos cafés como al tierra mojada de mis plantas y profundos como la querencia que te tengo, a pesar de tu terrible indiferencia.
Escribo, páginas y páginas que inicialmente buscan atraer a un público culto, pero siempre acabo escribiendo sobre ti conmigo y sobre mí sin ti, párrafos largos, algo pretenciosos que acaban por alejar al público culto y acercan a aquel fanático de los melodramas.
Hace veinte Lorcas que te extraño y un Diablo Guardián que te amo.
Hoy a un Qliphoth de distancia, te escribo acerca del Proceso de mi intento de escritura.

Se amaron

Se amaron…

Él le tiene miedo, por eso no se acerca sus caderas son imponentes, su mirada penetra el fondo del ser y sus labios saben recorrer el cuerpo. Ella no sabe de la derrota y él nunca se enteró del amor. Cada noche se han visto a la misma hora. Son la copia exacta del engaño rutinario de la vida.
No te quiero, dice ella. Yo tampoco, dice él. Luego se besan hasta encontrarse desnudos, uno frente al otro, indefensos. Te amo, grita él. Idiota, contesta ella. Se viste y antes de largarse le grita: yo también te amo.
    

¿Nos quisimos?

¿Nos quisimos?

Me encuentro sentado en una banca cualquiera de esta sombría ciudad. Espero tu llegada que al mismo tiempo será tu partida. Te veré tal vez por última ocasión. Puedo hablar y escuchar o escuchar y luego hablar, y no hacer más. También podría omitir todo lo anterior y tomarte de las manos y ponerlas debajo de la mesa, luego con la misma trayectoria acercarte poco a poco a mi cara y poner a la altura tus ojos con los míos, tu boca con la mía y suavemente ir recorriendo con mis labios los tuyos. Acto seguido te besaría, tu lengua tocaría la mía y duraría lo que un siglo de ausencia por otro de presencia.
Pero ambos sabemos que sólo te veré tomar un café y, al acabarlo te pararás para luego decirme suavemente me dirás: nos vamos y yo no podré negarme. Te encaminare hasta tu parada, esperare a tu lado la combi, me avisarás que ya te vas, nos abrazaremos y sin decir otra palabra más, nos vemos pronto. Pero sabemos que eso esconde un nos veremos en la otra vida, cuando tu seas perro y yo gato

Nada que hacer...

Nada que hacer...

Se encuentra encerrado en su casa sin ningún motivo. Afuera esta la vida y los momentos felices, pero el prefiere la tristeza y la apariencia de muerto viviendo. Toma un libro para intentar internarse en alguno de los sub-mundos retratados por algún escritor. Esta vez elige sentirse Joseph K. o K, para estar dentro de un proceso. Van veinte paginas de la obra, los ojos se le cierran, empieza a sonar con las escena del libro, son como una pesadilla, debe despertar antes de quedarse atrapado en el sueño.
Despierta después de unas horas, voltea para todos lados asustado, temeroso, piensa en el sueño. Una sensación de miedo entra en él. Voltea nuevamente para todos lados, pero con mayor delicadez. El escenario: un agente de la AFI, unas barras, un cuarto oscuro con un pequeño orificio para que pase la luz. Disculpe, agente ¿que hago yo aquí? ¿No, lo sabe aún?, contesta el agente y continua, usted joven se encuentra encerrado en una cárcel bajo custodia del AFI, por narcomenudeo.

Ideas..

Ideas, ejercicio para llegar a la idea de mi novela...

Otra vez ella. A últimas fechas es ella.
No se exactamente como o con que me atrapo. ¿sus ojos, su boca, su cabello, su cuerpo? ¿su forma de ser? ¿su concepción de Nietzsche? ¿ o todos los vasos comunicantes? Aún no me he podido responder.
Me siento como Pig, el personaje Diablo Guardián; la novela de Xavier Velasco con la que ganó el Alfaguara 2003 a mejor novela. Pero también me siento Andrés, el personaje de Qliphoth, novela del amigo y guía Pedro Ángel Palou García. Creo mi vida es una novela, o las novelas son mi vida.
Hay una frase que dice que a cada hombre nos tocan diez mujeres, para al fin llegar a la que será nuestra acompañante por el resto de nuestras vidas. Yo ya llevó cinco, voy por menos. Pero será entonces que a mi siempre me tocaran mujeres con la personalidad de Violetta o de Mónica o una Beatriz. Tiene poco que leí a Kundera, que leí la Insoportable Levedad del Ser, me atrapó enormemente, aún no digiero su fuerza, ni el impacto pro completo que dio en mi vida, sólo puedo decir que si mis relaciones se comparan con una de las ahí narradas mi vida ha tenido una sola Sabina y yo soy un mujeriego lírico. Contradicción enorme, porque Tomás nunca sería el lírico. Él tenía la idea de que una cosa es sexo y la otra es amor. Amaba a Teresa, pero cogía con Sabina. Creo entonces que yo siempre he sido una Teresa, tres de mis principales mujeres me querían pero no lo hacían conmigo, es que yo era distinto a los demás decía una de ellas. En fin.
Ya es de noche, debo de alejarme de la computadora, mi primer vicio. El Internet es un monstruo que me comió la voluntad. La tecnología me trago mi autonomía. Soy un esclavo de lo tecnológico, pero también de los libros y el vino. Me voy. Ya me cansé. A mi cuerpo le gana el peso, la levedad se la llevó ella, la actual Beatriz.

Crónicas desesperadas

Crónicas desesperadas.

Sigo en mi crisis constante. La fuga creativa no me es grata, no me agrada. ¿Acaso necesitaré ver a la siempre eterna Lizbeth para que cuando se vaya ese sentimiento de perdida o de lejanía me haga retomar a la poesía de antes?
Hoy a diferencia de otros días me volví hijo de familia, los acompañe al tristemente célebre, pero necesario Sam´s Club a comprar algunos lujos alimenticios y otras necesidades. Comí con ellos viendo una película del Movie City. En fin, hoy no era yo, o más el que no estoy acostumbrado a ser. La soledad y la lejanía familiar me sienten bien.
Mientras hacia mi columna para esta semana, escuchaba de fondo al trovador Edgar Oceransky, definitivamente fue una mala opción. La depresión entro por todos los poros, acaricio como lo hace la mujer que siempre he de querer como se quiere al eterno sueño. Me hizo pensar en futuros que no quiero saber. La siempre presente a veces lejana en otras la cercana partida de la amiga Jenny Kim, quién se ha convertido en mis cuatro extremidades, aquella que ya es imposible dejar un sólo día, porque parecen años la distancia entre hoy y mañana.
Me regreso a los recuerdos constantes de Lizbeth, a sus idas y venidas, a los momentos cumplidos y los que siempre quedarán pendientes.
Hoy me he visto en un espejo, no halló más que recuerdos.
Me siento Violetta: "Me siento oscuro y luminoso, provinciana y newyorka (en mi caso angelopolitano), violado y violador; traigo un motor adentro y me dan muchas ganas de usarlo para estrellarme contra una pared"
Hoy la distancia entre futuro y presente se volvió inmediata. Por la noche será llanto y por la mañana una cara desgastada, unos ojos cansados de extrañar lo que aún no ha sucedido.
Hoy como dice la canción ¿Qué hago corro, vuelo, te salgo a buscar? ?Cierro la ventan y te empiezo a olvidar? ¿Que hago con este sentimiento de inmensa soledad?
Mañana, seguro retornare a las preguntas de siempre y me refugiare en los brazos de mi cuarto, y disfrazare esta soledad platicando con mi pez Beta o con alguno de mis muñecos de peluches, hijos significativos que he tenido con amigas, ex-novias, o simplemente prenderé el Play Station 2 y jugaré FIFA 2002 para sentirme acompañado de una multitud de gente que ni conozco.

Oración a la inspiración

Oración a la inspiración

Líneas solitarias
con destino incierto
buscan ser la voz de mi soledad.

No te encuentro.
Te perdimos mi esencia y mi corazón.

Hoy cuenta que vives en la tierra del hombre
y yo sigo donde habita el olvido,
esperando vuelvas recordando
la luz que siempre haz tenido bajo la bolsa
y jamás haz encendido por miedo a la verdad.

Nunca fuiste de nadie,
menos de ti,
siempre a la nada te entregaste
y quien te violo fue el tiempo.

Ahora vas por aquí,
a veces por allá,
pidiendo te devuelvan el gnomo mágico
que te hacía sentir.

Iluso enorme,
no te has dado cuenta
que ese sencillo gnomo
ha estado dentro de ti
por los siglos de los siglos
Amén.

Maldita inspiración

Maldita inspiración

Sin rumbo y destino camina
mi alma victima de la soledad.

¿Donde estás que no encuentro la estela de amor?
Hoy nos dejamos de querer
sin dar aviso de abandono.

Simplemente un adiós
y un no vuelvas a mi lado.

Maldita sea la inspiración que te parió

De retorno

De retorno

Tras meses, para mi casi siglos de ausencia. Vuelvo a retomar el camino. Regreso a la pureza del escritor, a la hoja de libreta y la pluma fiel. Retorno a la intimidad.
Los talleres literarios no sirven para nada, sólo acaban con el ánimo.
El escritor necesita de disciplina para escribir es cierto, pero no debe de alejarse de las taquicardias, de las roboraciones, de la pasión y de los presentimientos para escribir.
La disciplina excesiva mata cualquier proyecto.
En fin, he vuelto a tomar a la Musa por las caderas y estoy dispuesto a arrancarle las vestiduras

¿Dónde andarás?

¿Dónde andarás?

La musa sigue extraviada. Se niega a regresar de su largo viaje. No entiendo que paso, no sé por qué se fue.
¿Habrá sido por mi exceso amor al fútbol? o ¿por mi ambición extrema de tomarme cada vaso de Coca-Cola que veo lleno?
He caminado calle por calles, miré abajo de las guarniciones, por arriba de los semáforos, detrás de cada anuncio de calle, busqué en el reflejo de los edificios de Talavera del centro, me paré en cada aparador a buscarte y no tuvo éxito mi misión.
Sigo solo y tú lejana a mí.
Ya no puedo más con este estado de soledad.
Te Necesito.

Un día

Un día...

El tiempo nos trae muchas sorpresas difíciles de imaginar. Uno suele enterrar por salud mental algunas etapas de la vida, porque creemos ya no necesitar de ellas. ¿pero qué pasa cuando un personaje del pasado con un rango de importancia relevante, aparece en el lugar menos esperado? No se.
Hace poco en mi vida un pasado apareció. Y como si no hubieran pasado los años por mi, el recuerdo se volvió, eterno presente.
La guardia se fue sin avisarme y de pronto, estaba parado frente a ese personaje sin palabra que decir ni gesto que pronunciar como respuesta. Parecía un niño al que se le aparece su súper-héroe que ya consideraba muerto.
En fin, mi mundo sufrió un cambio agradable, pero inesperado. Así es esto de vivir.

Crudelidad

Crudelidad...

Ausencia enorme la que he tenido de mis dos blogs. No hay disculpa para ello, menos un pero que valga, esto es algo personal y no se debe abandonar. Tiempo suele faltar, manos también y sobre todo paciencia.
Allá fuera, la realidad es espantosa. Cada día que pasa me voy convenciendo de que el humano no vale la pena o que poco a poco se va denigrando y perdiendo su calidad de ser humano.
Tiene poco que leí a E. M. Cioran, en una antología realizada por Savater para Alianza Editorial y cuyo titulo de libro era "Adiós a la Filosofía y otros textos". Hay demasiados años de distancia entre ese libro y mis años en los que vivo, pero no parece haber cambiado la realidad de los tiempos de Cioran con los actuales. Es una pena. No es fatalismo, ni exceso de pudedumbre. Es la realidad superada por la ficción y la literatura. Creo el nuevo reto de la literatura será rescatar cada día más lo poco que nos quede en el fondo de ser humanos.