miércoles, octubre 19, 2005

Es por tu bien.

Es por tu bien

Siempre fue igual, nunca pudiste decirme esas tres palabras que tanto quise oír. Te costaba trabajo, pero aún sigo sin entender por qué. No era necesario mucho esfuerzo, sólo articular la boca y dejar salir unas tres palabras.
Siempre que tocamos el tema, preferías hablarme de lo bien que te había ido en el trabajo o contarme de tu eficiente secretaria. Yo siempre me hice a la idea de que me has estado engañando con ella. Nunca lo he podido comprobar, pero al parecer cruzas más palabra con ella que conmigo. Pero a estas alturas reclamarte no tendría sentido, nade puedo solucionar y salgo perdiendo, como siempre lo he venido haciendo.
Cuando llegábamos a hacer el amor, al parecer era una sombra lo que me rozaba la piel y un eco del inframundo el que me susurraba al oído para decirme: Te amo, eres lo máximo. Al acabar cada encuentro, siempre me quitas mis brazos de tu cuerpo, me avientas como trapo usado, te paras a prender tu lap top con le pretexto de que tienes que hacer una enorme transacción y sino la haces, toda nuestra riqueza se perderá. Mientras estás sentado frente a tu asqueroso aparato, enciendes siempre un cigarro y por más que te intento hacer la platica, siempre me evitas y prefieres darle una bocanada a tu cigarro.
Te aguante tres años así, porque los primero dos, fueron preciosos, pero lo bueno siempre termina, lo hermoso es como la una bomba atómica, una vez que cae fulmina como nunca jamás se pudo haber imaginado y después, sólo se vuelve un recuerdo que arrastramos por el resto de nuestra existencia.
El día de nuestro aniversario, el quinto, decidí cortar con nuestra relación. Como era de esperarse, no hiciste nada para evitarlo, al contrario facilitaste el asunto. Primero te encaminaste al baño, necesitabas limpiarte  los ojos llorosos, pero claro tu inventaste que era una basurita en el ojo. Me diste el tiempo perfecto para pensar en el discurso que te iba a decir, para enviar lastimar tu corazón, siempre tan dulce y tan tierno. Al sentarte a la mesa nuevamente, vi. como agachaste la cabeza, no sabías que decir, me empecé a arrepentir, pero no podía dar un paso atrás, era la primera vez que me ponías atención. Me sentí tu secretaria.
Luego te invite un trago de agua para que la garganta sintiera algo distinto a los mocos que te estabas tragando por tanto llorar. Luego empezaste a hacerme caras, querías decirme algo, no entendía que, yo te seguí el juego, también te hice caras. Luego al final, una vez tirado en el piso de tanto llanto y gesticulación, pudiste decirme: Te Quiero Mucho. Fue la primera vez en tres años que me lo dijiste con amor y pasión. Yo no tuve otra opción que responderte: Descansa en paz.
Hoy todos te lloran en una funeraria, yo actuó y agradezco todos los pésames, pero nadie supo como fue tu muerte, ellos creen que te ahogaste.
Ahora si, mi amor, ¿quien fue el que se rió mejor?
Pero en verdad lo hice con amor, esto es para que en otras vidas, aprendas como tratar a una mujer.
De veras que lo hice por tu bien.

No hay comentarios.: