jueves, octubre 20, 2005

Los que quisieron escribir.

Los que quisieron escribir.

Hace tiempo que en Puebla no se escribía una novela a modo de radiografía de la literatura poblana, vista desde la perspectiva de la tercera persona y contada al estilo de un alumno literario de James Joyce. Unos 25 años atrás una generación de jóvenes (Mariano Morales, Juan Carlos Canales, Giinter Petrak, Teresa Martínez Terán, Ángel López, Ricardo Hernández, Jesús Bonilla, Fausto Idueta, Óscar López, Juan Gerardo Sampedro -considerado actualmente uno de los mejores editores- y Pedro Ángel Palou García, premio Xavier Villaurrutia 2003) tallereados por Miguel Donoso Pareja, prometían ser los escritores que Puebla buscaba, era aparentemente una gran generación. Pero fracasó rotundamente. Se convirtieron en todo lo que odiaban.
Y es el más chico, la mascota de esa generación, quien cuenta la historia. Querido lector, me refiero a Quien dice sombra, la novela más reciente del poblanísimo Pedro Ángel Palou García. Una obra muy arriesgada, donde el autor de Bolero (Nueva imagen, 1997), no esconde el perfil de sus ex-compañeros. Una novela cruda, fría. No tiene héroes, sólo personajes de carne y hueso, que defecan, comen, trabajan y se embriagan como cualquiera. Una obra donde uno como lector corre el riesgo de identificarse con los personajes más fútiles o con Ortega, el personaje principal. Todo comienza en las primeras horas de un ocho de octubre al oír: en un día del hombre están los días del tiempo, frase dictada por el abuelo de Ortega y acaba en la madrugada del nueve de octubre después de una borrachera inolvidable o tal vez con ganas de quererse olvidar. Un párrafo divido en tres partes que va avanzando al ritmo del día, pero también retrocede según el recuerdo que le venga a Ortega. Una historia donde todos los personajes son sombras que dan lastima y Ortega un personaje que sólo vive por no tener de otra y convive con ellos por no tener nada peor o mejor que hacer. Un párrafo que conforme avanza, sufre una las peripecias de Ortega y se enrabia con los comportamientos de los otros.
Es la verdad de una generación contada con una rabia que contagia. Tal vez esos que no progresaron necesitaron un Tío Celerino. Sólo Palou García, logro tener una proyección nacional e internacional.

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Quien dice sombra, Pedro Ángel Palou García. Ed. Joaquín Mortiz. Col. Narradores contemporáneos; México, 2005, 216 pp.

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