viernes, julio 28, 2006

Balística existencia.

Navego en las penumbras
del abismo que lleva tu nombre,
como una bala que busca donde parar,
tal vez mi pasado material
se remonte a eso,
y no más,
una bala disparada por un sardo
en Tlatelolco, el negro 68.

El hartazgo de la incertidumbre me carcome
la pólvora que me resta para lograr
al menos un impacto decente,
conforme caigo, pierdo toda esperanza,
se me esfuma la pólvora,
no hay lógica para esto.
Tampoco la hubo cuando decidimos
que teníamos la capacidad
para escribir un cuento rosa:
vivieron juntos y felices.

Pero ni juntos ni felices.

Ni la metafísica pudo unir
a tu femenina presencia, encarnada
en la sombra de las calles que visitó
con este común transeúnte.

Mi balístico amor intenta impactarse
en un fantasma sin éxito alguno.
Empiezo a creer que mi profesión
no es la del poeta que evoca,
sino de la de una bala, errante y sin pólvora.

miércoles, julio 26, 2006

Cita con el destino.

Es difícil no verlo. Los noticieros televisivos, los periódicos impresos y en sus páginas de internet hablan de ello: la guerra entre Israel e Irán. El saldo siempre son muertos inocentes: los que defienden a su País porque así se les exige, así lo sienten. Y desde luego aquellos que sólo estaban de paso o no alcanzaron a llegar a su refugio de guerra. Niños, madres, embarazadas, gente de la tercer edad, etc. La guerra y la muerte son las únicas féminas que no distinguen clases ni color ni religión jala parejo. Aunque irónicamente las causales de este encuentro con la única mujer a la que nadie desea hacerle el amor tan temprano, pueden ser la necesidad de comer o defender aquello que otros intentar robar o imponer. Eso del otro lado del charco.
Pero en esta tierras ancestrales llenas de historias y leyendas; donde alguna vez caminaron grandes pueblos, sabios todos ellos, cercanos a sus dioses y amantes de la sabiduría; se viven tiempos indeseados. El motivo: la lucha por el poder. Los actores principales: Calderón (ultra-derecha) y Obrador (izquierda). Ambos compitieron (aún compiten) por ser Presidentes de México, los separa una mínima diferencia porcentual (.2%) que representa algo así como 200 mil votos, en otros lados donde la democracia ya es un hecho, esto se resuelve con una segunda vuelta o con un nuevo conteo para verificar o cambiar el resultado. Acá lo resuelve un Trife (Tribunal Federal Electoral), el cual ha demostrado una enorme capacidad de decisión y siempre acertada, pero ahora la interrogante es ¿bastará con el dictamen de dicha institución? No se sabe. Es posible todo. El fantasma del intinerato dicen los que saben anda rondando por los aires. Tal vez sería lo mejor y así hacer una probable segunda vuelta en la elección. Pero ¿si nada pasa y Calderón queda al frente de los destinos de este País?
La gente se siente ultrajada en su voto. Huele a fraude por el hecho de un IFE que no supo ser buen árbitro. Permitió la campaña sucia contra AMLO y eso influyo mucho la decisión del votante, así como una grandilocuente bocota de un Presidente, sólo de nombre, que siempre hablaba para desacreditar a un candidato y compararlo con otros políticos del Sudamérica; actos en los que el IFE jamás actuó a tiempo. La gente siente, sabe que su Presidente es AMLO, así lo decían en las calles, lo han afirmado en las marchas y en las varias protestas, pero el IFE nos dice otra cosa. El pueblo no se equivoca, pero si se apasiona. Puede que ahí radique la diferencia para poder distinguir la verdad. Pero también el resultado sea el que todos huelen y presienten: un fraude fraguado desde los pinos con todo el aparato federal. ¿Y si Calderón si gano legalmente y los pobres realmente no son tantos como creemos y por esa extraña razón Calderón gano, según las tendencias los jodidos o medio jodidos votamos por AMLO y los ricos por Calderón? Entonces Fox si cumplió sus palabras y los pobres ya son menos, pero ¿por qué realmente ascendieron o murieron?
Muchas preguntas quedan en el aire. Mientras tanto el domingo que viene hay una cita para apoyar el Voto x Voto. Casilla x Casilla. Espero que como las otras veces la mesura camine entre los que asistiremos, empero AMLO tenga la capacidad para seguir teniendo las riendas de la situación para así evitar un movimiento armado, una revolución, porque también huele a realidad. Muchos no tienen nada que perder y prefieren morir peleando que hambrientos.

Describiéndonos.

Sólo son letras las que te han hecho el amor
y yo
el observador que retrata cada pose en una hoja.

domingo, julio 23, 2006

Introspección I.

Acaso ella no existe.
Acaso la imaginé para escribirla. No es cierto. Su historia se me ido imponiendo durante los años. Pero qué absurdo, no tengo sino retazos, fragmentos dispersos de Alicia. Y una vida que es como un rompecabezas al que le faltan piezas.

Esa frase es de Pedro Ángel Palou y pertenece a su relato Pequeño museo de la melancolía, el cual fue publicado por la BUAP en 1997 dentro de la colección Letras poblanas. Pero cualquier pudo haberla escrito, o al menos, al leerla decir: por qué yo no escribí eso. A todos nos ha pasado algo así. El amor por una mujer o un hombre puede ser tan fuerte como banal, pero jamás se escaparán de provocarnos una melancolía. Amar es un triunfo momentáneo que siempre terminará en una inminente derrota. Auque amar es una excelente forma de perder. La más perfecta.
En la película española El otro lado de la cama que navega en el ámbito de la comedia-musical se puede ver y escuchar el mejor consejo en una de las escenas donde existe una conversación entre hombres en un bar y después del rompimiento de uno de ellos con su amada  la siguiente frase: una novia dura nada, pero una ex-novia te será por siempre; palabras más palabras menos, hay que admitirlo: es un certeza correcta en el terreno de más macabro de la vida de todo ser humano.
No hace mucho Sánchez Prado autor del poemario Poesía para nada, editado por Tierra Adentro a finales del año pasado, llegó a  recomendarme que me siente a definir por qué escribo para poder darle la fuerza necesaria a un poemario del cual estoy cerca de poder concluir. Él, a mi parecer, logra definirse en dos poemas Wishlist I y II. He aquí un ejemplo:

Quiero escribir poemas sin poesía
en los cuales el ritmo y la versificación sea lo de
menos.
Quiero que mi poesía sea otra vez
adolescente y egoísta,
que los cuadernos de la preparatoria
adquieran estatuto estético
y que mis aliteraciones baratas sean apreciadas por
el mundo.
Quiero que mi única lectora seas tú
Ma semblable, ma soeur,
Amada mía,
y que te enamores de mí
simplemente porque pretendo ser poeta.

Aquí, incluso recae la fuerza del propio titulo del poemario. No es poesía. Para nada. Sin embargo, derrama poesía con ritmo. Juega con las formas y las poses clásicas de lo que entendemos por poeta, de lo que nos han hecho entender por poeta: rebuscados, mamones, solitarios, ególatras, barrocos, incomprendidos y con un amor continental sin poder compartir. Nunca existe la adecuada. Por eso a veces el poeta y el escritor toman el atrevimiento de inventar sobre lo ya real, eso que se ha tocado, pero no permanece con nosotros. El poeta y el novelista, seres peleados, aparentemente, empero comparten el amor por lo efímero en la vida y lo eterno en la escritura.

¿Por qué escribo?

Hoy decidí sentarme a escribir,
teniendo como única arma a mi soledad
y de consejera a la radio que en el fondo
sonaba el Quien fuera de Silvio.

Por fin una conclusión en la hoja escribí:

ya derrame versos ínfimos, evocándote.
Es suficiente, nuestro amor fue cosa de un sueño.
Los sueños inenarrables nos hacen caminar
por laberintos sin salida.
Sólo una bala pondría fin a esta pesadilla
de escribir versos a un fantasma decembrino
que osa en robarme las noches y perderme los días.

Pero soy demasiado cobarde,
para buscar un renacimiento
en la muerte.

Escribo para responder lo que el común no encuentra en la vida. Para seguir preguntando ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿quién soy y quién no soy?  Para jamás poder responder y si volver a cuestionar. Para enfrentar los demonios, aprender a vivir con ellos como se hace con el volcán o la vecina gritona. Para crear mundos alternos a los que jamás accederé porque en esta vida, la normal, no se me tiene permitido. Quizá para buscar las certezas que Palou no ha encontrado que Prado cuestiona y que muchos otros ni las vieron o si las vieron jamás fueron capaces de expresarlo y callaron. Para imaginar y amar a una sola persona que se vuelve en una amalgama de toda nuestra vida y al final es sólo un espejo de nosotros mismos, es una comunicación entre nosotros con uno y de uno con el mundo.
Escribir es la soledad más acompañada jamás comprendida por otrora.
Y mañana seguramente me arrepentiré de esto. Cambiaré de idea. Me retractaré. Regresaré para después morir sin saber la respuesta.