sábado, abril 28, 2007

Introspección LVI.

Y deseas por sobre todo en la vida, al menos en este momento, romper sus barreras. Y quisieras abrir poco a poco sus puertas, ahuyentarle el miedo, porque también son tus miedos. Enamorarse no es cosa de un dos por tres. Es un proceso complejo que en su curso te da emociones, pero su final siempre lastima.
El pasado te estorba, no te deja ir más allá. Te ha robado la confianza en todo y en ti, sobre todo en ti. No mereces ser amado por una mujer que sea inteligente o hermosa. No tienes nada que ofrecerle que no sean traumas, dolencias, pasados que pesan como cadenas, recuerdos que duelen como el fuego inquisidor. No eres nadie. Tú nombre no significa nada, eres uno más de entre millones que buscan ser algo. Llevas años queriendo ser y no eres nada, sólo un intento de intentos.
Pero sabes que necesitas evolucionar.
Quizá algún día lo hagas. Tal vez no vivas para saber si lo hiciste y todo quede en un sueño de colores sepia, con apariencia a un cuadro de pintura.
El solo sale mañana y desearías que fuera viernes y se hubiera detenido el reloj cuando este marcaba las diez. Deseas, anhelas, pero no eres capaz de cumplir.
Te preguntas ¿hasta cuándo?, y sabes bien la respuesta, pero la olvidas y la guardas en un cajón bajo veinte mil candados. Prefieres escudarte en aquella idea shakesperiana de que eres un juguete del destino. Destino decidí por mí, imploras a los cuatros vientos. Nadie te escuchará. Sólo tu conciencia cobarde y tus sentimientos encontrados.
Cobarde, inepto. ¿Por qué tomas un libro en lugar de salir a escribir tu historia?
Pero ¿cómo pedirte que seas capaz de romper las barreras del miedo, si no eres capaz de hacer una novela y concluir un poemario? Fracaso de escritor. Deshecho de humano.
Desaparece canalla. Extínguete. El mundo no necesita de gente como tú.
Sólo bórrate.

viernes, abril 27, 2007

Introspección LV.

Y sentir que las palabras se te acaban para hablar y al intentar escribir las plumas conspiran para que no lo hagas, se vuelven inservibles, los teclados de las computadoras no son reconocidos por el cerebro operacional del aparato y las maquinas de escribir se extinguen.
Verla frente a ti y saber que en la mente estás volviendo a escribir, que todos los conspiradores han osado en tu favor, pero resulta ahora que las herramientas sirven, no puedes escribir, las palabras te son insuficientes para describir tanta belleza.
Entonces comprendes que tu soledad acaba cuando la ves sonreír, cuando te toma de la mano o simplemente cuando pregunta ¿cómo estás?, pero también sientes que si existe Dios o algo parecido, esa sensación sería lo más cercano a su existencia.
Sólo resta la muerte. Ya nada será mejor en la vida. Ni las alas de un Quetzal se podrían comparar con la armonía y la luz que significa, en tu mundo, la sonrisa de ella.

miércoles, abril 25, 2007

Cerrando una etapa.

Hoy cerré un ciclo en mi vida. Salio mi columna Inventario Juvenil, número 100 y decidí terminar con esa etapa, para comenzar otra.
Aún no decido cuál será el nuevo nombre de la columna, así como su contenido.
He tomado un descanso de 1 mes para procesar y evolucionar.
Aquí mi última columna:
Inventario Juvenil
alfredogodinez_periodicaliteratura@hotmail.com
Alfredo Godínez

Para la hermosa Zul Ariam por su agradable compañía

100 Inventarios.

Son dos años de hacer está columna y cien veces, ya, las que ha salido publicada en este Diario Cambio. El que esto escribe llegó a Cambio de una manera sorprendente. Eran finales del 2004 y me encontraba tomando los últimos talleres literarios con Pedro Ángel Palou García, en la Casa del Escritor, cuando este era Secretario de Cultura y terminaba su periodo al lado del gobierno del Lic. Melquíades Morales Flores. Eran épocas de resplandor cultural a comparación de los tiempos que vivimos bajo el diazordacismo de Montiel Bonilla. En esos días, la mayoría de los columnistas, entre los que recuerdo al constante enemigo declarado de Pedro: Alejandro Mondragón, quien por esas épocas aún escribía en Cambio, se encontraba en una guerra declarada sin argumentos ni lógica contra el autor de Zapata (2006). Por esos días empecé a considerar a Pedro no sólo mi maestro, sino mi amigo, y salí en su defensa mandando una carta de tipo privado a Mario Alberto Mejía, reclamándole el hecho de permitir que en Cambio se publicaran atrocidades como las que acostumbra escribir Mondragón. Fue un viernes no a fines de guerra, más bien a fines decembrinos, un 17 de diciembre que me vi con mi amiga Jenny Kim, el motivo: enterarme si había sido merecedor a la beca de FOESCAP. El resultado fue negativo. De paso, entre a la Casa del Escritor donde recibí la noticia en boca de Moisés Ramos de que mi carta que le mande a Mario Alberto Mejía había salido publicada como carta abierta en Cambio. Para principios de enero del 2005, 12 de enero, aparecía mi primer columna en el Diario Cambio, gracias a la confianza y apoyo que me otorgo Mario Alberto.
Este espacio aunque para la mayoría pueda parecer contraproducente, ha sido siempre un espacio para defender a Pedro Ángel Palou García, como a Roberto Martínez Garcilazo y darle su lugar a gente valiosa como Gerardo Pablo, Alejandro Ramírez, Ignacio Padilla, Xavier Velasco, Jorge Volpi, entre otros amigos más. Fue también un lugar que me ha servido para aprender y aprehender constantemente de errores propios, desde los ortográficos hasta los de coherencia y estilo en la redacción.
A lo largo de estos años caminé y aprendí de gente como Enrique de Jesús Pimentel, Juan Gerardo Sampedro, Roberto Martínez Garcilazo, Mario Alberto Mejía. No puedo hacer a un lado a mis correctores particulares de estilo como lo han sido y lo son: mi Papá, Israel Aguilar, Héctor Sánchez y Jenny Kim.
Agradezco enormemente a Don Gabriel Sánchez Andraca, Arturo Rueda, Zeus Munive, Edmundo Velázquez por el espacio y apoyo de forma directa e indirecta.
Silvio Rodríguez escribió: (…) He estado al alcance de todas las manos que han querido tocar mi mano amigamente (…) (…) No he estado en los mercados grandes de la palabra, pero he dicho lo mío a tiempo y sonriente (…) Aunque se dice que me sobran enemigos, todo el mundo me escucha bien quedo cuando canto (…) Agradezco la participación de todos los que colaboraron en esta melodía. Se debe subrayar la importante tarea de los perseguidores de cualquier nacimiento. Si alguien que me escucha se viera retratado, sépase que se hace con ese destino. Cualquier reclamación que sea sin membrete. Buenas noches, amigos y enemigos. Es una canción que llevo como credo. Su nombre es Resumen de Noticias y viene en el disco Al final de este viaje.
Afortunadamente siempre que salgo en defensa de alguien, aunque mis palabras no tengan la fuerza suficiente como las de Mario Alberto o Arturo Rueda, puedo presumir que la amistad y lealtad han sido la razón. Mi madre recientemente me preguntó si no me daba miedo salir en defensa de alguien con la gran probabilidad de poder ser amenazado, golpeado, etc... Sobre todo, sabiendo que no obtengo nada a cambio, que defiendo por defender, sin pedir, que doy sin recibir. Nada mejor que saberse amigo de gente como Pedro Ángel Palou García, Ignacio Padilla, Jorge Volpi, Xavier Velasco, Gerardo Pablo, Juan Gerardo Sampedro, Roberto Martínez Garcilazo, Alejandro Ramírez, Verónica Estay, Yussel Dardón, Alí Calderón, Mario Calderón, Alejandro Palma, Felipe Galván, Fernando Morales Cruzado, Miguel Maldonado, etc…Sin olvidar a la familia: los presentes y ausentes, y los amigos que no aparecen, pero bien saben que están aquí. No existe mejor recompensa y pago que la amistad y la lealtad. La vida no vale nada sin esas dos cosas para mí.
Los ciclos deben cerrarse. Siempre el 100 es un número perfecto para dejar que la evolución haga lo suyo. Por lo pronto, tomaré un receso de reestructuración para regresar a mediados de mayo. Pero si las torpezas de Montiel Bonilla lo ameritan, estaré con algún artículo extraordinario.

Comentarios en http://alfredogodinezycia.blogspot.com

domingo, abril 22, 2007

Introspección LIV.

Recorrer tu cuerpo con la misma tranquilidad con que lo hace un explorador cuando sale de excursión a conocer nuevas tierras, utilizando el don del conocimiento y la sorpresa, pero también de la calma.
Si Dios ocupo seis días para crear al mundo y uno para descansar. Yo ocuparía seis días. El primero estaría dividido en dos: contemplar lo que te cubre y conocer lo que está debajo.
El segundo sería para recorrer cada parte de cuerpo desde las uñas hasta las orejas y por ambos lados.
El tercero nos acercaría a lo divino, la complementación de los cuerpos, la unión de los cánticos amorosos y la fusión de las semillas creadoras de vida.
Los otros tres días repetiría la dosis, implementando nuevas estrategias para contemplar y visitar cada parte que te conforma.
Y el séptimo día sería para pedirte que no te vayas.

Introspección LIII.

Sorber poco a poco el vaso en el que has bebido, para tener algo tuyo dentro de mí, aunque sea la esencia.
Soñar que en un más allá se puede hacer lo que un más acá, parece inexistente, la permanencia de andar por el mundo tomados de la mano y con las sensaciones a flote, sin temor a nada, más que al fracaso de los sexos.
Y como dice Silvio Rodríguez, cada noche, aunque no esté de moda, tomarnos de la mano y decir juntos, a una sola voz: te quiero.