viernes, diciembre 28, 2007

Para no olvidar y hacer memoria de nuestro pasado

De Las Herencias Ocultas de la Reforma liberal del siglo XIX de Carlos Monsiváis, transcribo este texto que se me hace fundamental para ir entendiendo la historia de nuestro país.
-
Prieto y su divisón de la historia del México ya hispanizado:
  1. Desde la toma de la ciudad de México hast ala venida del primer virrey. Codicias, asesinatos en masa, imposición brutal de creencias, arrasamiento del mundo prehispánico.
  2. Hasta la terminación del cominio de la Casa de Austria. Explotación inmiserecorde de los recursos del país, rapiña, acumulación de bienes, concentración de la propiedad territorial, destrucción por trabajos forzados de las comunidades indígenas, aislamiento total del país (interdicción a los extranjeros, lo "que quitaba todos los beneficios de la sociabilidad"), virreyes buenos o regulares, burocracia, racismo aplicado contra los mismos criollos.
  3. Hasta el grito de insurreción dado en la Nueva España el 16 de septiembre de 1810. Acumulación del descontento, lenta y sólida germinación de la idea de Independencia, conspiraciones criollas, recelos y persecuciones a los disidentes de los españoles, emergencia de los insurgentes, y
  4. De 1810 a la República Restaurada. Aquí, lo primero es el panteón de los héroes. prieto incluye una tabla "Para ayudar a la memoria sobre la Guerra de Independencia", y elige cinco "Personajes Prominentes": Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Rayón, Jóse María Morelos y Pavón, Francisco J. Mina y Agustín de Iturbide. En los años siguientes, los historiadores expulsan a iturbide, contra quien ya vierte Prieto críticas feroces ("...cuidando no recargar los negros colorres con que s epuede caraterizar a Iturbide, sin recordar los hechos horribles de Morelia ni los bandos entre los cuales alguno mandaba quitar a una polbación, incluyendo mujeres y niños..."). Pero al santoral, ya determinado, se agrega pronto a don Benito Juárez.

Lo que aconteció este 2007 en el ámbito cultural.

Destaca Profética como la sede de mayor actividad literaria en Puebla (Intolerancia Diario 28/12/07)
Federico Vite
---
Durante este año se buscó deficientemente la reapertura de la Escuela de Escritores, se homenajeó a los narradores René Avilés Fabila, Sergio Pitol y al poeta José Luis Rivas.
--
De acuerdo con varios de los foros que en Puebla programaron presentaciones de libros, lecturas de poesía u homenajes a literatos, se hizo un resumen de las actividades más destacadas en materia literaria.
-
La Casa del Escritor fungió como la sede para que uno de los libros más comentados del país se presentara en septiembre: El deseo postergado, ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2007, al cual asistieron más de 200 personas, en su mayoría jóvenes, que atendieron los comentarios de los poetas Álvaro Solís, Jaír Cortés, Alí Calderón y Mario Bojórquez, quien, con este poemario, es el primero de los mexicanos en formar parte de la editorial Lumen en la colección de “Poesía”.
-
Fue un recinto para que diversos poetas jóvenes ofrecieran lecturas de poesía. Y durante el pasado Festival Internacional de Puebla (FIP), en noviembre, alojó a los escritores invitados como parte del FIP. Estuvieron, por ejemplo, los poetas Jorge Fernández Granados y Andrés Hinostrosa; también la venezolana María Auxiliadora y Alan Mills, de Canadá.
--
Homenajes
-
En el salón Paraninfo del edificio Carolino se realizó en julio pasado un homenaje al novelista René Avilés Fabila, porque su novela Los juegos cumplió 40 años de haber sido publicada por primera vez (1967). Sobre este libro, polémico en su momento, Avilés comentó: “un joven me hizo el mejor piropo que me han hecho de esta novela, pues dijo que parecía haber sido escrita por un “ceceachero” en plena huelga, bien encabronado y bien “mariguana”.
-
En aquella ocasión, ante más de cien personas, los escritores Horacio Porcayo, Juan Gerardo Sampedro, Felipe Galván, Ricardo Cartas y Roberto Martínez Gracilazo hablaron de la trayectoria del autor de El gran solitario del palacio.
-
Reseñaron el transcurso de un texto que a los 40 años que haberse editado, sufre una transformación, pues fue reeditada por Nueva Imagen con la intención de que los jóvenes lectores puedan conocer esta emblemática novela de la generación que sufrió la revuelta del 68 en nuestro país, pues critica tanto a los intelectuales mexicanos, como a los hechos violentos que orquestó el gobierno.
-Avilés, en su turno al micrófono, agradeció los comentarios de todos los participantes. “No me es fácil hablar de un libro que se inició en 1960; quizá el mejor comentario, sin menospreciar de ninguna manera los que acabamos de escuchar fue hablar de él a tantos años de su nacimiento.
-
“Todo lo dicho aquí es cierto, este libro me dio una salida ruidosa en mi carrera, aunque sólo quería decir, al escribir Los juegos, que este sistema nos está dando ‘atole con el dedo’, que su caída es inminente y no sólo yo lo he dicho, mucha gente, desde los 60 ya está anunciando este problema. Aún es un sistema que nos está dando ‘atole con el dedo’”, afirmó.
-
Otro de los homenajeados en este mismo recinto fue el veracruzano Sergio Pitol, en esta ocasión, el 4 de septiembre, los integrantes del colectivo artístico La Fuga Literaria y algunos maestros del Colegio de Lingüística y Literatura Hispanoamericana, Alma Corona, Atala García (estudiante de la UDLA), el catedrático de la UDLA-P Alfonso Montelongo y los integrantes de la Fuga Literaria, Alfredo Godínez e Israel Aguilar, hablaron de la trayectoria del ganador del premio Cervantes 2005.
-
Y en su turno Pitol comentó: “este homenaje ha sido una cosa que me llegó al alma, el hecho de que no estén separadas las universidades y el ver tanta juventud en este bellísimo Paraninfo”. Explicó que planeaba, para este 2008, publicar una novela, esto después de que estudió a varios escritores de Latinoamérica, por ejemplo, Mario Bellatin; Rodrigo Rey Rosa, de Guatemala; a César Aria (argentino); a Roberto Bolaño, que más que chileno es mexicano; Ricardo Piglia (argentino); “son autores que han vitalizado la forma de escribir novelas en el continente”, dijo en aquella ocasión.
--
Eventualidad
-
Una eventualidad ocurrió en la Casa de la Cultura, vía alumnos y exalumnos del Colegio de Lingüística y Literatura, se programó la presentación de Ante un cálido norte del poeta y traductor José Luis Rivas; este acto también fue parte de un homenaje que los poetas Álvaro Solís, Jaír Cortés, Alí Calderón y Jorge Mendoza rindieron a quien diera voz en español a Pierre Reverdy, Michel Tournier, Jean Marie C. Le-Clezio, Henri Bosco, Georges Schehadé, T.S. Eliot, Saint-John Perse, Jules Supervielle, Derek Walcott, Arthur Rimbaud, Joseph Brodsdky y Les Murray.
-
Esta celebración de la trayectoria literaria de Rivas se realizó interinstitucionalmente entre la Maestría en Literatura Mexicana de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) y la Casa del Escritor.
-
En aquella ocasión, Rivas agradeció la presencia de más de 200 personas que se dieron cita para escuchar a uno de los poetas vivos más destacados del país.
-
Dijo que estaba conmovido, que el mejor homenaje que le hacían era la presencia de tanta gente ante un poeta.
--
Profética
-
Esta sede, usualmente en activo cada jueves por la noche, ha presentado el trabajo de diversos autores jóvenes y de escritores ya conocidos, al igual es parte del grupo de organizadores de los premios de poesía Gutierre de Cetina y Alejandro Meneses de cuento. De igual manera hizo posible el primer concurso Muestra tu Moleskine, para los interesados en artes plásticas.
-
Durante todo el año se ha mantenido una persistente actividad literaria en este foro, desde charlas acerca de astronomía hasta disertaciones poéticas, como la ofrecida por el escritor Julián Herbert acerca de Piedra de sol, poema del Nobel Octavio Paz.
-
En este sitio de igual manera se comentaron números de revistas varias como Metapolítica o Tierra Adentro.
-
Estuvo presente en Arterótico como el punto de encuentro de las Veladas Literarias en las que participación los escritores Alberto Ruy Sánchez, Mónica Lavín y Coral Bracho; además del editor de literatura erótica Alejandro Zenker. Estas charlas versaron acerca del oficio de escribir y del erotismo, fueron conducidas por la pintora Rosa Borrás y el reportero Óscar López Hernández.
-
Aparte, durante el Congreso de Poesía y Poética, organizado por alumnos de la Maestría en Literatura Mexicana, en el patio de Profética se hicieron las lecturas de poesía, decenas de escritores mostraron su trabajo en este foro que aglutina gran parte de las actividades literarias.
--
Convenios
-
En el bar El Breve Espacio fungió como la sede de varios títulos del Fondo Editorial Tierra Adentro, presentó poetas, narradores y ensayistas jóvenes, es otro de los foros destinados a la divulgación de la literatura.
-
Destacó que en marzo de este año, el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) y la Casa del Escritor organizaron una serie de actividades con miras a reiniciar las actividades de la Escuela de Escritores de Puebla. El narrador Hernán Lara Zavala, René Avilés Fabila, el poeta Jaime Augusto Shelly, la narradora Mónica Lavín, la dramaturga Estela Leñero y el novelista Agustín Ramos dieron algunos cursos y charlas relacionadas con la literatura.
-
Y las Galerías de Palacio se convirtieron en un espacio para lecturas de poemas, en las que estuvieron Kenia Cano, Claudia Posadas, Jorge Fernández Granados, Roxana Elvridge, Mario Bojórquez, Coral Bracho y Armando González Torres; de igual manera se presentaron algunos libros como Bajo el peso de nuestro propio fuego, de Gerardo Oviedo; la revista literaria Rimbaud, de Tlaxcala; y el poemario Mutaciones, de Gerardo Lino.
-
Finalmente, la biblioteca Palafoxiana ha presentado los libros y catálogos que la Secretaría de Cultura en coedición con LunArena ha ido publicando.
-
De los pocos textos de dramaturgia que se presentaron, la Casa del Escritor albergó a Contigo América, un registro histórico que da cuenta del trabajo de este grupo escénico que a lo largo de 25 años trayectoria se ha convertido en un emblema del teatro independiente en México. Los presentadores, en esta ocasión, fueron el dramaturgo Felipe Galván, el director escénico Williams Sayago y el compilador e investigador de este volumen, Julio César López.

jueves, diciembre 27, 2007

Mis doce uvas



Diario Milenio-Puebla (27/12/07)
--
Hace exactamente un año unos cretinitos que andan por ahí me desearon, en una pobre nota periodística del día de los inocentes, todo el mal que a alguien se le puede desear. Muy a pesar de que no tomé en cuenta esas tonterías –no broma, sí encono– no esperaba otra cosa que terminara 2007. Ya casi termina, ya casi. No son malos o buenos los años, somos nosotros y nuestras circunstancias, como lo dijera Ortega y Gasett.
-
Justamente ayer pasé al supermercado y compré unas latas que vienen con las doce uvas que, por tradición, se deben consumir a la hora de las doce campanadas que indican que el año se va, al tiempo de pedir doce buenos deseos. A veces se confunden los deseos con los propósitos, existe el riesgo. Pero los propósitos son también deseos.
-
Yo aquí tengo los míos y los comparto a pocas horas de abrir la lata de las uvas. No voy a confesarlos todos porque vienen acompañados del secreto; si no, jamás se lograrían.
-
Espero antes que nada conservar a mis amistades, todos aquellos que han depositado su confianza en mí. Gracias amigos míos, que sí los tengo y son muchos/ Espero, por otro lado, mantener a los que se dicen mis enemigos alejados, muy alejados, tan alejados como siempre, allá, que no se me acerquen/ En mi nota de deseos y propósitos he decidido seguir hablando de los plagiarios de la teoría del cuento mexicano; si algo tiene de vergonzoso una investigación es precisamente el plagio con la creencia de que los lectores somos tontos/ Seguiré caminando por las mañanas en el Parque Ecológico y con mis rutinas de Yoga ahí con la maestra Coral/ trataré de abandonar el Rivotril y el Lexotán, será mejor quizá acompañar el sueño con un buen traguito de Hornitos/ Que mis amigos y mis amigas hagan frente a sus problemas, ellos y ellas saben a qué me refiero y, por último dentro de esta pequeña lista revelada, deseo con todo el corazón que cambien para bien las cosas en la Secretaría de Cultura: ese personaje sin autocrítica que se sigue sintiendo secretario ha llenado de torpezas la cultura de Puebla. El 2007 fue terrible para la cultura. Por fin hace poco, el compañero Eduardo Montagner habló de los motivos de su renuncia: la humillación de que fue víctima por parte del arrogante secretario, quien así como llegó a esa Secretaría (sin merecimientos y por suerte) pudo haber tenido otro papel lejos de la cultura.
-
Por fin se termina 2007. Hubo meses que se me hicieron eternos, como mayo y junio; otros pasaron más rápido que los tranvías.
-
Deseo por último que a ustedes, mis amigos y lectores, les espere un excelente 2008, sin sobresaltos, sin los problemas que a veces da la vida cotidiana. Yo entonces a mis asuntos, a seguir trabajando. Feliz año.

martes, diciembre 25, 2007

Fotografía y posmemoria



Diario Milenio-México (25/12/07)
--
Dice Milorad Pavic, en esa maravillosa novela que responde al nombre de Paisaje pintado con te, que el pasado siempre está a punto de ocurrir. En Tiempo pasado: Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una discusión, Beatriz Sarlo argumenta que “el regreso del pasado no es siempre un momento liberador del recuerdo, sino un advenimiento, una captura del presente”. De ahí que el tiempo propio del recuerdo sea, precisamente, el presente: “es el único tiempo apropiado para recordar, y también el tiempo del cual el recuerdo se apodera, haciéndolo propio”. Tal vez pocos artefactos como las imágenes fotográficas transmitan con tanta convicción –con una convicción, eso sí, paradójica– ese estar-a-punto-de que caracteriza a lo que, habiendo sido, sigue siendo. En efecto, son pocos los elementos fragmentarios, y una fotografía de suyo lo es, que convocan, con tanta naturalidad, diríase que hasta con urgencia, la continuidad de un relato. El que ve un retrato, se apropia de una historia porque su mirada, lo quiera o no así, la reaviva, continuándola. El que ve, no se transporta hacia el pasado sino que, tal como lo sugieren Pavic y Sarlo, traen ese pasado a colación en el presente. Tal vez pocos objetos nos conviertan, a través de una acción tan aparentemente inocua como ver, en sus cómplices. El que ve un retrato, se implica.
-
Hace más o menos un año recibí una invitación por parte de José Rojas Loa para participar, junto con los historiadores Cristina Sacristán y Andrés Ríos, en la presentación de una serie de fotografías del Manicomio General, comúnmente conocido como La Castañeda, la institución inaugurada en 1910 con bomba y platillo por el entonces presidente Porfirio Díaz, como primer acto de las celebraciones del centenario de la independencia de México. No tendría que explicar pero explico que la invitación se relacionaba a los muchos años que, en mi faceta de historiadora, he pasado leyendo e interpretando material textual y fotográfico del dicho manicomio. Mi relación con la institución, quiero decir, no es personal. Nunca fui, que yo sepa, una de las internas que ven hacia la lente de la cámara fotográfica con azoro o estupefacción o indiferencia. De haber sufrido de algún desajuste mental, mis ancestros lidiaron con esas condiciones en el extra-muros del mundo de la provincia norte. Nunca visité a interno alguno en sus pabellones y ni siquiera entretengo, como tantos otros, historias o macabras o divertidas sobre los avatares de La Castañeda en el barrio de Mixcoac –hoy por hoy una zona en la que la locura más cotidiana es, como en toda la ciudad, el tráfico. No soy integrante, quiero decir, de esa segunda generación que, a decir de Marianne Hirsch, podría hacer de mí, al ver las fotografías de La Castañeda, una agente de la posmemoria.
-
Y, sin embargo, después de esos muchos años que he pasado leyendo con cuidado expedientes y oficios, y observando en obsesivo detalle fotografías y retratos del manicomio, es del todo difícil asegurar que mi relación con la institución no es personal. Menciono todo esto porque en la discusión que Beatriz Sarlo anima contra el concepto de posmemoria acuñado por Hirsch –un término que a Sarlo no sólo le parece narcisista y redundante sino también carente de toda eficacia teórica– la pensadora sudamericana acota que la única especificidad de la así llamada posmemoria no es su supuesta naturaleza mediada y lacunar, vicaria o abierta, sino más bien el grado de implicación subjetiva del sujeto que, desde el presente, y más específicamente desde posiciones concretas de clase y género de su presente, invoca o busca, o invoca por el sólo hecho de buscar, ese pasado. Dice Sarlo en un ejemplo que involucra testimonios de hijos de hombres y mujeres desaparecidos durante la dictadura militar: “Es la intensidad de la dimensión subjetiva la que diferencia la búsqueda de los restos de un padre o una madre desaparecidos por sus hijos, de la práctica de un equipo de arqueólogos forenses en dirección al esclarecimiento y la justicia en términos generales… [s]implemente se habrá elegido llamar posmemoria al discurso donde queda implicada la subjetividad de quien escucha el testimonio de su padre, de su madre, o sobre ellos”.
-
Vuelvo a las fotografías de la Castañeda, a esas imágenes que he visto una y otra vez con la clase de “intensidad subjetiva” que produce el extraño reino del Como-Si. No soy nada de ellos, en efecto, pero cada mirada me ha convertido con el paso de los años en la hija o nieta o, en todo caso, la cómplice de una experiencia que, en sentido literal no me pertenece, pero que en el sentido político de todo lo que acontece, debería. Cuando veo las imágenes y, más aún, cuando las llevo a presentaciones varias, a charlas que responden a títulos como “El manicomio y la ciudad: la modernidad mexicana desde la locura”, la intención es, sin duda, extender el extraño reino del Como-Si a unos espectadores que disfrutan o padecen, según sea el caso, un presente que es consecuencia directa, pálpito, continuación de los rostros y las rejas y el dolor del manicomio. En el reino del Como-Si, entonces, soy algo de ellos, y lo eres tú. La experiencia no es nuestra, pero la elección, la intensa elección subjetiva, que es, y Sarlo tiene razón en esto, profundamente política, nos produce como la posmemoria de la Castañeda. Intrigante inversión de términos.

lunes, diciembre 24, 2007

¡Feliz Navidad a todos! Que la pasen a gusto con su familia y amigos.
Gracias por seguir pasando a este blog.
Afectuosamente.
Alfredo.

¿De qué color es el poncho?



Diario Milenio-México (24/12/07)
---
1. En el principio estaba una camisa
-
Esta mañana recibí un extraño regalo, cuyo solo recuerdo difícilmente me permite escribir en torno a otro tema. Más que un obsequio, era una provocación, acaso concebida con el fin de fumigar en el destinatario cualquier vestigio de espíritu navideño. Se me invitaba a ver un video en YouTube, que en principio creí asociado a la política. Según la información, los ponchos rojos, fuerza de choque afín al gobierno de Evo Morales, tildaban a Percy Fernández, alcalde separatista de Santa Cruz, de dictador. Rara vez hago caso a una invitación anónima, pero ésta contenía mi nombre y me deseaba unas felices fiestas, de modo que hice click y apareció el video, que había sido tomado de la televisión boliviana. En primer plano, a la derecha de una pantalla dividida, aparecía una entrevista con el alcalde de Santa Cruz, donde hablaba de excesos y actos de barbarie no del todo explicados. Fue entonces cuando reparé ya con cierta atención en las imágenes a la izquierda, afortunadamente sin sonido, donde un grupo de ponchos rojos se amontonaba sobre un pedestal, peleando en apariencia por la posesión de un perro. Retrocedí el video, vi de nuevo y sí, efectivamente, los salvajes se estaban peleando el cuerpo del perro sujeto e indefenso… para decapitarlo. Quieren participar, desesperadamente. Si se mira de nuevo, se ve al pobre animal agitando las patas traseras, segundos antes de que sus verdugos alcen el cuerpo ya sin cabeza, proclamando que van a hacer justo eso con los oligarcas. Y de paso con Percy Fernández.
-
A quien siga leyendo en este punto, sólo puedo ofrecerle no abundar; si bien escribo aún bajo el influjo abyecto de la escena, que me remite a otra del 1900 de Bertolucci, donde un camisa negra, encarnado por Donald Sutherland, habla a sus conciudadanos con un gato entre brazos, explicándoles cómo el enemigo –los comunistas– sabe inspirar ternura a fuerza de confundirse con un inofensivo gatito, tras lo cual se lo sube a la cabeza y estrella ésta contra la pared. Después se alza entre ellos presentes ya con una corona hecha de vísceras, cuero y sangre de gato. Una escena espantosa pero aún ficticia –nadie imagina a Donald Sutherland haciendo eso delante de la cámara– que cierra la primera mitad de la película con el camisa negra y sus seguidores cantando “Somos los fascistas, terror de los comunistas”. Habrá quien diga que estoy abundando y es de pésimo gusto hacerlo en Navidad, pero al fin hablo de un largometraje. Está Dominique Sanda, con Depardieu y De Niro. Son cosas que pasaron, conciliamos el sueño creyendo que han dejado de ocurrir. ¿Qué pesadilla sería despertar y encontrar que el monstruo ya no es un hijo de puta en un filme de época, sino una turba de ellos en un noticiero?
--
2. Lazos de sanguinolencia
-
“Hermano”, se llaman uno al otro los ponchos rojos. Celebran asambleas comunitarias donde las opiniones adversas parecen cuando menos indignas de un hermano. “Los que estén de acuerdo, levanten la mano con el chicote”, los instruye el líder, y ellos votan así, como en esas reuniones fraternales donde se invoca a la familia para apelar no tanto a su lazo afectivo como a su compromiso mafioso. La familia como el chantaje sucio de la sangre. La familia como ese clan siniestro donde todos se lanzan de bruces al perjurio en contra de quien sea antes que dejar a uno caer en desgracia. La familia decente que acusa a la sirvienta piruja de seducir al primogénito ingenuo y embarazarse arteramente de él. La familia que corre cien kilómetros de carretera para ir a abandonar al perro, que es como degollarlo cariñosamente. Hay un lado siniestro de la familia, donde coinciden los peores conservadores, y que tiene que ver con doblegar el propio sentido de justicia frente al inobjetable veredicto del clan. Por alguna razón quizá supersticiosa, a la gente le escuece reconocer que en su familia hay un pobre infeliz que se tira a sus hijas al tiempo que reparte lecciones de moral.
-
¿Me estoy yendo muy lejos? No tanto. Me dan miedo las camarillas de creyentes que se nombran hermano unos a otros. Podrán de pronto ser bellísimas personas, pero el hecho de así llamarse en público les da pie para ver, juzgar y condenar más de lo soportable para cualquier amante de la libertad. De hecho, la palabra amante les perturba, aunque menos que el término libertad, odioso a los oídos de todo ortopedista moral. No sabe uno si cualquier día el supuesto pacto de sangre que les une será la sed de sangre que les haga cómplices. “No degollamos a dos perros por nada”, dirán los ponchos rojos, hermanados por su misión de odio inopinable. Su mensaje es bien claro: se atreven a cualquier atrocidad.
--
3. Vergüenza de especie
-
Parecía una ley absurda la que impedía a los judíos poseer mascotas, durante la alemania nazi. Se decía que la ejecución inmediata de perros y gatos a manos de los inspectores era una crueldad innecesaria. Pero Himmler y Göring pensaban diferente. Los actos de barbarie contra los animales amedrentan al ciudadano común, lo acobardan al punto de insensibilizarlo; lo preparan así para otras atrocidades, mayores desde el punto de vista de nuestra especie. La sangre, al fin, es una. Derramarla con odio manifiesto es declarar la guerra violenta, y hacerlo con apoyo del Estado es abrazar idéntica doctrina que Attila Mellanchini, el personaje de Donald Sutherland. Por lo demás, todo esa perorata racista de Evo Morales y aliados no permite apreciar distancia real entre camisa negra y poncho rojo. ¿O será que hacen juego?
-
¿Achacachi, se llama la localidad de La Paz elegida por los ponchos rojos para dar curso a su sed de venganza a costillas de un par de pobres chuchos que debieron de agonizar atónitos ante todo ese odio que a a cualquier ser sensato tendría que causarle horror, asco y desprecio –el efecto buscado, tal vez–. Una turba cobarde y perversa unida para masacrar a dos inocentes, en el nombre de algunos atavismos imbéciles: tal fue el regalo que recibí esta mañana. Envuelto en color rojo.