sábado, enero 10, 2009

XXXII

Tan sólo renacer como el ave fénix, para poder recomponer todo lo errado.
Después penetrar la espada a todo aquello que en vida mereció la muerte.
Hoy el abrazo, su abrazo, es la aspirina perfecta que necesito para olvidar el amargo día.
El mundo que nos toco vivir
no es el ideal para caminar juntos,
en una calle huele a rosas,
pero las siguientes cuatro
nos invaden con temible olor.

La impureza nos corroe,
unos juran que el amor que proclamamos
hace varias lunas
está putrefacto, como todo en la vida.
Pero qué van a saber ellos de impurezas,
si a duras penas, saben de avemarías y padrenuestros.

Ayer amenazaste con irte de este
mundo imperfecto
con la ayuda de una afilada navaja,
esperando encontrar en otro lugar,
quizá divino, la pureza que te mereces.

¿Acaso no sabes que esa navaja al rozar
con tu piel, te pondrán en igual de condiciones?
Morirías convirtiendo en aquello de lo que huyes.

El mundo en el que vivimos,
nunca será el correcto,
pero al menos tu abrazo
lo convierte en bello.

¿Acaso la mejor belleza no es aquella
que se impone a cualquier imperfección?

XXXI

¿De qué sirve tanta espera si al final sigues escribiendo de lo mismo?
¿Cuándo serás capaz de acabar con todos tus demonios que te carcomen las entrañas?

XXX

Roberto está sentando en un taller de escritores, esperando mamar la suficiente sabia para procrear esos párrafos atorados que esperan algún día convertirse en novela, ahora sólo son fragmentos, simples y cotidianos, juveniles. Todos hablan de Lucía ¿de quién más podrían hablar? Luciferina, la eterna mujer que la asalta en sueños. Lu de día, Mi Lu por la tarde y ayyyyy Luuuuucííííííaaaa en las noches escasas que Roberto recuerda haberla penetrado con esas ansías atoradas, acumuladas.
Ahora el sexo lo ha cambiado por la escritura, que no son más que pedazos de su vida regados en un mar de hojas.
Atrás quedo el cuerpo curvilíneo de Lucía. Ahora lo único curvo que permanece entre sus manos es una botella de refresco, lo único que no se ha esfumado aún.

jueves, enero 08, 2009

Prisión sin condena

Diario Milenio-Puebla (08/01/09)
---
De los casos particulares no hablaré aquí, eso se lo dejo a los lectores que se interesen por el libro coordinado por Marco Lara Klahr, Prisión sin condena, de Debate, recientemente distribuido en casi todas las librerías de México. En el prólogo, que corre a cargo de Miguel Sarre, se expone un panorama bastante desolador acerca de los tres millones de personas que se hallan en prisión preventiva en el mundo.
-
Se entiende aquí por prisión preventiva la que padecen (en la indefensión total) las personas que por algún motivo llegan a encarar un delito sin “contactos”, pobres y con defensores de oficio (públicos) saturados de trabajo. Escribe el autor del prólogo que a esa gente se le da el mismo trato que a los culpables.
-
Sin embargo también se sabe, en la opinión de cualquier litigante, que todos los que llegan a pisar una prisión se declaran inocentes. ¿Cómo saber entonces quiénes son culpables de un delito y quiénes no?
-
En esta edición de Debate (septiembre, 2008) se subraya, en el capítulo inicial, “Intención y legalidad” que, cito textualmente, “El artículo de la Convención Interamericana sobre Derechos Humanos establece que ‘toda persona inculpada del delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad”, y que la libertad provisional sólo se otorgará bajo caución “siempre y cuando no se trate de delitos en que, por su gravedad, la ley expresamente prohíba conceder este beneficio”.
-
Los colaboradores de Prisión sin condena son Patricia Aridjis, fotógrafa documental; Humberto Ríos Navarrete, periodista quien se ha ocupado de los temas de la violencia y la muerte; Juan Veledíaz, reportero de El Universal; Alida Piñón, reportera en la sección cultural de el diario Monitor; y Alejandro Suverza, reportero de El Universal.
-
Prisión sin condena contiene un apartado interesante: “Por qué es preocupante para los ciudadanos de a pie”, y ahí se explica que si la prisión preventiva sirve como una medida para afrontar el riesgo de que una persona huya, interfiera en el procedimiento penal o cometa delitos graves.
-
Hay otro dato interesante: los estudios de victimización demuestran que muchos de los delitos en varios países no son denunciados, porque se piensa que es sólo una pérdida de tiempo.
-
Si quiere profundizar en el tema le doy el dato: Prisión sin condena, Ed. Debate. México, 2008.
-
Lo preocupante del caso son las consecuencias económicas y sociales que trae aparejada la llamada "prisión sin condena". El costo de mantener a quienes se encuentran sin sentencia condenatoria es altísimo en todos los países del mundo.

miércoles, enero 07, 2009

“¿Feliz 2009?”-(Columna "El Guardián del diván"-Diario “El Columnista” de Puebla- 07/01/09)

Ha empezado un nuevo año y todo empezará a tomar su absoluta rutina y cotidianeidad conforme pasen los días. Mientras eso sucede, el mundo nos ha bombardeado en estas vacaciones con su cruda y maldita realidad.
-
El país se seguirá ahogando al mando de Calderón, al cual le da lo mismo si mueren más civiles en su estúpida guerra contra el narcotráfico, con tal de aumentar su popularidad y de mantener a México en calidad de traspatio ante los Estados Unidos. Pues el mundo seguirá en picada, mientras que las guerras patrocinadas por Bush no se terminen, los palestinos e israelís están condenados a la desaparición, provocado por sus enormes diferencias, aparentemente irreconciliables. Pero a nadie le importa esto. A los grandes dueños del mundo no les importa que sus consumidores se vayan a quedar sin dinero para adquirir sus productos, siguen aumentado precios y algunos hasta especulando con las finanzas de países enteros. Ahí tenemos el más vivo ejemplo en Carlos Slim, que en lugar de buscar reforzar la economía mexicana, ha aumentado su propia bolsa al adquirir a la escudería Honda y con ello la producción de los automóviles.
-
Y todo esto, tiene su efecto en los pequeños núcleos sociales. Los grupos de amigos cada vez encuentras más diferencias que afinidades; las familias crecen pero en un lugar de unirse se separan. Y todo se vuelve una guerrilla de baja intensidad, donde los que menos tienen la culpa, no sólo salen manchados, sino mutilados y a veces hasta muertos.
-
Todo lo anterior, sin vacilación, me lleva a seguir creyendo que Nietzsche no se equivocó al afirmar que la solución a todos los males, era acabar con Dios –entiéndase con los fundamentalismos, no con la divinidad (interpretación pésima que le han dado los malos lectores a Nietzsche)- que tanto daño le ha hecho a la sociedad y así como vamos, nos llevarán a la extinción. Y sin titubeo alguno, creo que el fundamentalismo es hermano del fanatismo.
-
Pero sin duda, como dice Calderón, disfrutemos este 2009 –claro con su sueldo que recibe, cualquiera vociferaría semejante idiotez.
--
El diván de los deseos
-
A modo de carta a los Reyes Magos o Santa Claus, deseo y espero que a todos este 2009 nos traiga la suficientes energías para afrontar el año, que aprendamos a ser tolerantes y respetuosos de las diferencias existentes entre cada uno de nosotros y que sepamos aceptar al otro con todo y sus defectos.
-
Por otro lado, espero que mi equipo del Puebla no descienda y que las aguilitas del América sigan fracasando.

martes, enero 06, 2009

Nuevas adquisiciones

Franz Kafka: El castillo (Novela).
Thomas Mann: La montaña mágica (Novela).
Faulkner: Mientras agonizo (Novela).
Faulkner: El ruido y la furia (Novela).
Cirlot: Bronwyn (Poesía).
Cirlot: En la llama (Poesía).
Octavio Paz: El laberinto de la soledad (Ensayo).
Octavio Paz: Sueños en libertad. Escritos políticos (Ensayo).
Zizek: El sublime objeto de la ideología (Sociología).
Zizek: El acoso de las fantasías (Sociología).
Sergio Pitol: El mago de Viena (Ensayo, relato y memoria).
Sergio Pitol: Domar la divina garza (Novela).
Carlos Monsiváis: El Estado laico y sus malquerientes (Ensayo).
Roberto Bolaño: 2666 (Novela).
Juan Villoro: El testigo (Novela).
Enrique Serna: El seductor de la Patria (Novela).
Rosa Beltrán: La corte de los ilusos (Novela).
Ana Clavel: Cuerpo náufrago (Novela).
Javier Cercas: Soldados de Salamina (Novela).
Santiago Gamboa: El síndrome de Ulises (Novela).
Eduardo Antonio Parra: Nostalgia de la sombra (Novela).
Fabrizio Mejía Madrid: Hombre al agua (Relato).
Santiago Roncagliolo: Abril rojo (Novela).

Re-inventando las lecturas-Recuento de libros

Libros que he leído de mi pequeña biblioteca (en negrita van resaltados los libros que leí en este perído, que comprendio la mitad del año de 2008).
--
Narrativa:

-
Vicente Riva Palacio: Los cuentos del General (Cuento).
Vicente Riva Palacio y Manuel Payno: El libro rojo (Crónicas).
Emilio Rabasa: La Bola-me lo prestaron (Novela).
José López Portillo: La Parcela-me lo prestaron (Novela).
Rafael Delgado: La Calandria-me lo prestaron (Novela).
Federico Gamboa: Santa-me lo prestaron (Novela).
Jorge Ibargüengoitia: Los relámpagos de agosto (Novela).
Mariano Azuela: Los de abajo (Novela).
B. Traven: Macario. (Novela).
Juan Rulfo: Pedro Páramo/El llano en llamas (Novela y cuento).
Sergio Pitol: La vida conyugal (Narrativa).
Sergio Pitol: El desfile del amor (Novela).
Elena Poniatowska: Querido Diego, te abraza Quiela (Narrativa).
José Emilio Pacheco: Los principios del placer (Cuento y Noveleta).
José Emilio Pacheco: Las batallas del desierto (Novela).
José Manuel Villalpando: Mi gobierno será detestado (Novela).
Guillermo Samperio: Ellas habitan un cuento (Cuento).
Daniel Sada: Luces artificiales (Novela).
Carlos Fuentes: La Región más transparente (Novela).
Carlos Fuentes: Aura. (Novela).
Héctor Aguilar Camín: La Guerra de Galio (Novela).
Eugenio Aguirre: Victoria (Novela).
Pedro Ángel Palou: Pequeño Museo de la Melancolía (Relato).
Pedro Ángel Palou: Los placeres del dolor (Cuento).
Pedro Ángel Palou: Música de Adiós (Cuento).
Pedro Ángel Palou: El Último Campeonato Mundial (Novela).
Pedro Ángel Palou: Bolero (Novela).
Pedro Ángel Palou: Demasiadas vidas (Novela).
Pedro Ángel Palou: Casa de la Magnolia (Novela).
Pedro Ángel Palou: Con la Muerte en los Puños (Novela).
Pedro Ángel Palou: En la Alcoba de un Mundo, Una vida de Xavier Villaurrutia (Novela).
Pedro Ángel Palou: Memoria de los Días. (Novela).
Pedro Ángel Palou: Qliphoth (Novela).
Pedro Ángel Palou: Quien dice sombra (Novela).
Pedro Ángel Palou: El diván del diablo (Novela).
Pedro Ángel Palou: Zapata (Novela).
Pedro Ángel Palou: Morelos, morir es nada (Novela).
Pedro Ángel Palou: Cuauhtémoc, la defensa del quinto sol (Novela).
Ignacio Padilla: Si volviesen sus majestades (Novela).
Ignacio Padilla: Amphitryon (Novela).
Ignacio Padilla: Espiral de artillería (Novela).
Ignacio Padilla: Una forma falsa de verdad (Selección de textos).
Ignacio Padilla: Las Antípodas y el Siglo (Cuento).
Ignacio Padilla: La Gruta del Toscano (Novela).
Jorge Volpi: A pesar del oscuro silencio (Novela).
Jorge Volpi: La paz de los sepulcros (Novela).
Jorge Volpi: El juego del Apocalipsis (Novela).
Jorge Volpi: Sangrar tu piel amarga (Novela).
Jorge Volpi: El temperamento melancólico (Novela).
Jorge Volpi: En busca de Klingsor (Novela).
Jorge Volpi: El fin de la locura (Novela).
Jorge Volpi: No será la tierra (Novela).
Jorge Volpi: El jardín devastado (Novela).
Eloy Urroz, Ignacio Padilla y Jorge Volpi: Tres bosquejos del mal (Cuento).
Cristina Rivera Garza: Nadie me verá llorar (Novela).
Cristina Rivera Garza: La muerte me da (Novela).
Cristina Rivera Garza: La frontera más distante (Cuento).
Álvaro Enrigue: Vidas perpendiculares (Novela).
Mario Bellatin: Flores (Novela).
Mario Bellatin: La jornada de la mona y el paciente (Novela-Diario).
Mario Bellatin: El Gran vidrio (Novela).
David Toscana: Lontananza (Relato).
David Toscana: Duelo por Miguel Pruneda (Novela).
Gerardo Kleinburg: No honrarás a tu padre (Novela).
Luis Humberto Crosthwaite: Instrucciones para cruzar la frontera (Relatos).
Xavier Velasco: Luna llena en las rocas (Crónicas).
Xavier Velasco: Diablo Guardián (Novela).
Xavier Velasco: Materialismo Histérico (Cuento).
Xavier Velasco: Éste que ves (Novela).
Mónica Lavín: Cambio de vías (Novela).
Beatriz Rivas: La hora sin diosas (Novela).
Sandra Becerril: La calle de las brujas (Novela).
Victoria García: Historias de otros (Novela).
Juan Gerardo Sampedro: Ojos de Entonces (Novela).
Juan Gerardo Sampedro: Nudos (Cuento).
Gabriel Wolfson: Caja (Cuento).
Mario Calderón: Destino y otras ficciones (Cuento).
Mario Calderón: Donde el Águila paró (Cuento).
Ricardo Cartas Figueroa: La Noche de Karmatrón (Cuento).
Felipe Galván: Autor anónimo (Novela).
Antología de narradores en Puebla: Varios. (Narración).
Insólitos y ufanos, antología de cuento poblano: Varios (Cuento).
Fronteras del deseo: Varios (Cuento).
El eco hecho carne: Varios (Cuento y poesía).
Julio Cortazar: Rayuela, 1era forma de leer (Novela).
Augusto Monterroso: Movimiento perpetuo.
Pedro Antonio de Alarcón: El sombrero de tres picos (Novela).
Gabriel García Márquez: Cien años de soledad (Novela).
Gabriel García Márquez: Extraños doce cuentos peregrinos (Cuento).
Roberto Bolaño: Los detectives salvajes (Novela).
José Saramago: El evangelio según Jesucristo (Novela).
Vila-Matas: Bartleby y compañía (Novela).
J. M. Coetzee: Desgracia (Novela).
Antonio Tabucchi: La Cabeza Perdida de Damasceno Monteiro (Novela).
Albert Camus: El Extranjero (Novela).
Milan Kundera: La Insoportable Levedad del Ser (Novela).
Truman Capote: A sangre fría (Novela).
Truman Capote: Música para Camaleones (Cuento).
Dashiell Hammett: Cosecha Roja (Novela).
Michael Ende: Momo (Novela).
Franz Kafka: El Proceso (Novela).
Franz Kafka: La Metamorfosis (Cuento o novela).
Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas/A Través del Espejo (Cuento o novela).
V. Nabokov: Lolita (Novela).
V. Nabokov: Desesperación (Novela).
W. Faulkner: ¡Absalón! ¡Absalón! (Novela).
Heinrich Böll: El honor perdido de Katharina Blum (Novela).
Hesse: Demian (Novela).Hesse: Lobo estepario (Novela).
Hesse: Bajo las ruedas (Novela).
Hesse: El último verano de Klingsor (Novela).
H. Melville: Bartebly, el escribiente y otros cuentos (Cuento).
Conrad: El corazón de las tinieblas (Novela).
Robert L. Stevenson: Dr. Jekyll y Mr. Hyde (Novela).
Gustave Flaubert: Madame Bovary (Novela).
Fedor Dostoievsky: Crimen y Castigo (Novela)
-
---
Poesía:
Dante Alighieri: La divina comedia (Poesía).
Charles Bukowsky: Poemas de viejo indecente (Poesía).
Rafael Argullol: Duelo en el Valle de la Muerte (Poesía).
Eduardo Casar: Mar privado (Poesía).
Luigi Amara: Envés (Poesía).
Alí Calderón: Imago Prima (Poesía).
Mijaíl Lamas: Cuaderno de Tyler Durden seguido de Fundación de la casa (Poesía).
Varios: Nosotros que nos queremos tanto (Antología poética).
Alejandra Peart: En estas horas (Poesía).
Roberto Martínez Garcilazo: Responso ante la Ceniza (Poesía).
Roberto Martínez Garcilazo: Lumbre oscura (Poesía).
Juan Carlos Canales: Teoría (Poesía).
Juan Carlos Canales: Antología (In) necesaria (Poesía).
Enrique de Jesús Pimentel: Criatura Tú (Poesía).
Enrique de Jesús Pimentel: Catacumbas (Poesía).
Mario Calderón: Vibraciones de la Creación (Poesía).
Ignacio Sánchez Prado: Poesía para nada (Poesía).
Miguel A. Maldonado: Magia corriente (Poesía).
Miguel A. Maldonado: La Carne Propia (Poesía).
Julio Eutiquio Sarabia: Mudar de vida (Poesía).
-
---
Ensayo, Conferencias, Memorias, Diarios y Teorías:
Faulkner, Hemingway, Capote, etc...: El Oficio del Escritor (Entrevistas).
Italo Calvino: Seis propuestas para el próximo milenio (Cátedra).
V. S. Naipaul: Leer y escribir (Memorias).
Witold Gombrowicz: Contra los poetas (Ensayo).
Hans Ulrich Gumbrecht y Antonio Ortuño: Contra las buenas intenciones (Ensayo
).
Mempo Giardinelli: Final de novela en Patagonia (Diario).
Gabriel Zaid: Los demasiados libros (Ensayo).
Sergio Pitol: Pasión por la trama (Memorias-Ensayo).
Sergio Pitol: El arte de la fuga (Narrativa).
Sergio Pitol: Ícaro (Relato, ensayo y memoria).
Carlos Monsiváis: Las Herencias ocultas de la Reforma liberal del siglo XIX (Ensayo).
Pedro Ángel Palou: Resistencia de Materiales (Ensayo).
Ignacio Padilla: El Peso de las Cosas (Ensayo).
Chávez Castañeda, Estivill, Herrasti, Padilla, Palou, Urroz y Volpi (y Tomás Regalado que no es del Crack): Crack. Instrucciones de Uso (Variado).
Guillermo Cabrera Infante, Roberto Bolaño, Jorge Franco, Rodrigo Fresán, Santiago Gamboa, Gonzalo Garcés, Fernando Iwasaki, Mario Mendoza, Ignacio Padilla, Edmundo Paz Soldán, Cristina Rivera Garza, Iván Thays y Jorge Volpi: Palabra de América (Ensayo).
Ignacio Padilla y Rubén Gallo: Heterodoxos mexicanos (Antología de narrativa mexicana a modo de ensayo-conversación).
Jorge Volpi: Mentiras contagiosas (Ensayo).
Cristina Rivera Garza: La novela según los novelistas (Antología de ensayos).
Fritz Glockner: Memoria Roja (Ensayo).
José Luis Trueba Lara: Masones en México (Ensayo).
---
Otras disciplinas:
F. Nietzsche: Así habló Zaratustra (Filosofía).
F. Nietzsche: El Anticristo (Filosofía).
F. Nietzsche: Más allá del bien y del mal (Filosofía).
Cioran: Adiós a la filosofía y otros textos (Ensayo-aforismos).
Erich Fromm: El arte de amar (Filosofía).
Michel Maffesoli: El nomadismo. Vagabundeos iniciáticos (Sociología).
Michel Maffesoli: Posmodernidad (Sociología-Cátedra).
---
Me faltan:
Nabokov: Curso de Literatura Europea (Memorias).
Lev Tolstói: Anna Karénina (Novela).
Fedor Dostoievsky: EL jugador (Novela).
Fedor Dostoievsky: Los Hermanos Karamazov (Novela).
Heinrich Böll: Opiniones de un payaso (Novela).
Benito Pérez Galdós: El Gran Oriente (Novela).
Julio Cortázar: El perseguidor y otros relatos (Cuento).
Jorge Luis Borges: El libro de los Seres Imaginarios.
Sergio Pitol: Adicción a los ingleses (Ensayo).
Sergio Pitol: De realidad a la literatura (Cátedra).
Ignacio Trejo Fuentes: El vaquero más auténtico que existió (Novela).
Carlos Montemayor: Minas del retorno (Novela).
Mario Bellatin: Obras completas (Novela).
Josué Barrera: Conducta Amorosa (Cuento).
James Joyce: Ulises (Novela).
F. Nietzsche: Consideraciones Intempestivas (Filosofía).
F. Nietzsche: Sobre el porvenir de nuestras escuelas (Filosofía).
F. Nietzsche: Ecce homo (Filosofía).
Cervantes: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha I y II.
Homero: La Ilíada.
Homero: La Odisea

Contra La Claridad

Diario Milenio-México (06/01/09)
---
En uno de los expedientes clínicos que revisé para elaborar la historia de las prácticas psiquiátricas en México a inicios del siglo XX, un médico del Manicomio General La Castañeda acusaba a una interna —todavía no se les denominaba pacientes— de utilizar palabras rebuscadas y poco naturales a las que, para colmo de males, intentaba llenar de nuevos significados. Se trataba, de acuerdo con su descripción científica, de un discurso locuaz y oscuro (locuaz por oscuro) que, en lugar de propiciar la comunicación, conducía al resbaloso terreno del delirio. En su diagnosis de locura circular —las había también racionales, morales, a dos, violentas, entre muchas otras— el médico hizo notar una vez más que ese lenguaje oscuro y rebuscado constituía la evidencia más clara del padecimiento mental de la mujer. Una persona racional, implicaba su dictamen, se ceñiría naturalmente al lenguaje que su clase y género demarcaban, evitando así tanto el exceso de vocabulario como las aventuras extra-gramaticales. Una persona racional evitaría el balbuceo o la divagación o el grito o el exabrupto, limitándose a oraciones básicas de acuerdo al modelo sujeto-verbo-complemento. Una persona racional sería, en resumen de cuentas, clara.
-
Tal vez he leído demasiados expedientes clínicos en mi vida o tal vez sea el sereno pero esta veneración, acaso unánime, por las bondades de un lenguaje claro, unívoco, de intachable conducta y amaestrados medios, a mí no sólo me produce comezón en ciertas zonas de la mano izquierda sino también algo de cotidiano terror. El que clarifica, por principio de cuentas, establece límites que, de inmediato, prohíbe traspasar. ¿A quién beneficia después de todo que los hablantes (o los escribientes) permanezcan dentro del territorio del Clarificador? El que clarifica ordena y ordenar es un verbo que tiene, al menos, dos significados. Debo confesar por principio de cuentas que pocas cosas me parecen menos claras que La Claridad. Cuando alguien se esfuerza por ser “claro” a ultranza o por comunicarse de la manera más “clara” posible, a mí usualmente me entran ganas de correr. Si fuera tan natural, me digo en esos casos, habría menos gente tratando de convencerme de los beneficios o de la corrección política o, ciertamente, de la inexorabilidad misma de tal Claridad. Esa transparencia tan cuidadosamente fraguada y más puntillosamente defendida me resulta tan artificial como el “sentido común”, o “la comunicación”, o “el entendimiento”, que dice sustentar y proteger.
-
Siempre en el terreno de lo conocido, siempre dentro de su espejo más íntimo, La Claridad, ante todo, nos recuerda que la realidad tiene un límite y que tal límite está, naturalmente, impuesto por ella misma. Siempre tautológica, siempre con la sonrisa calma de quien sabe salirse con la suya, La Claridad nos advierte que en su más allá sólo se encuentra el sin-sentido, la locura, la irrealidad y, de manera por demás definitiva, la muerte. La Claridad vive de amenazas. La Claridad es el bully de la esquina. La Claridad es la piedra angular sobre la que descansa esa dictadura oscurísima que las convenciones claridosas han decidido bautizar, en un código no por irónico menos apabullante, con el nombre de transparencia. La Claridad, con su luz amenazante, no deja de producir ceguera o, lo que es peor, ese exceso de acuerdo que suele recibir el nombre de conformidad. Y conformidad es, como la misma Claridad lo sabe bien, el otro nombre de la obediencia que, en no pocas ocasiones conduce por los caminos bien conocidos y más recorridos de la mediocridad.
-
Por todo eso, cada vez que La Claridad toca a mi puerta para exigirme su diezmo o su impostergable pago a plazos, suelo esconderme bajo la penumbra de los días o en los claroscuros donde se recoge, a veces, la vida —tan tímida, tan complicada, tan sin salida. Desde ahí, en un lenguaje lleno de esquinas, le dejo dicho que no estoy. Luego, nada más para hacer las cosas más difíciles que es como me gustan, coloco este recado justo sobre la mirilla: “Criticando los presupuestos de la claridad y, develando, al mismo tiempo, las políticas de las que parte y a las que encubre esa sospechosa transparencia, Judith Butler dice (y dice bien): “ni la gramática ni el estilo son políticamente neutrales. Aprender las reglas que gobiernan la inteligibilidad del discurso es dejarse inculcar el lenguaje normalizado, dentro del cual el precio de la falta de conformidad es la pérdida de inteligibilidad misma… Sería un error pensar que la gramática recibida es el mejor vehículo para expresar visiones radicales, dado los límites que la gramática le impone al pensamiento, ciertamente. Pero las formulaciones que violentan a la gramática o que implícitamente cuestionan los requerimientos de la relación verbo-sujeto le resultan claramente irritantes a ciertas personas”.
-
Me gusta imaginar que esta cita textual de las páginas xviii-xix del libro Gender Trouble de Judith Butler le habría servido de algo a aquella interna delirante de inicios de siglo XX, esa mujer proclive a los términos rebuscados que tanto irritaban al ordenado científico que le tocó por psiquiatra de cabecera. En una de ésas —disculpen el delirio— hasta le resultaría de ayuda a los desbalagados del lenguaje de inicios del XXI. A saber.

lunes, enero 05, 2009

Los dominios del plomo

Diario Milenio-México (05/01/09)
---
1 La paz de Tarantino
-
La casa de Saddam, lleva por título la miniserie de HBO y la BBC en la que el ex dictador Saddam Hussein cuenta, al principio del tercer capítulo, la historia de aquel hombre que se extraña al ser reconvenido por buscarse problemas, justamente cuando anda por la vida en son de paz, sin armas. Según la serie cita al dictador, nadie se busca tantos problemas como el pobre infeliz que va desarmado, y encima se cree a salvo por eso. De acuerdo con esa visión, quienes vemos las armas con recelo o abierta antipatía somos los verdaderos provocadores, pues no siempre sus dueños resisten la cosquilla de imponernos con ellas su ley. La santa paz sería, en estas circunstancias, un equilibrio ideal de fusiles y fanfarronería, como en esas películas de Quentin Tarantino donde nadie dispara porque todos los que encañonan a uno están encañonados por otro. No explica esta teoría, sin embargo, cómo la paz armada puede ayudar a conciliar el sueño, si quien tiene un fusil bajo la almohada bien puede desvelarse imaginando que el vecino tiene una metralleta, y éste a su vez temer que cualquier día del cielo le caiga una granada.
-
Un amigo iraní me explicó, no hace mucho, por qué incluso los persas que desprecian al palurdo Mahmud Ahmadineyad están con él de acuerdo en poseer la bomba atómica. Sin ella, tal parece, no serán mucho más que el hazmerreír de sus vecinos. Además, abundó mi relator, nadie ha dicho que quieran hacerla estallar —exceptuando, se entiende, al bravucón Ahmadineyad, que no tiene el poder suficiente para emprender acciones de ese calibre, por más que las anuncie en ciertas peroratas sedientas de exterminio—. Cosas que algunos dicen no pensando en hacerlas, sino al contrario: se anuncian, se negocian y sólo así se evitan. Hablar de democracia en estas circunstancias parece cuando menos un mal chiste. No he olvidado el respingo de mi amigo nada más escuchó la palabra a sus oídos maldita. ¿Qué mariconería era esa de tener que hacer fila silenciosa para expresar aquello que se entiende mejor a punta de plomazos?
-
2 Respetos malnacidos
-
La dinamita en llamas tiene la facultad de ensalzar la soberbia de los rabiosos. Ya sea que resulten acicate o estímulo, las explosiones dejan en cada contendiente la convicción profunda de que sólo el horror garantiza un lugar para el respeto, aun si el respeto es, en tan comprometidas condiciones, una mera fachada del rencor paciente. Pero tal es la regla en tantas partes que no es preciso ir lejos en la distancia, ni siquiera en el tiempo, para dar con alguna situación similar a las que comúnmente horrorizan a los civilizados. Aun en los lugares donde imperan las leyes y la razón, menudean aquellos ámbitos agrestes —familiares, laborales, carcelarios, escolares— donde no hay más respeto que el nacido del miedo. Tranquiliza pensar que el estado de tregua es regla y no excepción en un mundo que se quiere pacífico, pero igual tranquiliza la morfina y no por eso cura las dolencias que alivia.No es oratoria ni ética, sino karate lo que el niño miedoso sueña secretamente aprender. Tampoco es con lecciones de buen comportamiento que el vecino acosado se hace entender ante los pandilleros, pero de ahí a creer en un respeto que jamás es respeto media aquella distancia que a los provocadores de la bandera blanca no se nos da la gana recorrer. Contra lo que sucede con las demás banderas, cuyas agitaciones exaltan la soberbia de tantos jactanciosos, la blanca no conoce más orgullo que el de la rendición al imperio de las palabras. Que a su vez anticipa el desprecio de aquellos presuntos impotentes que se miran castrados cuando han de hablar sin el cuete en la mano. Gente que se avergüenza de mostrarse siquiera un poco razonable, pues ya teme que esa debilidad exhibirá su buena disposición a ser sodomizada por el enemigo. Por patético y repugnante que parezca, ya en plena edad adulta todavía terminamos siguiendo la corriente a los peor informados y menos ingeniosos. Y aceptamos aún esa sandez según la cual entre más grande y ancha es la manada menor es su ocasión de equivocarse. ¿Quién quisiera irritar al Santo Montón?
-
3 El odio protector
-
El gentío enardecido dispone del mismo privilegio que hace del pandillero empistolado barbaján respetable: nada por el momento le obliga a responder por su actitud. No tiene que escuchar a un sabihondo predicando abstracciones en teoría conmovedoras, cuando bastan la rabia y sus complejos para poner las cosas en su sitio. No parece haber tiempo ni recursos para esperar el respeto sincero: es posible que en esta certidumbre amarga se esconda la revancha de Saddam Hussein, que como pocos se hizo aborrecer sin temblar ante el odio de nadie. El aborrecimiento no parece respeto, hasta que se disfraza de lambisconería; eso es lo que consiguen las armas, mientras no hay otra opción que someterse a ellas.
-
De poco sirve una bandera blanca cuando impera la lógica de la dinamita. Distrae y hasta consuela dilucidar quién tiene más o menos razones a la mitad de un nuevo bombardeo en Gaza, igual que reconforta pensar que esos excesos ocurren en el lado opuesto del planeta, pero la regla es clara en estos casos. Vivimos en la selva, de cualquier forma, por más que nuestros modos civilizados pretendan distraernos del miedo a no ser más que carne, sangre y huesos susceptibles de volar por los aires al primer desacuerdo con los dueños de las armas. No llevamos, por tanto, una bandera blanca pretendiendo que impere la buena voluntad, sino sólo esperando que no disparen contra los ingenuos que todavía queremos creer en excepciones y cada noche nos vamos a la cama creyendo que una de ellas nos protege cual cápsula transparente. Pasaba por aquí, nos excusamos, y decidí que no quería morirme.

Nonsense internacional

Diario Milenio-México (05/01/09)
---
Recuerdo infantil, impreciso como todo recuerdo, fantasioso como todo recuerdo, más aún (creo) si es infantil:
-
Miami. Dos mujeres —una madura y una joven; una rubia y una morena; una mi abuela y otra mi madre (lo consigno sólo en aras de la precisión: su filiación resulta, de hecho, no sólo irrelevante sino distractora)— cruzan un vestíbulo de mármol blanco y negro, taconeando (apenas) en dirección de una escalera, tan monumental como moderna, que en lo alto parece perderse en la nada. Ascienden con paso presto y garboso, enfundadas en sendos abrigos, el de la rubia blanco, de zorros, el de la morena negro, de visón. (Anticipo ya la llamada conjunta cuando lean esto: “¡Pero Nico…! ¡Abrigos de pieles en Miami! ¡Sólo a ti se te ocurre! ¡Cómo escribes esas cosas! ¡Lo que la gente va a decir de nosotras!”. No importa: me arriesgo ya sólo porque el primer osado es mi recuerdo. Y en mi fantasía todavía infantil la escena quedaría incompleta de no lucir las protagonistas sendos abrigos, de pieles.) Ascienden, digo, y siguen su ascenso hasta desaparecer. Un minuto más tarde, la rubia y la morena descienden para hacer su entrada. Corrijo: para hacer una entrada. Para devenir Marilyn Monroe y Jane Russell, homenajeadas por el azoro admirativo de una sala repleta de espectadores que, sin moverse, sin respirar siquiera, aplauden con furor.
-
El guión y el casting son de un niño mexicano que creció al amparo de dos mujeres demasiado fuertes y encontró en la idolodulia cinematográfica y la lectura de Baudelaire y Cabrera Infante las vías de su redención. En cuanto a la escenografía, es obra de un niño ruso judío, emigrado al Lower East Side neoyorquino por cruel causa de los pogroms, que se hizo actor para escapar de su cutre realidad, devino arquitecto para moldearla y aterrizó en Florida para edificar templos consagrados al culto de la fantasía de masas, fábricas ya no de sueños sino de refulgentes recuerdos futuros ofertados al por mayor.
-
Gracias, Morris Lapidus. O, puesto en términos más musicales, thanks for the memory.
-
El escenario de mi recuerdo infantil bien pudo haber sido el diLido, el Americana, el Eden Roc o cualquiera de los muchos hoteles que edificara Lapidus en Miami a partir de 1947. Quiso el destino, sin embargo, que el elegido —es decir el elegido por mi familia para pasar las vacaciones navideñas de 1979— fuera el Fontainebleau: el más famoso de cuantos proyectara el arquitecto. Todavía es posible verlo en la que quizás sea la mejor de las películas de James Bond, Goldfinger, que ofrece un delirante traveling aéreo en que la cámara encuadra la imponente silueta curva del edificio principal, lo rebasa para seguir por jardines formales a la manera de Le Nôtre, se detiene un momento en la zona de la alberca antes de concentrarse en el trampolín aerodinámico desde el que se arroja un nadador, sigue a éste en sus piruetas y hasta el fondo de la piscina, donde queda reducido a mero background del primer plano de una bañista bella y rubia y sonriente que, al alejarse la cámara, se nos descubre enmarcada por una vidriera submarina, contemplable desde la pista de patinaje techada del hotel.
-
En algo menos de un minuto, el director Guy Hamilton nos dispensa no sólo un recorrido sumario por el resort sino que nos sugiere ya la palabra clave para comprenderlo: desmesura. Y es que, en efecto, si algo fue ese Morris Lapidus orondamente influido por la pirotecnia hollywoodense fue un artista de la desmesura.
-
Escaleras que conducen a ninguna parte (pero que lo hacen con enorme solera). Celosías construidas a partir de lo que el propio arquitecto denominaría “agujeros de queso”. Paneles en forma de bumerán o de ameba, sin otro propósito que el decorativo. Astas que nada sostienen a no ser los anhelos de los azorados paseantes. He aquí un catálogo de los efectos arquitectónicos que el movimiento modernista habría de tildar de sacrílegos y populistas pero que el propio Lapidus, pertinente y pertinaz, habría de definir con dos palabras lúcidas y lucidas: nonsense intencional.
-
Nonsense, recordará el lector, es ese efecto literario compuesto de partes iguales de sentido y de sinsentido, de elegancia y de absurdo, en que el exceso se traduce en pirotecnia. Hoy que el Fontainebleau vive su mes de reapertura, recuérdese con estupor a su arquitecto, ése que como Lewis Carroll habría de edificar a partir del nonsense su país de las maravillas.

domingo, enero 04, 2009

Chale

Pronto, el 6 de enero aparecerá la tan ansiada lista de mis libros leídos el medio año que se acaba de ir.
Estos días me matan la escritura, creo también se va de vacaciones.
Ojalá ya no tarde.

Lo que otros dicen de mi

http://74.125.47.132/search?q=cache:JRwgvpijf9sJ:delcollhiymas.blogspot.com/2008_11_01_archive.html+Godinez+collhi&hl=es&ct=clnk&cd=7&gl=mx

07-nov-2008
¿porqué lo hicieron?
Aveces hay cambios...¿inexplicables? o demasiado extremos.Solo nos queda decir ¿Porqué lo hicieron?* Godinez sin barba

---

http://74.125.47.132/search?q=cache:h7tHYOntSKsJ:delcollhiymas.blogspot.com/2008_10_01_archive.html+%22God%C3%ADnez+y+Carmen%22&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=mx

La lista negra :P
****Los que andan

Adriana y David

Carolina y Carlos

Saúl y Mayrim

Inés y Salvador

Constanza y Lucía

Lucía y Beto

Karen y Victor

Ariadna y Nathanael

Elizabeth y Paul

Montserrat y Lino

Rosaura y Bernardo

Godinez y Carmen

Iván y Monica

---

http://74.125.47.132/search?q=cache:csMlB1kY_-EJ:emomathy.blogspot.com/2008_05_01_archive.html+Godinez+collhi&hl=es&ct=clnk&cd=12&gl=mx

UNI: Bien esporádica, osea, sin faltar pero ya dificil verlos a todos. CONEL 2008, saldo blanco. Godinez y su mamada de hablar mal del congreso. La mamada de Ali contra Dorra. 9 final en Tecnica Editorial, haciendo enojar al de realismo xD, sin hacer aun los resumenes de didactica :S

Si alguien encuentra más datos al respecto, favor de agregarlos. Estoy coleccionando este tipo de cosas. NO SE ACEPTAN ANÓNMOS.