jueves, diciembre 04, 2008

Dos (breves) notas

Diario Milenio-Puebla (04/12/08)
---
Uno: mañana, viernes 5 de diciembre estaré hablando, en el CCU (Complejo Cultural Universitario), a las 6:30 horas, de la más reciente novela de Fritz Glockner Se nos hizo tarde, misma que recién acaba de llegar a las librerías bajo el sello editorial de B.He leído la novela de Glockner de un tirón. Puedo adelantar algo de lo que mañana leeré, con el fin de que los lectores interesados vayan y la adquieran, ya que no podrán arrepentirse.
-
Debo agradecer a Fritz Glockner el que me haya invitado a hablar de Se nos hizo tarde. No formo parte de la historia “de adentro”, al igual que muchísimos lectores, pero sí compartí con esta generación (un poco más joven que la mía) la vida cultural de la Puebla de finales de los años setenta, ya cuando había aparecido Travolta en el panorama internacional con Fiebre del sábado en la noche y Vaselina.
-
Creo, fuera de toda duda, que los años que marcaron el final de los setenta, son quizá los últimos en los que la juventud se preocupó por querer lograr algunos cambios en el mundo. Luego lamentablemente no ha sido así. Muchos factores han influido en el cambio de mentalidad de los jóvenes de ahora. Es por eso un motivo de satisfacción reencontrarse en las páginas de Se nos hizo tarde.
-
Dos: La antigua Academia de Bellas Artes de Puebla, fundada por José Antonio Ximenes de las Cuevas, ahora Instituto de Artes Visuales del Estado, cumple su aniversario ciento noventa y cinco.
-
El actual director del instituto, el arquitecto Roberto Rojas García, ha convocado para la celebración de estos acumulados años, a integrarse a lo que ha llamado “De lo tradicional a lo cotidiano”, con una exposición que reúne la obra plástica de los estudiantes y de los maestros. El lugar señalado para el evento es la exfábrica textil La Constancia, y la exposición será inaugurada el día de hoy a las 20:00 horas.
-
Se han preparado además una serie de eventos, ya que como lo dice el director del instituto, desde que la institución fue Academia de Bellas Artes ha tenido, a lo largo del tiempo, cambios importantes. En los setenta fue conocida como EPA (Escuela Popular de Arte). Habrá que recordar que la EPA estuvo en el edificio de Las Bóvedas, la Galería José Antonio Jiménez de las Cuevas, ubicado en la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, edificio que pertenece a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
-
José Antonio Jiménez de las Cuevas nació en 1775 en San Andrés Chalchicomula, y en el mes de julio de 1813 funda la Real Academia de las Primeras Letras y Dibujo.
-
Ha circulado ya una convocatoria de parte del Instituto de Artes Visuales del Estado para honrar la memoria de su fundador, aparte de la conmemoración por estos ciento noventa y cinco años, cuya temática es una revisión histórica, estética y plástica de las épocas y tendencias por las que ha transitado el arte poblano, y de esta manera estimular el espíritu creativo de los jóvenes artistas de Puebla.

miércoles, diciembre 03, 2008

"Del fin de año"-(Columna "El Guardián del diván"-Diario “El Columnista” de Puebla- 03/12/08)

Diciembre ya empezó y literalmente la navidad está encima de nosotros. Al caminar uno se puede dar cuenta de la propagación de adornos y comerciales alusivos en la radio, en la tele, en los centros comerciales y en algunas casas. Lejos quedaron aquellos años en los cuales la festividad con la que se cierra el año se respiraba pasando el día de la Virgen de Guadalupe, casi símbolo patrio de este país.
-
Juan Gerardo Sampedro ha llegado a comentar en sus clases de la Facultad que cuando ve las luces de las fiestas patrias se deprime porque de ahí a fin de año no queda prácticamente nada. En parte tiene razón, a partir de las fiestas patrias, vienen los días de muertos y el año entra en su ocaso.
-
A diferencia de Sampedro, a mi me deprimen los anuncios del Teletón, las ciudades de México se inundan del logotipo oficial en cualquier centro comercial o del negocio perteneciente a alguna de las firmas patrocinadoras de dicho evento. Su fin es invitarnos a cooperar para ayudar los mexicanos de capacidad diferenciada. Siempre que veo próxima la llegada del Teletón, sé que el año estará a punto de irse al demonio, pero de la manera más deplorable.
-
Una sarta de mexicanos desprendiendo dinero de su escasa bolsa para unirse a una “causa justa” promovida por el Zar de la televisión mexicana: Televisa. Causa que es publicitada de una manera lastimera y humillante: comercializando con las personas de capacidad diferenciada, los ponen a cantar un rapcito estúpido.
-
Y no digo que no ayuden estas empresas, si lo hacen, pero para evitar el pago de impuestos. ¡Vaya manera! Luego el gobierno se anda rasgando las vestiduras porque no hay de dónde tomar y le cargan la mano al mexicano que a duras penas tienen para salir justo en las cuentas.
-
Mejores reconocimientos se han hecho a los de capacidad diferenciada. Alex Lora es un claro ejemplo, no sólo compuso una canción para ellos, donde los dignifica, regala sillas especiales con lo que entra en las taquillas de cada concierto. Inclusive, ellos mismos, los publicitados por Televisa van y traen más medallas que los de “capacidad completa”.
-
Quizá el teletón debería buscar ayudar a los “deportistas de alto rendimiento” para ver si así pueden competir a alto nivel por una medalla.
-
Por lo pronto, propongo un teletón a favor de la lectura y la creación de lectores. Creo que muchos soportaríamos cantar algo ridículo con tal de recibir libros para incrementar nuestra biblioteca y nuestro conocimiento.
-
Como ya se va acabar el año y no quiero ser mal educado, de una vez les mando a todos su abrazo de navidad y espero me pidan un libro para mi biblioteca, prometo agradecer públicamente el patrocinio.

martes, diciembre 02, 2008

Todos perdemos

Diario Milenio-México (02/12/08)
---
Kiran Desai nació en Nueva Dehli pero desde los 14 años ha vivido fuera de India —primero una estadía más bien breve en la Gran Bretaña y luego, de manera un poco más permanente, en los Estados Unidos. Esa experiencia errante en un mundo post-colonial está sin duda presente en las dos novelas que Desai ha publicado hasta la fecha: Hullaballoo in the Orchard y The Inheritance of Loss/ El Legado de la pérdida, con la que se hizo acreedora al prestigioso Premio Man Booker en 2006 y que en años anteriores recayera en autores como Coetzee, Atwood y Banville. Celebrada de manera unánime por la crítica, El legado de la pérdida no sólo recibió elogios por la compleja humanidad de sus personajes trasatlánticos —hombres y mujeres, jóvenes y viejos, en continua confrontación moral y material con las equívocas fuerzas del colonialismo tanto en Nueva York como en India— sino también por su fino tratamiento (acaso profético) de la política de la región. En vísperas de los sangrientos eventos que han asolado a Bombay en días recientes, no hay más que estar de acuerdo con la máxima aquella que dicta que la literatura, y no el análisis científico de la realidad social, puede llegar más hondo cuando de lo que se trata es de develar la cara más humana, más apegada a la tierra, de los grandes eventos macroeconómicos del mundo globalizado.
-
El amplio set de personajes que convive en esa casa medio derruida al pie del Monte Kanchenjunga, en Kalimpong, en las inmediaciones de los Himalaya, se da inicio con Jemubahi, el amargado juez que recibió su educación tanto en derecho como en la sutil idiosincrasia del racismo en Cambridge. Allá, solo, Jemu aprendió a desconocerse (“a tomar refugio en la tercera persona”) y a despreciarse. Allá, solo, sin poder reír y casi sin hablar, Jemu aprendió la crueldad con la que luego tratará a su esposa, acusándola de carecer de modales occidentales hasta debilitarla de tal manera que la locura llega a parecerle una opción ventajosa frente a la vida con el marido que su familia eligió para ella. Junto a un Jemu incapaz de verific ar su pasado emerge, hablador y ferviente, el cocinero, cuyo hijo lleva una existencia precaria como garrotero en diversos restaurantes de la gran manzana, y con quien sólo se comunica por carta. Ese es el par que recibe a Sai, la nieta de 17 años que ha perdido a ambos padres en un accidente y que llega, cual de la nada, después de una estancia en un convento. La presencia de Sai no sólo convoca los recuerdos reprimidos del juez —su crueldad, su maledicencia, su soledad— sino también la presencia de Gyan, el joven tutor Nepalí con quien Sai aprende lo fluido, por no decir traicionero, que puede llegar a ser el amor: “No era algo firme, eso estaba aprendiendo [Gyan], no estaba escrito en piedra; era más bien algo informe que se prestaba a la traición y tomaba la forma del molde en que lo virtiera”.
-
La ambivalencia de la lucha por y dentro de India aparece de la mano precisamente de Gyan. En un ambiente público dominado por la testosterona, Gyan pronto deja el espacio íntimo de los escarceos amorosos para formar parte del ejército de liberación de Gorkha —es a sus jóvenes soldados a quienes confiesa los lugares donde el juez guarda alimentos y otros objetos de valor, y a ellos a quienes entrega, no sin pesar o remordimiento posterior, la clave para irrumpir en el hogar en el que antes descubriera el amor. Recordando la retirada del ejército británico en 1947 surge la pregunta: “¿Una nación con tal clímax en su historia, en su corazón, no tendrá hambre por eso otra vez?”. La respuesta, en los gritos de los Nepalis que poco han ganado con la independencia, es un enérgico Sí.
-
En lo que podría ser una de las descripciones más vívidas de la experiencia de los inmigrantes de India —y de más regiones del mundo para tal efecto— en Nueva York, Desai sigue de cerca las hazañas cotidianas de Biju, el hijo del cocinero que, aunque manda cartas de triunfo hasta el Himalaya, con frecuencia se va a dormir con hambre sobre colchas que coloca directamente sobre el suelo sucio de los restaurantes donde trabaja. Sin papeles migratorios y ninguna otra protección de por medio, Biju vive a expensas de los depredadores urbanos, a menudo paisanos de India con más años de residencia en los Estados Unidos. En la tumultuosa soledad del inmigrante, Biju aprende, entre otras cosas, que “se vive intensamente con otros, sólo para verlos desaparecer de la noche a la mañana, puesto que la clase de la sombras estaba condenada al movimiento.
-
Aunque los registros de la novela son variados y nunca sentimentales, puesto que Desai evita por igual el folklore y la victimización, es claro que a los ojos de la autora pocas cosas se salvan de la devastación moral y económica que resultan del colonialismo contemporáneo. Todos perdemos, parece decir. Perdemos dentro de India, devastada por la bomba de la pobreza y la violencia confundidas. Y perdemos fuera de India, en la soledad y la discriminación. Pierde el que se va y también pierde el que regresa, como también pierde el que ni siquiera es capaz de irse la primera vez. Acaso como a Sai, la única opción que queda, de haber una, es “nunca volver a creer que sólo existe una narrativa y que esa narrativa le pertenece sólo a ella”. En todo caso, eso se lo podrá preguntar a la propia autora este diciembre 2, en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde sostendremos una charla juntas.

El cajón del desastre-Fritz Glockner (Diario Cambio de Puebla-01/12/08)

PARA SORPRESAS
-
Esas que siempre dicen que te da la vida, hoy al parecer se encuentran por demás escasas, ya que toda información que se revise parece no causar estragos en la conciencia del receptor. Las cifras de ajusticiamientos suben y van construyendo una realidad aparte, ya no nos incomodan, son sólo números, los recientes acontecimientos en el Municipio de Huachinango se minimizan como parte de un hecho aislado, ¿acaso los hechos aislados no son los que conforman el todo de una realidad histórica?
-
El mundo al revés se ha instalado en el ánimo colectivo, me invitan a presentar mi más reciente novela “Se nos hizo tarde” en la delegación Iztacalco, y de pronto surgen algunas voces que censuran las llamadas malas palabras que conforman parte de mi discurso; pretendo hacer ver que decir tal o cual de aquellas llamadas malas palabras es parte del bagaje cultural, que no están siendo utilizadas para ofender a nadie, que no son dardos de insultos, ni nada que se le parezca, y la turba comienza a enarbolar las buenas conciencias, la actitud rijosa de mis censores me lleva a concluir de la mejor manera mi participación. ¿Qué será más ofensivo? ¿Un chingado, o un muerto? ¿La certeza ficticia del Secretario de Agricultura sobre aquello de que no ha faltado la comida en ninguna de las mesas de los mexicanos?
-
Me traslado a Chiapas, en San Cristóbal de las Casas Marcos sigue siendo la mejor de las atracciones aún y cuando sus bonos hayan bajado dentro de la popularidad mediática, las indígenas recorren las calles de la ciudad, ya no tan sólo para ofrecer los ya clásicos zapatistas de estambre, chales, o cualquier otra artesanía, sino que ahora hay plumas, llaveros, encendedores con la figura del enmascarado, incluso se oferta también a Tacho y a Ramona, el idealismo de un ejército libertador convertido en símbolo de consumo.
-
Reviso los periódicos y me entero de que los Chuchos han alcanzado el control absoluto del PRD, al parecer hay fiesta y en grande en la sede del partido albizul, la capacidad de asombro tiene sus límites, y parece que se han alcanzado con creces.
-
Estamos próximos a iniciar los festejos navideños, y estos sin duda van a permitir que la cortina de humo aumente, ¿a quién le va a interesar la realidad nacional? Si los brindis siempre serán una parte importante para desear mejores tiempos, aún y cuando las bolas de cristal para predecir el futuro estén absolutamente enrojecidas.
-
De todas estas estampas que acabo de enumerar ninguna genera extrañeza o desconcierto, todo parece previsible, imaginable, remuevo en el cajón de los desastres para intentar localizar una chispa de optimismo; lo revuelvo todo, salta Campanita, esa hada que vuela alrededor de Peter Pan en el país de Nunca Jamás, y mis recuerdos infantiles de cuando me enamore platónicamente de aquel ser alado contribuye para que ahora si exista un poco de sorpresa en mi desgastado ánimo.
-
Opto por conservar el enamoramiento platónico, a pesar de saber que se debe sobrevivir en este mundo al revés, ya que alguien podría decir por ahí que si se gasta demasiado el ánimo, los sueños pueden comenzar a escasear y esa si que puede llegar a ser una mala sorpresa.

La noche del derroche

Diario Milenio-México (01/12/08)
---
Bienvenidos, insolventes
-
Hace tres días que ocurrió el Viernes negro. Algunos lo supimos horas antes, otros se relamían los bigotes ya de tiempo atrás. Contra lo que pudiera pensarse, no se trataba de otra quiebra financiera, sino de un subterfugio para combatirlas. Black Friday!, anunciaban los correos promocionales de Amazon.com, que por razones obvias evitan distribuir malas noticias. Y la noticia era que por el solo día que siguió a la cena de Acción de Gracias habría una venta con descuentos especiales, misma que en los locales comerciales ocurriría durante la noche. Hasta antes de anteayer, conocíamos en México esa clase de eventos como Venta nocturna, título ciertamente más estimulante que Viernes negro, aun si las conciencias perturbadas quieren ahora pintarlo todo de negro como antes preferían verlo blanco. Más allá, sin embargo, de tonos y colores, quien ha estado en alguna Venta nocturna sabe que no es difícil terminar padeciéndola como una noche negra.
-
Ya lo dijo Rodríguez Zapatero, consumir es mejor para la economía. Si antes los compradores compulsivos eran vistos con desdén y reproche implícitos, hoy esperamos que sean ellos quienes vengan armados de billetes y tarjetas de crédito a rescatarnos de la gran debacle. Si en el crack anterior el horror comenzó a partir de un Martes negro, ochenta años después el Viernes Negro se dispone a salvarnos. Pero no es fácil, pues. Qué más quisiera uno que pasarse la noche comprando chucherías a 12 meses sin intereses —diríase planeadas para saldarse de aquí al próximo Viernes Negro— pero algunos pensamos en esa magna noche como un breve calvario premonitorio. Horas lentas en medio del gentío que acude a la vendimia con la misma mentalidad de los clientes de una venta de garage. Quiere uno aprovechar. Sacar ventaja. Abalanzarse sobre la mercancía con el temor de que otro la descubra primero. Se está, además, dispuesto a padecer numerosas penurias en el proceso, si ya la rebatinga general subraya lo especial de la ocasión, que por lo visto alcanza el rango de misión.
--
Festín de sobregiros
-
En el principio de las ventas nocturnas, el almacén lucía casi tan concurrido como en un día normal. No eran muchos los que se aventuraban a desvelarse en aras de las compras; había tiempo y espacio para despacharse a placer, y hasta algunos meseros que repartían vino entre la clientela —trampa mortal para los abusivos dispuestos a embriagarse sin pagar, y después a endrogarse sin remedio—. Una cuantas vendimias más tarde, la idea había prendido. Literalmente miles de personas acudían dispuestas a gastar cuanto fuera gastable, así ello supusiera gastarse el hígado entre la multitud que hace colas incluso para entrar a la tienda. Por no hablar de las escaleras eléctricas, cuyo ascenso o descenso toma de pronto cinco o más minutos de fila. Un ambiente de exceso, donde la contención está fuera de tono y la prudencia siempre puede esperar. ¿Quién querría padecer tamaños empujones y salir con las manos vacías, cuando el ambiente exige integrarse al festín y perder la cabeza just for one night?
-
Nunca será el gustillo de gastar el dinero con el que uno cuenta comparable al deleite de dilapidar el que no se tiene. Ello explica quizás que hasta el par de horas que los clientes pasan intentando salir del estacionamiento formen parte vital de la diversión, pero sólo si antes han cumplido con el deber impuesto de salir desplumados de la tienda, tal vez haciendo cuentas alegres en torno a los ingresos probables para el año siguiente. Nada parece tan sencillo a la hora del derroche como ingeniar recursos numerosos para empequeñecer la talla visible de la deuda. Es factible, no obstante, que cuando llegue la hora de sufrir el endeudado realice milagros para salir del trance, y al paso de los doce meses de maromas se felicite por esos compras locas que de otro modo nunca habría hecho. Pocas cosas fastidian tanto la autoestima del cliente como la certidumbre de no haber hecho una compra inteligente. Y ese es otro ingrediente de las ventas nocturnas. ¿Quién va a tachar de torpe a quien obtiene un poco más por su dinero?
--
¿Jo jo jo?
-
Habemos, claro, los que nos engentamos. Es difícil no hacerse con una cosquilleante misantropía cuando se forma parte de una horda sin concierto cuyo factor común es la voracidad de un niño encerrado en una juguetería. Busca uno, ya engentado, los espacios más o menos vacíos, que sin embargo son tan aburridos como las oficinas de un club nocturno. Acudir a una venta nocturna y no comprar nada, o siquiera cuidarse de no gastar mucho, equivale a ser invitado a un gran baile y dedicarse a criticar a los que bailan. No se divierte uno, aun si así lo piensa y hasta se cree más listo que el resto sólo porque lo suyo es el ahorro. La idea imperante, al fin, consiste en que el ahorro verdadero sólo se da en mitad del máximo derroche, si al fin quienes más compran más ahorran.
-
Quienes en numerosas ocasiones hemos caído redondos en los sofismas que ayudamos a construir sabemos que el malgasto no se justifica solo. Hay que ayudarle con los argumentos más estrambóticos, tal como suele hacerlo quien se enamora de la persona errónea. Hay veces, ya avanzada la madrugada, en que el insomnio acaba por llevarlo a uno a hacer compras nocturnas por internet, de modo que al final concilie el sueño por la satisfacción del gasto consumado. Lo de menos es si necesitamos el objeto comprado, basta al final cualquier razonamiento intrépido para justificar la transacción hasta darla por absolutamente necesaria. Antes, los compradores compulsivos temíamos ser tachados de consumistas; hoy se nos dice que nuestros excesos ayudan a salvar la economía. Tal vez no esté tan lejos el día en que los viernes negros se prolonguen por días o semanas para que todo el mundo se sienta Santa Claus y suelte un destemplado jo jo jo al salir de la tienda. Quién pudiera, como él, carcajearse a costillas de las cuentas que jamás pagará.

lunes, diciembre 01, 2008

Disculpa: no hay culpa

Diario Milenio-México (01/12/08)
---
"Ni Freud ni tu mamá” es una canción —acaso la más exitosa— de la cantante pop mexicana Belinda. A decir verdad, es mediocre (pero pegajosísima): la despedida de una boba niña nice a su novio irresponsable e inmaduro, sembrada de los clichés habituales del género. El título, sin embargo, a medio camino entre Georges Bataille y Gordolfo Gelatino, se antoja una genialidad y una, además, que puede ayudar a preguntarnos por fenómenos tan extravagantes e incomprensibles que ni la perspicacia del padre del psicoanálisis ni la presunta sabiduría de nuestras cabecitas blancas bastarían para explicarlos.
* * *
Ni Freud ni tu mamá, por ejemplo, resultarían de gran ayuda para comprender las reacciones al reciente video (apenas) sexual protagonizado por la dicha Belinda y subido a internet por un ex novio acaso despechado pero incontrovertiblemente cabronazo. Lo he visto ya (soy tan morboso como el que más) y lo resumo (también lo rezumo) aquí: la imagen, en blanco y negro, ofrece a una Belinda hermosísima, impecablemente maquillada y sugerentemente posada (tanto así que hay quien duda de lo amateur de la factura), que se afana (pero con recato) por alebrestar a un hombre del que no conocemos más que la voz en off, a un tiempo suplicante y divertida. En algún momento, la linda Belinda gira hacia el otro lado, se quita la blusa, muestra a la cámara una espalda espigada y flexible. El hombre, por supuesto, pide más; Belinda, púdica, se niega, ofrece un fugaz perfil y con él la sugerencia tenue y tersa de la silueta de sus senos. Fin del video, principio del caos.
-
Que el video sea o no genuino —es decir genuinamente lúbrico e íntimo— es cosa que me viene huanga, como sin cuidado me tiene también la reacción de la propia Belinda, quien vive (o imposta, a saber) una suerte de choque psicológico a partir de su difusión. (En todo caso, no la habría creído capaz de la dignidad amazónica de esa Madonna que, cuando fueran vendidas a Playboy y Penthouse sus fotografías de desnudo de juventud, reaccionara ante tal escándalo con un lúcido y lucidor, liberado y libertario “I’m not ashamed”). Más me preocupa la violación a la intimidad que supone su aparición pública… pero no demasiado, dado que no hay verdadero dilema posible en torno a esto. Si, en efecto, el video fue subido a la red sin la venia de Belinda, hubo dolo y, por tanto, debería haber castigo, lo que habría de llevarnos a una urgente discusión en torno a derechos civiles e internet y, a partir de ella, a reformas legislativas: en eso, creo, estamos de acuerdo todos. Queda, eso sí, el asunto de la reacción primero mediática y después social al suceso: el hecho mismo, pues, de que haya mutado en escándalo.
-
El tan llevado y traído y consultado video no muestra sino una cosa (amén del más bien casto atisbo de seno): que Belinda, como cualquier chica de 19 años —es decir mayor de edad—, tiene una vida sexual. ¿Justifica esto el circo mediático, el morbo social y el presunto quiebre emocional? Yo diría que no. De hecho, debería darnos gusto por ella.
* * *
Ni Freud ni tu mamá podrían ayudarme tampoco en lo que toca a la comprensión de otro fenómeno social que me deja igual de perplejo: la molestia de algunos integrantes de la comunidad judía —al menos de eso he sido informado— ante la instalación del artista Miguel Ventura que, bajo el título de Cantos cívicos, se exhibe desde hace unos días en el flamante Museo Universitario Arte Contemporáneo. Cierto: la pieza contiene una enorme cantidad swásticas y parafernalia nazi, en lo que bien podría definirse como una suerte de Disneylandia del Tercer Reich. No ha hecho Ventura, sin embargo, una obra acrítica y menos apologética del horror hitleriano. Delirio multimedia que incorpora ratas vivas y amaestradas, imágenes pornográficas y referencias inclementes al mundo del arte, Cantos cívicos recurre a la iconografía nazi para hacer un llamado atencional, para erigirse en advertencia moral contra la seducción del mal. No soy judío pero sí amigo de muchos y admirador de su ecléctico y transnacional legado cultural; de serlo, sin embargo, mi reacción sería exactamente la misma: admiración ante lo que no es sino una condena lúcida y lúdica del horror pasado y acaso del horror por venir.
** *
“Disculpa: no hay culpa” canta Belinda en el estribillo de “Ni Freud ni tu mamá”. Lo mismo digo: disculpen ustedes pero, a mis ojos, ni en un caso ni en otro hay culpa (a no ser la de la estrechez de miras).

Van 44 mexicanos al Salón del Libro de París

El pabellón llevará por título 'México. Mosaico de diversidad', y reunirá a una delegación 'representativa' de la literatura nacional
---
Yanet Aguilar Sosa, enviada
El Universal
Guadalajara, Jal. Lunes 01 de diciembre de 2008
--
Al Salón del Libro de París, que se realizará del 13 al 19 de marzo de 2009 y en el que las letras mexicanas son las invitadas de honor, acudirán 44 escritores, entre novelistas, poetas, ensayistas y dramaturgos, que manejan un elemento común: la diversidad.
-
El pabellón, que ocupará mil metros cuadrados, llevará por título "México. Mosaico de diversidad" y reunirá a una delegación "representativa" de la literatura nacional.
-
Autores como Calos Fuentes, Jorge Volpi, Homero Ardjis, Héctor Aguilar Camín, José Agustín, Mario Bellatín, Carmen Boullosa, Gonzalo Celorio, Elsa Cross, Fernando del Paso, Álvaro Enrigue, Ximena Escalante y Guillermo Fadanelli, han sido invitados a participar en el encuentro literario.
Aunque se habla de diversidad, sólo dos de los escritores seleccionados son representantes de lenguas indígenas, se trata de Juan Gregorio Regino y Briseida Cuevas, quienes se darán cita al lado de otros narradores como Ana García Bergua, Margo Glantz, Sergio González Rodríguez, Mario González, Vicente Leñero, Angeles Mastretta, Carlos Monsiváis y Carlos Montemayor.
-
Durante la presentación del programa que llevará México a París, Benoit Yvert, presidente del Centro Nacional del Libro Francés, aseguró que los criterios que se consideraron para seleccionar a los 44 escritores fueron cuatro: que tuvieran al menos una publicación en francés, que escribieran en lengua española, representaran la diversidad de géneros y tuvieran a México como lugar de residencia, pero no descartaron la "diáspora" que hay en las letras mexicanas.
-
Sin un presupuesto definido, aunque sí con un diseño arquitectónico completo, a cargo del arquitecto Bernardo Gómez Pimienta, la presencia de México en el Salón del Libro en París, no se ciñe a las letras, llevarán exposiciones ---una de la cultura teotihuacana--, teatro, danza y otros espectáculos que den cuenta de la diversidad cultural.
-
Como parte de los intercambios, al menos 20 editoriales francesas publicarán 34 novedades traducidas de los autores que asisten al encuentro que cuenta con la participación de Claude Fell, quien fue amigo y colaborador de Octavio Paz y quien conoce la literatura mexicana y quien estuvo a cargo de la selección de autores, entre los que podría no estar Juan Villoro, pues tiene problemas de agenda.
-
La organización del Salón del Libro de París está a cargo de la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y fue la razón por la que Vicente Herrasti renunció a su cargo como director de la DGP a principios de este año, pues le quitaron a él la planeación.
-
Nombres de los 44 autores que viajarán a París:
  • Homero Ardjis
  • Héctor Aguilar Camín
  • José Agustín
  • Mario Bellatín
  • Carmen Boullosa
  • Gonzalo Celorio
  • Elsa Cross
  • Breseida Cuevas
  • Fernando del Paso
  • Alvaro Enrigue
  • Ximena Escalante
  • Guillermo Fadanelli
  • Carlos Fuentes
  • Vilma Fuentes
  • Ana García Bergua
  • Margo Glantz
  • Sergio González Rodríguez
  • Mario González
  • Vicente Leñero
  • Pura López Colomé
  • Alain-Paul Mallard
  • Héctor Manjarrez
  • Ángeles Mastretta
  • Fabrizio Mejía Madrid
  • Carlos Monsiváis
  • Carlos Montemayor
  • Fabio Morábito
  • Guadalupe Nettel
  • Ignacio Padilla
  • Sergio Pitol
  • Elena Poniatowska
  • Juan Gregorio Regino
  • Daniel Sada
  • Alberto Ruy Sánchez
  • Jaime Alfonso Sandoval
  • Enrique Serna
  • Tomás Segovia
  • Martín Solares
  • Jordi Soler
  • Paco Ignacio Taibo II
  • David Toscana
  • Alvaro Uribe
  • Juan Vlloro
  • Jorge Volpi