viernes, junio 02, 2006

Pequeña resignación.

Me persigue un fantasma
que adolece todo mi cuerpo,
llenándolo de enorme melancolía.

Mi cerebro se vuelve un museo
y mi cuerpo la ruina que lo envuelve.

A lo lejos la protectora
aparece como posible restauradora
y vigía de mis cimientos.

Cambiar la colección de imágenes,
resulta difícil cuando un maquiavélico amor
se encuentra como la prohibición
ante la posible mi posible fuga.

A veces no queda más que resignación
y conformarse con ser la huella ejemplar
para aquellos amantes ocasionales
que buscan refugio en la inexistencia.
  

jueves, junio 01, 2006

Anulación de la tercera persona del plural.

I
Son ya cinco años
y tu recuerdo se ha impostado
en mi vida, no logré impedirlo.

II
Tus ojos son rojas flamas
que queman en lo profundo
de mi imperfecto ser
cuando pides espera
mientras miras a mi ojos.

III
Quisiera que no existieras
y dejarás de ser el fantasma de mis días,
la sombra de mis noches
y el insomnio que me persigue.

IV
Mujeres pasan por mi vida,
pero ninguna ha logrado
borrarte de raíz,
inmune ante los besos de amor,
dominante de las promesas inciertas.

V
Inexistente en verbo,
sustantivo presente.

VI
Tantos versos que hacen el amor,
ocasiones rápidas de toqueteo,
ahora alojadas en el imaginario personal.

VII
Son ya cinco años
y navegas a la deriva
en busca del algún pairo,
siempre aseguras, ese eres tú.

VII
A lo largo del tiempo
hemos sido una eterna conjugación
de yo y tú, anulando a la
primera persona del plural.