miércoles, octubre 19, 2005

Entre blog´s te verás

Entre blog´s te verás.

Tarde sabor guayaba, sentado a la deriva de una computadora, remando contra virus en un mar de blog´s literarios y otros mundanos. La eterna distracción me separa de la aquella mujer hecha del mismo color de la tierra. Un pequeño desliz. Un inframundo de equivocaciones del teclado, hicieron un choque de placas tectónicas en mi mundo.
No puedo escribir sobre otra cosa. La ficción sólo aparece para acompañar a la realidad en mis textos. No oculto nada, los vivos me generan cualquier cosa menos miedo. Además no conocen mi vida, para saber cuanta ficción existe en la realidad.
Se ha caído un montón de edificios en un parte del mundo, mientras a escasos kilómetros de mi computadora se ha inundado el sureste de México y el norte de la Sierra poblana. La noticia del mundo: la naturaleza se venga con el ser humano. Idiotas, nosotros nos provocamos tales desgracias. La naturaleza no se venga, habla.
Una frase: en un día del hombre están los días del tiempo, de Palou García.
Los días del hombre se volvieron de kilómetros de basura, de metros de inconciencia social, de abuso de la naturaleza, de sentirse todos poderosos. Importaba más la comodidad inmediata que aquella de largo plazo. Ahora se preguntan ¿por qué a mí?
Talvez los directores de todas las religiones se han equivocado, en lugar de hacer templos de roca, tenían que hacer de los ríos, mares y montañas un templo. Finalmente, Dios es el innombrable. Pero su ambición pudo más, su demostración de poder sobresalió y construyeron mares de rocas, encima de templos que adoraban a la naturaleza, cuyos dioses eran parte de la madre naturaleza, los cambiaron por personajes de hueso y carne y los multiplicaron, un santo para cada profesión, para cada nombre y para aquel sin profesión ni nombre.
Noche que sabe a letras abstractas, vagan para cobrar vida. Soy un demonio que es impulsado por artistas, amigos artistas. La amistad es el arte de hacer la soledad menos notoria. Pero también por la rústica forma de querer expresar, fue el impulso de estás líneas. Tuve algo que decir y lo dije, es el deber de todo escritor.
El pasillo donde escribo se inundo de letras, en mi cuarto camina un lagarto y una víbora de río se enreda por los ganchos de mi ropa. Sigue lloviendo sobre seco. El lodo ha cubierto las cuevas del homo-videns.  

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