Desde
que leí Tesauro de Karen Villeda
afirmé que ella era capaz de crear su propio universo poético. Con Dodo (Tierra adentro, 2014) se confirma
todo.
Dodo es un
homenaje a aquellas historias que mantuvieron entretenidos a un sinfín de
generaciones: Robinson Crusoe de
Daniel Defoe y La isla del tesoro de
Robert Louis Stevenson; así como a la poesía épica y a las canciones
infantiles.
Karen Villeda
entrega un poemario fresco -dentro de todo el mapa poético- que representa un
retorno a viejas tradiciones, pero también asume riesgos: hacer poesía a la
antigua, donde la experimentación recaiga en la generación de un estilo y
estética propia y no en la repetición de fórmulas generacionales.
El atino de
Karen Villeda consiste en la capacidad de mezclar lo épico con sus inquietudes
principales: la experimentación poética con el lenguaje y la generación de un
universo simbólico, cuyas herencias
descansan en los símbolos que desde niños arrastramos, y Karen -a través de la
poesía- decide resignificarlos y actualizarlos para ponerlos a dialogar con su generación,
que también es la mía. Donde la unidad poética lo es todo y donde la palabra
recupera su papel protagónico, por encima de las formas.
Dodo hizo a Karen
Villeda merecedora del Premio Nacional de Poesía Joven Elías Nandino 2013.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario