domingo, diciembre 14, 2008

Un fragmento, uno.

Telaraña
-
Dios era una telaraña. Arrasada, no queda trazo, ni el más sutil, que nos sostenga. Se dispersaron los prójimos. Y todos sabemos cuán fútil es amarse a uno mismo.
-
El jardín devastado. Jorge Volpi.

No hay comentarios.: