Después
de un breve descanso laboral -que me sirvió para avanzar en lecturas y en mi
tesis- he regresado al trabajo. Las cosas ahí funcionan con la normalidad de siempre.
Pocas sorpresas tuvo este día, por no decir ninguna. La visita de mi amiga
Montse, quien viene regresando de su viaje por tierras europeas, fue una agradable
sorpresa. La otra, quizá la más emotiva, fue el re-encuentro con mis exalumnos
del Instituto Covadonga, ya pasaran a Universidad y estaban tomándose fotos
cerca de mi trabajo, para tener un recuerdo generacional. Sin querer fui parte
de esas fotos. Extraña y bonita coincidencia.
La
conversación electrónica con Dulce ha sido, nuevamente, accidentada. Nuestras
conexiones estuvieron fallando mucho. Aun así
platicar con ella, aunque cansados, es algo que me llena el día. Siempre
es reconfortante saber de ella y de su estancia en USA.
Mi
lectura de la nueva novela de Felipe Soto: Conspiración
de las cosas, está siendo lenta. La forma en que maneja sus personajes, su
atmósfera, me parece agradable y directa. Es un narrador muy hábil.
A
veces, cuando Dulce me preguntaba qué leía, le explicaba. Algunas ocasiones, le
platicaba sin que existiera pregunta alguna. Extraño hacerlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario