martes, noviembre 29, 2011

Hasta siempre, querido, Daniel Sada-(Sexenio-Puebla 22/11/11)

Con motivo del reciente fallecimiento de Daniel Sada, dejo una reseña que hice de “Casi nunca”. Un pequeño y sencillo homenaje al escritor del desierto.

Casi nunca de Daniel Sada, galardonada con el Premio Herralde de Novela, es una novela por demás entretenida.

Casi nunca, narra los periplos amorosos de un agrónomo coahuilense que trabaja en Oaxaca: Demetrio Sordo, que en las primeras escenas se deja ver como un individuo que disfruta del sexo sin compromiso. Visitante frecuente de algún burdel de Oaxaca donde conocerá a Mireya con la cual poco a poco, o después de muchos “meter, sacar; meter, sacar”, pasando por encima de un aumento constante en la renta de Mireya por parte de la madrota, se irá enamorando irremediablemente. Al mismo tiempo que Demetrio juega al asunto de “meter, sacar” con Mireya, tiene que emprender un viaje a Coahuila para ver a su madre Telma, con quien asistirá a una boda en Sacramento -poblado donde vive Zulema, prima de Demetrio, quien tiene intenciones de presentarle a alguna jovencita con la cual se pueda entender y así buscar un casamiento-. Aquí es donde hace acto de aparición Renata, con la que aceptará sin más ni menos comenzar un compromiso amoroso. Iniciando así el verdadero periplo amoroso de Demetrio, un cuasi triángulo amoroso, más bien sexoso. Por un lado Mireya lo sigue recibiendo con las piernas bien abiertas, pero planeando algún día muy próximo huir del burdel, para refugiarse en los brazos de Demetrio. Mientras que del otro lado está Renata, una mujer decente, de buenas costumbres que ha prometido esperar a Demetrio el tiempo que sea necesario para unirse en matrimonio y ahora sí darle vuelo a la hilacha y jugar a “meter, sacar; meter sacar” con él; en vía de mientras deberá conformarse con tan sólo tomarle la mano cuando nadie los ve. Es preciso aclarar que la situación con Renata es terrorífica, pues ella vive en Sacramento y Demetrio sigue en Oaxaca trabajando, de vez en cuando le dan una semana de vacaciones, la cual utilizará para ir a verla, dicho viaje dura 3 días, razón por la cual sólo puede disfrutar de un día para lograr tomarle la mano a Renata. Pasado el tiempo, el sexo con Mireya empieza a ser incomodo, pues ya tiene brisas de incluir un compromiso: el de huir del burdel para refugiarse en alguna casa decente en brazos de su amado Demetrio, a quien le agenciará un hijo. Huyen juntos con todos los ahorros de Demetrio, sin embargo en alguna parte del camino éste huye. Viaja a Sacramento donde trabajará hasta hartarse de atender unos ranchos y desesperarse de no poder formalizar un casamiento con Renata. A Demetrio le urge jugar al “meter, sacar; meter, sacar”. Hasta que un día, harto de nada, se anima a darle un beso en la mano a Renata con riesgo de perderla.

Pocos escritores como Daniel Sada pueden presumir de tener un estilo perfectamente definido. Siempre recurriendo a una voz que nos cuenta todo -casi de forma imperativa-, que nos va diciendo cómo pasan las cosas, al mismo tiempo que le agrega un poco de humor sarcástico. Con base en estructuras complicadas, debido a su puntuación, Sada lleva a sus lectores por donde quiere y como quiere, a través de un narrador que no teme jugar con el lenguaje y con los personajes.

Una novela que divertirá a cualquiera y que se basa -un poco- en la historia de cómo es que se conocieron sus padres.

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