sábado, junio 14, 2008

Una manera extraña de perder el tiempo productivamente, escribiendo.

Mantener un blog no es cosa sencilla, ya me lo había dicho alguna vez Pedro Ángel Palou. Y vaya que es cierto. Subir textos de autoría propia no es tarea fácil. No siempre se tiene la disciplina o el tiempo suficiente. Aunque también la necesidad y las ganas de aprovechar para vivir las pocas oportunidades que nos otorga nuestra existencia son un motivo de absoluta distracción. Quizá en una de esas encuentre uno la oportunidad de obtener el material suficiente para crear la novela deseada, el poema o el cuento anhelados.
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El asunto de tener un blog, dicen algunos, tiene que ver con una necesidad de expresión (muy cierto), pero también es un monumento al Narciso, nada lejano de lo posible. Pero yo prefiero irme por la idea que alguna vez el mismo Pedro me expreso: es la necesidad de alcanzar una omnipresencia. Un ejercicio por demás narrativo-existencial que nos hace sentir lo que un Dios siente. Uno al escribir ya novelas, cuentos, poemas o blog se vuelve creador de vidas y mundos. Dios creó al mundo, según reza el Antiguo Testamento, en 7 días. He ahí la desventaja, un escritor puede tardarse en crear el texto esperado 7 semanas, 7 meses, 7 años, etc. Lo que carnaliza al escritor y lo aleja de una posible divinidad. Sin embargo, la posibilidad de alcanzar la divinidad terrenal es la que mantiene a tantos escribiendo novelas, cuentos o poemas. Aunque claro, también es motivo de grandes ausencias de expresión, pues el escritor escribe porque es lo único que sabe -o cree- hacer mejor. El escritor es el ser más tímido que pueda existir sobre la tierra.
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Posmodernidad. f. Movimiento artístico y cultural de fines del siglo XX, caracterizado por su oposición al racionalismo y por su culto predominante de las formas, el individualismo y la falta de compromiso social. (Según la RAE).
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A esa definición quizá deban agregarse una serie de características, con el fin de ampliar la definición, que en clase con el poeta Alí Calderón llegamos a encontrar:

1. Nace después de la 2da Guerra Mundial,
2. es una convivencia de visiones del mundo,
3. es el dominio de los mass-media,
4. es un absoluto desencanto del mundo,
5. existe una ruptura del eurocentrismo,
6. hay simultaneidad,
7. hay incertidumbre,
8. es excéntrico,
9. es absurdo,
10. existe una pérdida de centro y
11. está llena de contrastes
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Peco -creo- de ser posmodernista, entonces. Soy absurdo, excéntrico, estoy desencantando del mundo, no tengo un centro (aunque, algunos dicen que, narrativamente se llama Crack), considero que la televisión, el internet y demás tecnologías son algo maravilloso, sin esto me sentiría incomunicado, pero estoy consciente que causan dependencia, adicción. Además que mientras escribo esto, escucho a Filio cantando Brazos de Sol, platicó con Carmen –mi mujer morena a la que amo, que no pide nada, o casi nada, y no soy Silvio, pero da igual-, chateo con otro amiga: Jennifer Mi Felicidad Kim Cancián, que para más posmodernidad, ella, pues nació en Brasil, es de Paraguay, vive en México en estos momentos y tiene ascendencia coreana y argelina, y para acabarla de amolar me encuentro buscando imágenes de Martha Higareda.
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A mi lado tengo una novela que se anuncia como monstruosamente posmoderna, La muerte me da de Cristina Rivera Garza.
Una muestra, texto ubicado en la página 140:
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39
El abandono en que me tuvo se lo cobro caro

No quiero hablar de él.
No me interesa.
Tenía años sin verlo.
El abandono en que me tuvo, se lo cobro caro.
Imperdonable. Inconmovible. Irreversible.
Así se ha de haber portado.

No quiero hablar de mi hijo.
No quiero.

Tengo un hijo muerto. Eso es todo.
Pero ya estaba muerto desde antes.
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¿Por qué se anuncia posmoderna? No sé, pero supongo que si el posmodernismo es la simultaneidad, los contrastes y lo excéntrico, será por eso, porque esta novela es ensayo, poesía, y claro, por supuesto, una novela.
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Y bueno, ya me canse.

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