Aunque usted no lo crea

Diario Milenio-Puebla (29/11/07)

-

Como lo saben mis apreciables lectores he sido desde que tengo uso de razón, un asiduo televidente. Es por eso que la novela “El viento de la luna” de Antonio Muñoz Molina que editó Seix Barral me atrajo por todos los referentes de la cultura popular que el autor menciona en el contexto de una pequeña ciudad llamada Mágina, en Jeán.

-

Y como buen asiduo de la televisión y a las buenas novelas me acordé de aquel programa que se llamaba “Aunque usted no lo crea”, que presentaba hechos propios de héroes: hombres y mujeres que traspasan las paredes, niños que arrastran una camioneta sólo con la dentadura, jóvenes que se tragan una espada y mujeres que conviven entre panales de abejas sin que éstas les hagan daño.

-

Se me ocurre anteponer este título “Aunque usted no lo crea” a algunas de las cosas que pasan en la vida cotidiana.

-

Es así que he realizado una breve recopilación hemerográfica de lo acontecido durante el pasado Festival Internacional de Puebla (FIP), mismo que me ha dejado con un ingrato sabor a moneda de cobre en la boca.

-

“Aunque usted no lo crea” en las presentaciones de Molotov y Los Enanitos Verdes en un Zócalo que ahora tiene al losa levantada en una buena parte, se dieron cita más de (se dice) diez mil jóvenes.

-

Estoy de acuerdo que se ofrezcan este tipo de eventos que buena falta le hacen a la juventud, pero sin la vigilancia adecuada se convierten en un peligro. Lo que poco se dijo es que, como decía el hermano lasallista Maurilio Barriga: post festum pestum: después de la fiesta la peste. Un acto así en el zócalo y sin la vigilancia adecuada provocó que se liaran a golpes e hicieran destrozos los presentes. ¿No había otro lugar para estos eventos que antes se llevaban a cabo en el Paseo Bravo?

-

Casi todo el programa de música fue traído directamente de un festival que tiene mucho montándose en el DF y, por primera vez en la historia, no se leyeron los cuentos ganadores de los certámenes literarios ni asistió a la entrega de los mismos el secretario de cultura.

-

Un asunto que debería tomarse en serio es el referente a la exposición de la obra que se inauguró al inicio del FIP y a la que fue invitado el embajador iraní en México Mohammad Hassan Ghadiri Abyaneh, sólo para presenciar que “El origen del mundo” es una ofensa a la religión musulmana. El embajador pidió su retiro inmediato, lo que se hizo el pasado martes porque peligraban las relaciones diplomáticas entre México y el mundo del Islam. Eso fue el FIP y ya que llevamos a la vida ordinaria este título de serie televisiva, “aunque usted no lo crea”, con todo y sus grandes pifias se mantiene en el cargo el improvisado secretario de Cultura.

-

Yo por lo pronto me dispongo a reeler “El viento de la luna”. A veces en bueno entrar en la nostalgia…