domingo, julio 23, 2006

Introspección I.

Acaso ella no existe.
Acaso la imaginé para escribirla. No es cierto. Su historia se me ido imponiendo durante los años. Pero qué absurdo, no tengo sino retazos, fragmentos dispersos de Alicia. Y una vida que es como un rompecabezas al que le faltan piezas.

Esa frase es de Pedro Ángel Palou y pertenece a su relato Pequeño museo de la melancolía, el cual fue publicado por la BUAP en 1997 dentro de la colección Letras poblanas. Pero cualquier pudo haberla escrito, o al menos, al leerla decir: por qué yo no escribí eso. A todos nos ha pasado algo así. El amor por una mujer o un hombre puede ser tan fuerte como banal, pero jamás se escaparán de provocarnos una melancolía. Amar es un triunfo momentáneo que siempre terminará en una inminente derrota. Auque amar es una excelente forma de perder. La más perfecta.
En la película española El otro lado de la cama que navega en el ámbito de la comedia-musical se puede ver y escuchar el mejor consejo en una de las escenas donde existe una conversación entre hombres en un bar y después del rompimiento de uno de ellos con su amada  la siguiente frase: una novia dura nada, pero una ex-novia te será por siempre; palabras más palabras menos, hay que admitirlo: es un certeza correcta en el terreno de más macabro de la vida de todo ser humano.
No hace mucho Sánchez Prado autor del poemario Poesía para nada, editado por Tierra Adentro a finales del año pasado, llegó a  recomendarme que me siente a definir por qué escribo para poder darle la fuerza necesaria a un poemario del cual estoy cerca de poder concluir. Él, a mi parecer, logra definirse en dos poemas Wishlist I y II. He aquí un ejemplo:

Quiero escribir poemas sin poesía
en los cuales el ritmo y la versificación sea lo de
menos.
Quiero que mi poesía sea otra vez
adolescente y egoísta,
que los cuadernos de la preparatoria
adquieran estatuto estético
y que mis aliteraciones baratas sean apreciadas por
el mundo.
Quiero que mi única lectora seas tú
Ma semblable, ma soeur,
Amada mía,
y que te enamores de mí
simplemente porque pretendo ser poeta.

Aquí, incluso recae la fuerza del propio titulo del poemario. No es poesía. Para nada. Sin embargo, derrama poesía con ritmo. Juega con las formas y las poses clásicas de lo que entendemos por poeta, de lo que nos han hecho entender por poeta: rebuscados, mamones, solitarios, ególatras, barrocos, incomprendidos y con un amor continental sin poder compartir. Nunca existe la adecuada. Por eso a veces el poeta y el escritor toman el atrevimiento de inventar sobre lo ya real, eso que se ha tocado, pero no permanece con nosotros. El poeta y el novelista, seres peleados, aparentemente, empero comparten el amor por lo efímero en la vida y lo eterno en la escritura.

¿Por qué escribo?

Hoy decidí sentarme a escribir,
teniendo como única arma a mi soledad
y de consejera a la radio que en el fondo
sonaba el Quien fuera de Silvio.

Por fin una conclusión en la hoja escribí:

ya derrame versos ínfimos, evocándote.
Es suficiente, nuestro amor fue cosa de un sueño.
Los sueños inenarrables nos hacen caminar
por laberintos sin salida.
Sólo una bala pondría fin a esta pesadilla
de escribir versos a un fantasma decembrino
que osa en robarme las noches y perderme los días.

Pero soy demasiado cobarde,
para buscar un renacimiento
en la muerte.

Escribo para responder lo que el común no encuentra en la vida. Para seguir preguntando ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?, ¿quién soy y quién no soy?  Para jamás poder responder y si volver a cuestionar. Para enfrentar los demonios, aprender a vivir con ellos como se hace con el volcán o la vecina gritona. Para crear mundos alternos a los que jamás accederé porque en esta vida, la normal, no se me tiene permitido. Quizá para buscar las certezas que Palou no ha encontrado que Prado cuestiona y que muchos otros ni las vieron o si las vieron jamás fueron capaces de expresarlo y callaron. Para imaginar y amar a una sola persona que se vuelve en una amalgama de toda nuestra vida y al final es sólo un espejo de nosotros mismos, es una comunicación entre nosotros con uno y de uno con el mundo.
Escribir es la soledad más acompañada jamás comprendida por otrora.
Y mañana seguramente me arrepentiré de esto. Cambiaré de idea. Me retractaré. Regresaré para después morir sin saber la respuesta.  



      

3 comentarios:

CadávEr Muerto dijo...

Y le dije a ella: "Poesía soy yo, carajo, qué no me ves la cara de soneto". Y me regaló una cachetada bonita. Y bueno, sigo soltero y abandonao, jejeje. Saludos. Es bueno encontrar un blog como el suyo y que se tome la molestia (sospecho más que nada, placer) de un análisis como éste. Stay Crack.

alejandra dijo...

así es esto, así me la paso haciendome preguntas sin respuesta, escribiendo..


que tengas buena semana y nos vemos el 30 en la marcha!!! =)

Bernardo Araujo dijo...

saludos desde zacatecas, soy un nuevo lector de este sitio como de muchos otros, intresantes tus entradas, por cierto tengo mis reservas sobre esta onda de la poesía sin poesía sin ritmo y sin versificación, aunque nadie duda de que el poema se logra... sobres, chido...