martes, septiembre 01, 2009

Reencarnación

Diario Milenio-México (01/09/09)
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Se había visto a sí misma a su lado al pasar frente a los espejos del recibidor: era una pareja triste.
Los espejos de los recibidores son con frecuencia espejos biselados.
La aflicción estaba y no en las prendas de vestir: un vestido azul cielo de corte recto sobre el cuerpo de ella y un traje de un gris muy claro sobre el cuerpo de él.
La aflicción se oía en el repiqueteo del tacón sobre el piso de mármol.
La aflicción es una cuestión de exceso de orden.
¿Es la aflicción lo mismo que el desconsuelo?
Seguramente ella se habría preguntado eso antes.
No sé qué pudo haberse preguntado él.
Si en lugar de haber llegado a una fiesta se hubieran quedado a solas en su casa sin duda alguna habrían llorado.
Sin duda alguna: esa frase me espanta.
Cabe la posibilidad de que el hombre y la mujer habrían guardado silencio en habitaciones distintas de la misma casa.
Las casas grandes se acomodan a la soledad de sus habitantes.
Una oración completa es como una habitación donde una mujer o un hombre lloran sin notarlo.
La tristeza con frecuencia se expresa a través del llanto.
Es también común que la tristeza resulte inexpresable.
¿Es lo mismo la tristeza que la aflicción?
El hombre no habría podido creer que ella repitiera las palabras de una adivinadora.
La mujer le había explicado ya la diferencia entre una adivinanza y una reencarnación.
Hay algo que va a ser dicho.
El hombre habría preferido que ella fuera sonámbula.
Si ella hubiera sido sonámbula, él habría podido salvarla del precipicio.
Las sonámbulas suelen vestir largos vestidos de color blanco.
Tú hablas dormido, le había asegurado con algo de rabia.
Afligir es un verbo que viene del latín affligere.
Afligir hace referencia tanto al sufrimiento físico como a la pesadumbre moral.
Quiero que me cambien mis percepciones, había pedido.
Los que detentan el poder utilizan gran parte de su tiempo en vigilar que el hombre o la mujer sea reproducido convenientemente.
Alguien había puesto a funcionar un viejo aparato de música cerca de ahí.
El hombre no podría creer que la mujer le asegurara que la reencarnación es un camino de regreso.
El hombre no podría creer que su tristeza, que su aflicción, ese sufrimiento físico y esa pesadumbre moral, se transmitiera a través de las palabras que pronunciaba al estar dormido.
Nadie tiene idea de quién fue el primer hombre afligido de la tierra, eso es cierto.
Estupefacto puede ser un adjetivo o un sustantivo.
Mientras platicaban alrededor de la pequeña mesa redonda del jardín de atrás, un ventanal se había partido en dos.
El ruido del cristal cuando se rompe.
Tuvimos un hijo y, a los dos años, murió.
El espectador viene a ver cómo se gasta el actor.
Una pareja pasa apresurada enfrente de los espejos biselados de un recibidor.
Si tuviera que precisar, diría que todo esto ocurre en 1947.
Un espectáculo es una duración.
Hay alguien que calla y alguien que habla mientras una música peculiar entra por el ventanal roto que da a un amplio jardín.
Una mujer lleva a un niño en los brazos, contra su pecho, dentro de un avión.
Excepto por la vigilancia en los aeropuertos, el avión es un rápido medio de transporte.
En 1947 la vigilancia en los aeropuertos era menor.
El hombre no habría podido creer que la mujer hubiera llevado a un niño muerto entre los brazos.
La aflicción es un gasto del cuerpo.
Lo que ha sido dicho resulta materialmente imborrable.
El lenguaje es así.
Ella habría insistido en que una adivinanza es distinta a una reencarnación.
Las personas usualmente no lloran en sus casas sino en un panteón.
Algunos cementerios se han transformado con el tiempo en atracciones turísticas.
¡El actor es un muerto que habla, es un difunto el que se me parece!
La muerte es con frecuencia un error y es también algo inevitable.
Los sucesos imperdonables detienen el pasar del tiempo.
El crimen es un lugar al que hay que regresar.
El lenguaje es así.
Lo mismo puede ser dicho de la muerte accidental.
Ella le habría asegurado que no tuvo culpa alguna en el deceso del infante.
Si ella hubiera sido una sonámbula, él habría podido empujarla desde el precipicio.
Convertirse en un asesino o en una asesina es una tarea relativamente fácil.
Tú hablas dormido, había insistido con la misma rabia.
Prefiero la palabra ira a la palabra rabia.
En un momento dado, el hombre habría sido capaz de ver el cuerpo del niño entre los brazos de la mujer.
Algunas veces es necesario beber un buen cognac.
Ojalá dejen de considerar su cuerpo como si fuese un telégrafo inteligente.
Como está lleno de orificios, por el cuerpo pasan demasiadas cosas.
Las lágrimas no son un signo de algo más.
La aflicción, en todo caso, es muy parecida al desconsuelo.
La pareja que camina enfrente de los espejos biselados del recibidor tiene prisa por volver atrás.
¿Existió, alguna vez, un mundo sin pesar?
Los jardines cuidados con esmero da la apariencia de estar cerrados.
Hay una mujer en el proceso de abrir los brazos.
Que alguien profiera las palabras: te lo traje de regreso.
El abrazo suele ser tomado como un signo de bienvenida o de paz.

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