viernes, agosto 29, 2008

-El lapsus brutus de Rosendo Huesca, en el caso de Severiano Hernández(Diario “El Columnista” de Puebla- 29/08/08)

El escándalo más reciente bajo el cual se ha visto envuelta la iglesia católica poblana, en manos del arzobispo (nótense las minúsculas al propósito) Rosendo Huesca Pacheco tiene que ver con el acto de imputarle los cargos de pederastia, exorcismo y santería al padre Severiano Hernández Méndez, quien hasta hace unas horas se desempeñaba como sacerdote de San Salvador Atoyatempan.
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Lo que causa asombro es la incapacidad y falta de criterio que tiene nuestro arzobispo. Ineptitud sería la palabra más correcta para adjetivar. Mientras al sacerdote Nicolás Aguilar Rivera, a quien sí se le comprobó el delito de pederastia, se le perdonó y sigue ejerciendo su sacerdocio. Severiano Hernández hace unas horas fue destituido de dicho pueblo. Aquí la contradicción es que cerca de 6 mil personas de ese mismo pueblo están dispuestas a protestar para exigir se le regrese a dicho pueblo, en palabras de Ángeles González, entrevistado en este medio el pasado miércoles. Luego las notas este jueves han manejado que la bronca es índole política.
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Citó a Selene Ríos, reportera de Cambio:
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"A decir del presidente del Consejo Parroquiano, el problema de Severiano Méndez —hoy instalado con su familia en la capital poblana— surgió en un retiro llevado a cabo a mediados de julio dirigido por el presbítero Victoriano Ramírez, quien en pleno sermón pidió orar por los políticos que están pugnando por la ley del aborto y de la eutanasia. Incluso en una de las cartas a favor de Severiano se establece: “Lo que queremos manifestarle es que solamente participaron dos matrimonios de los manifestantes en dicho retiro. A nuestro parecer el problema no ha sido lo que argumenta, sino que al finalizar el retiro, el predicador pidió a los asistentes orar por el partido que está promoviendo el aborto y la eutanasia.” Dicha postura política generó molestia entre los perredistas de la región, asegura Élfego Galindo, por lo que días después expresaron ante la Catedral del municipio que la familia de un joven enfermo de epilepsia argumentó que la culpa era del sacerdote.
Élfego Galindo aseguró que Severiano Hernández jamás hizo un acto de exorcismo en la comunidad, porque en esa región “no se presentan ese tipo de problemas”, además de que el padre carece de autorización de Rosendo Huesca para tales situaciones".
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Más adelante cita la misma Selene:
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"Al menos media docena de cartas y más de 300 firmas recabó la Comunidad Parroquial para exigirle a Rosendo Huesca la restitución del sacerdote. Una de las cartas firmada por la Comunidad Parroquial y que le fue remitida a Huesca ayer mismo dice: “No nos corresponde a nosotros juzgar a nadie, lo único que pedimos a su señoría es que vea el trasfondo que persigue este grupo de personas (…) asesorados por Antonio Herrera, excandidato del PRD a diputado por Tepexi. “Respecto a las a acusaciones que versan el grupo de personas que se han manifestado, es mentira que nuestro párroco sea pederasta, divulgador de pecados, satánico y exorcista (…)” Y dicen más. Los religiosos de Atoyatempan lanzan una queja contra la Arquidiócesis: “Lamentamos que nuestro vicario general no nos hubiera escuchado, ya que la versión que obtuvo por parte de las personas que llegaron a manifestarle le dio crédito a ellos y a nosotros no nos dejó manifestar la nuestra. Quiera Dios nuestro señor reconsidere su decisión y nos conceda la restitución de nuestro párroco".
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Con esas citas bastan para darse cuenta de que Rosendo Huesca está pasando por un lapsus brutus tremendo, mientras un sacerdote ha sido destituido por “supuesta pederastia, exorcismo, magia negra”, otro sacerdote y hay que nombrarlo: Nicolás Aguilar Rivera, sigue caminando como si nada, a pesar de que él sí tiene cargos imputados.
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¡Qué pena es ver la incapacidad de una persona que se supone representa de forma recta a la iglesia católica poblana!
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Para rematar, el que esto suscribe es un liberal declarado, se ha alejado de las prácticas religiosas. Sin duda, ahora la iglesia imita las prácticas gubernamentales y ha obtenido su chivo expiatorio para calmar las aguas y él, Rosendo Huesca, irse en paz. ¿Podrá estar en paz ante tal atropello?
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Algo que siempre me ha caracterizado es salir en defensa de las personas que son cercanas a mi vida. Severiano Hernández es un sacerdote por el cual acepté hacer la primera comunión, desde los diez años, yo estaba desencantado de la iglesia, pero él siempre sabía cómo hacer a un creyente entrar en razón. Ahora la iglesia, desde mi perspectiva, le ha dado la espalda.
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Y como en el futbol, ante la duda, no se marca la falta. Aquí hay duda, incertidumbre y la falta se marcó sin llevar el asunto a un análisis extenso. Severiano Hernández es acusado de cargos que difícilmente se van a corroborar. Pero una verdad universal es que el pueblo nunca miente, aquí son 300 contra cuántos ¿50? El pueblo, la gente del campo no es como la citadina, es limpia, no sabe mentir. Esto queda para la reflexión.

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