viernes, octubre 19, 2007

El metafórico caníbal



Milenio Diario-Puebla (18/10/07)
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Ya cuando pensaba cerrar un ciclo con el tratamiento de los temas que tienen que ver con los asesinos seriales, brinca a nivel nacional –conmociona a la sociedad, se dice en los diarios– el caso del ya bautizado por la prensa como el “Poeta caníbal”. Los primeros datos recopilados han dejado constancia que se trata de una persona de cuarenta años aproximadamente y se dice dramaturgo, periodista y poeta. Su nombre es José Luis Calva Zepeda, amante del género de terror y admirador de Anthony Hopkins en su papel de Hannibal Lecter. Zepeda es el presunto asesino de por lo menos ocho mujeres y, por las condiciones y las evidencias del caso, se convierte en el primer homicida antropófago de la ciudad de México.
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Sin duda estamos ante un caso verdaderamente de excepción: un poeta que también, en sus ratos libres y luego de impartir clases de literatura, escribía versos para sus novias ocasionales, a las que después descuartizaba, como al propio lenguaje al escribir sus versos. Eso él no lo ha dicho, porque a la policía no se le ha ocurrido preguntárselo. Es decir: lo que hacía José Luis Calva Zepeda era construir metáforas con palabras y con el cuerpo ajeno.
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Cuando la policía llegó a investigar en su morada por la denuncia de la desaparición –desde el 6 de octubre pasado– de Alejandra Galeana, de 30 años, él se tira de una ventana que da a la calle lastimándose la cabeza. Es por eso que las primeras fotografías que se dieron a conocer del metafórico y bestial caníbal poeta, lo muestran con sangre en la frente y con la mirada extraviada.
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En el programa radiofónico matutino de Carmen Aristegui, al entrevistar a la autora de Mentes asesinas el día 15 de este mes, la doctora Feggy Osttrosky-Solís, licenciada en psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México, dijo más o menos lo que ya había escrito en un capítulo del citado libro. Los asesinos seriales pueden –lo son– personas que pueden pasar como absolutamente “normales” y que aún no se sabe qué parte de la mente desencadena este tipo de violencia hacia los demás.
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Es un hecho que no leeré (si los hay, porque no tengo la mínima referencia) los poemas de José Luis Calva Zepeda. Qué gran flojera me da leer a los poetastros. Lo que consigno solamente es el hecho de que jamás se había dado quizá en México un caso semejante donde se combinen estos hechos: un poeta, dramaturgo, periodista y taxista (por lo menos eso es lo que él ha declarado a la prensa) que mata mujeres para guardar parte de su cuerpo en un clóset y la otra en su refrigerador, junto con sus Carta Blanca y otra más aderezarla con pimienta, sal y limón para degustarla quizá viendo en Canal de las Estrellas.
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Sin duda es síntoma de la enfermedad del mundo.
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¿Y cómo los poetas construyen sus metáforas? Así: de conceptos aislados. Pero una pregunta me hago: ¿Es verdaderamente un poeta José Luis Calva Zepeda, como para comenzar a trabajar en una tesis que hable de la relación entre la poesía y la mente de un asesino en serie? O es sólo un poetastro que pretendía de manera inconsciente hacer metáforas con los cuerpos… No lo sé aún. Veo en las noticias que acepta que asesinó a sus víctimas pero no acepta jamás ser un caníbal, dice que eso se le hace horripilante.

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