jueves, febrero 22, 2007

Sampedro sobre el amor

Paisajes de la memoria (22/02/07)
Estudios sobre el amor
Juan Gerardo Sampedro

Estudios sobre el amor. Hay estudios dedicados a algo tan subjetivo? Quién puede definir qué es el amor? Yo he leído algunas investigaciones sobre la experiencia de la muerte, testimonios que hablan de la angustia, de la depresión o de la ansiedad. Yo tengo la idea clavada en la cabeza de hablar algún día de la ansiedad, porque es algo tan terrible que sólo quien la experimenta sabe de qué se trata.

Afortunadamente sí hay muchos estudios que hablan del amor, habrá que estudiar a los filósofos y a los poetas de todos los tiempos. Y todos, en efecto, tienen como característica la subjetividad. El amor (no le hagan caso a las letras del Buky ni de Armando Manzanero) es un sentimiento intransferible.

Por eso ahora que estuve en la Feria Internacional de la Lectura en Tonantzintla, conseguí este título de Carlos Gurméndez, “Estudios sobre el amor”, un libro editado modestamente pero con una buena presentación por la Editorial Anthropos en 1994, en Barcelona, España.

Voy a llevar desde estas páginas para todos ustedes una pequeña parte de cuarta de forros: el autor prosigue una reflexión sobre la condición humana del amor. Se analiza la concepción subjetiva del amor al tiempo que nos lleva a una realidad cotidiana y social. El amor –se dice aquí– es un privilegio que sólo unos pocos están aptos para vivirlo. Puede ser verdad: en un mundo donde el desamor es la constante, tememos ser amados.

No puedo dejar de acordarme del referente que daba Virginia Satir cuando hablaba del miedo a ser amado. Ella decía que a los hombres y las mujeres nos cuesta tanto mostrar un poco de cariño. Pero quizá eso sea un lugar común.

El libro de Gurméndez aborda el tema desde múltiples aspectos: el amor en la vida cotidiana y como espíritu, el amor como naturaleza y como la mera subjetividad, el amor natural y la ensoñación del deseo, la pasión del amor como libertad, el amor y la muerte y la racionalización del sentimiento.

Únicamente el amor (concepto tan manoseado) nos puede dar conciencia ante la muerte. Unamuno: “Vendrá de noche cuando todo duerma,/ vendrá de noche cuando el alma enferma/ se emboce en vida/ vendrá de noche con su paso quedo,/ vendrá de noche y posará su dedo/ sobre la herida/ Vendrá la noche y su fugaz vislumbre/ volverá lumbre la fatal quejumbre.”

Y Vallejo: “Me moriré en París con aguacero,/ un día del cual tengo ya el recuerdo.”

Sí hay entonces estudios sobre el amor, aunque yo me sorprenda escribiendo de estos temas.

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