miércoles, octubre 22, 2008

“Contra los poetas”-(Columna "El Guardián del diván"-Diario “El Columnista” de Puebla- 22/10/08)

Como una crítica a las viejas e inoperantes estrategias de difusión y producción editorial, nació Tumbona Ediciones, que goza de cabal independencia en el medio editorial y se ha preocupado por reunir diversos creadores artísticos, quienes buscan hacer de la lectura una experiencia estética, a través de estrategias ingeniosas y activas por medio. Aparte de ser una editorial contestaria ante el monopolio de las grandes editoriales, ésta ha desarrollado ediciones integrales y divulgación de los géneros más desatendidos por el medio: cuento, ensayo, aforismo; de igual manera buscan rescatar aquellos libros que han ido a parar al sótano del olvido y también le dan espacio a los creadores inéditos de calidad probada que pronto le darán forma a los territorios del pensamiento y la literatura. Una editorial que quiere ser heterodoxa e irreverente. Esta editorial fue fundada por dos escritores de calidad probada, pero que el medio no ha sabido valorar del todo: Luigi Amara y Vivian Abenshushan.
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Dicha editorial tiene nueve colecciones, una de ellas y de reciente creación es Versus, dirigida por Julián Etienne y Pablo Duarte, cuya propuesta es reivindicar las pequeñas discrepancias y las opiniones insalvables que sacan de quicio, describen nuestras manías y terminan por caracterizar nuestra personalidad.
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“Contra los poetas”, número 5 de dicha colección, es un ensayo desmitificador de Witold Gombrowicz que reúne dos conferencias: la primera dictada el 28 de agosto de 1947 en Buenos Aires, Argentina en una sala del Centro Cultural Fray Mocho; la segunda denominada “Contra los poetas”, apareció publicada originalmente en 1951 dentro del suplemento polaco editado en París: Kultura en su número 10 y por último aparece una “Coda”, conferencia que fuera dictada en francés el 22 de julio de 1969.

Libro que llevara al lector, de una manera muy amena, sencilla y profunda, a sumergirse en una crítica a los viejos vicios que han adquirido los poetas que escriben “poesía pura”. Aquí uno se encontrará con las siguientes frases, que aspiran a verdades absolutas: “El escritor no es un profesional. Para escribir hay que tener personalidad y un grado superior de espiritualidad”.

Texto que critica al poeta y al escritor que por pura pose dice ser maduro y reconocido, él prefiere al que se presenta como candidato a artista: “¿Y los poetas? ¿Pasan la prueba sus poemas cuando caen en manos del enemigo y no de un amigo-poeta, sino en manos de un no-poeta? Como cualquier otra forma de expresión, un poema debería ser concebido y realizado de manera que no deshonrara a su propio creador, aun en el caso de no gustar a nadie. Es más, es preciso que el poema no deshonre al creador ni siquiera cuando a él mismo no le guste. Porque ningún poeta es exclusivamente poeta, y en cada poeta vive un no-poeta que no canta y a quien no le gusta el canto; ser hombre es algo más vasto que ser poeta”. Gombrowicz ataca a aquel poeta o escritor que adopta la actitud de pensar que su palabra tiene un significado decisivo para el mundo y que se entrega a la fe de su Misión Poética, lanzando anatemas y que exclamando se agita en el vacío, pero dice que lo grave es que jamás tendrá la capacidad para reconocer ante sí que no consigue expresarse de manera libre y natural, debido a las herencias de otros poetas que carga dentro de sí; por ende aburre.
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Libro que a muchos hará reflexionar y al lector divertirá.

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