jueves, abril 12, 2007

Montiel sigue con sus puterías!!!!! Valiente Secretario de Cultura!!!

Diario Cambio de Puebla (12/04/07)
La quinta columna
Mario Alberto Mejía

Notas Desde la Hamaca.
Empiezo por ofrecer disculpas a los lectores de Cambio.Hace unos días anuncié mi retiro de la empresa de Alberto Ventosa Coghlan, pero no dije ni una palabra más acerca de mi nuevo puerto.Lo hago ahora parcialmente.En las semanas que vienen pasaré a dirigir un nuevo periódico poblano.Actualmente estamos en el proceso de reclutar al personal que participará cotidianamente.En los últimos días han corrido diversas versiones acerca de los posibles inversionistasPor así convenirles a ellos, me reservo sus nombres.El lunes próximo publicaré la que será mi última columna en Cambio.Empieza, ahora sí, la ceremonia de los adioses.

Simpatía por el diablo. Todo discurso es una elección y toda elección es un discurso. Por ello, cuando Alejandro Montiel optó por rendir homenaje verbal, el pasado 12 de marzo en Ciudad Serdán, al máximo paradigma mexicano del político inmoral, corrupto y homicida no sólo se definió a sí mismo por medio de sus declaraciones admirativas, sino que además desechó cualquier posible interlocución con los sectores y capas sociales que humilló el ex presidente Gustavo Díaz Ordaz: los universitarios, los intelectuales, los artistas, los sectores democráticos y la izquierda en su conjunto. Con su deplorable pieza oratoria, proferida con motivo del 96 aniversario del nacimiento del genocida, el secretario de Cultura decidió eliminarse a sí mismo del ámbito del dialogo cultural con los creadores. Renunció a ser la cabeza del sector cultural, porque después de sus siniestras alabanzas al presidente que ordenó al ejército disparar en contra de los estudiantes universitarios en Tlatelolco, no hay en Puebla un creador artístico, un promotor cultural, un intelectual o un académico que le tenga la mínima confianza al multicitado Montiel. Las torpes palabras del secretario corresponden más al perfil de un periodista venal, de un sindicalista mafioso o de un dinosaurio del PRI, que al de un funcionario cultural con estudios universitarios: "Ser un hombre de férrea voluntad no es sencillo, y conlleva riesgos en la toma de decisiones que, algunas veces, conducen a medidas divorciadas con los reclamos sociales. Eso precisamente hace a los personajes históricamente atrayentes, y ése es el caso de este hombre oriundo de Ciudad Serdán".Fue un acto políticamente innecesario tal rendición de admiración, tal exhibición impúdica de su prosa rudimentaria, de incompetencia gramatical y de vulgaridad de estilo: "Ser un hombre de férrea voluntad no es sencillo, y conlleva riesgos en la toma de decisiones que, algunas veces, conducen a medidas divorciadas con los reclamos sociales”. ¡Qué pifia! ¿Cómo es posible que alguien escriba y diga tales necedades? Sólo la mente de un cínico puede concebir tales frases., a tal grado que uno no sabe si esa sarta de elogios insostenibles y de disparates fue obra de la maligna falta de respeto por la memoria de los asesinados por Díaz Ordaz o de la simple tontería.

Trasplante de sesos. Por la gravedad de la provocación era de esperarse la reacción de los universitarios a las habladas derechistas de Montiel. Por ello fue casi natural que el pasado lunes 26 de marzo un grupo de jóvenes estudiantes de la BUAP realizara en la Casa Albisúa, la sede de la oficina del secretario, un performance titulado La cultura contra Montiel para protestar contra el homenaje al genocida Díaz Ordaz. Al grito de “Dos de octubre no se olvida” los universitarios se acostaron en el piso evocando a los caídos en Tlatelolco, encendieron veladoras y depositaron en el centro del patio un cerebro de cerdo como ofrenda al titular de la dependencia.Además, le dejaron con una secretaria, porque el señor no estaba, como siempre, un libro con un moño blanco: La noche de Tlatelolco de Poniatowska. Han pasado ya varios días y Montiel, fiel a sus malos modos, no ha dado explicación alguna ni sobre su discurso del 12 ni sobre los hechos del 26 de marzo. De ese tamaño es su arrogancia y el desprecio que le inspiran los ciudadanos. Hay que decir que sobre este affaire han escrito, hasta ahora, Alfonso Yañez (Síntesis), Martín Hernández (La Jornada de Oriente), Cristina Aguirre (El Heraldo), Edmundo Velázquez (Cambio) y José Mendieta (Síntesis). Como puede verse no es un asunto menor, y menos aún si consideramos que estamos en la víspera electoral. Ni es menor ni ha terminado el asunto.Quién iba a imaginar que un egresado de la BUAP -que es un supuesto especialista en historia, en literatura mexicana, en la obra de Carlos de Sigüenza, y lector permanente de la obra semiótica de Umberto Eco- resultara ser un pequeño matraquero de tiranos. El destino, y de qué manera, terminó por alcanzarlo.Cuando estas líneas ya estaban escritas el quintacolumnista se enteró desde su hamaca que Montiel-Díaz Ordaz busca dar un nuevo golpe en contra de la inteligencia poblana. Cito la nota del reportero Juan Pablo Proal publicada ayer en e-consulta: “De forma intempestiva y fuera del horario laboral, el secretario de Cultura del estado, Alejandro Montiel Bonilla, exigió al director de Literatura, Ediciones y Bibliotecas de dicha dependencia, Roberto Martínez Garcilazo, abandonar las instalaciones de la Casa del Escritor –que están a su cargo— además de solicitarle la intensificación de la difusión cultural al interior de Puebla, sin ofrecer un aumento de presupuesto.“En una carta fechada a las 16:34 horas del martes pasado, Montiel Bonilla insta a Martínez Garcilazo a mudarse a la Galería de Arte Contemporáneo y le pide iniciar un nuevo proyecto: ‘la coordinación de ferias del libro, lecturas públicas y talleres en el interior del estado’, sin ofrecer capital económico agregado.“La exigencia del secretario de Cultura fue interpretada por el escritor Roberto Martínez Garcilazo como una clara evidencia de que Montiel Bonilla pretende marginarlo debido a ‘intereses personales’. “En entrevista, calificó la rúbrica de ‘una inexplicable voluntad hostil en mi contra’. El funcionario, con nueve años de trayectoria en la función pública, reviró: “Miro con gran desconfianza su petición, es evidente que hay una voluntad de marginación contra mi”.“La solicitud de Montiel Bonilla fue presentada más de media hora después de que concluyó la jornada burocrática. En ella, le exige un vuelco en la política cultural que sólo explica en tres párrafos.” Sé que Roberto no se ha salido de su oficina.¿Se atreverá Montiel a ser ese “hombre de férrea voluntad” que fue Díaz Ordaz y a tomar decisiones “que, algunas veces, conducen a medidas divorciadas con los reclamos sociales”.¿Se atreverá a ser tan atrayente o atractivo como lo es para él el ex presidente genocida?Si Montiel sucumbe a su nuevo alter ego no le extrañe al lector que Martínez Garcilazo sea expulsado de sus oficinas con toda la fuerza del estado

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Diario Cambio de Puebla (12/04/07)
Planea Montiel despido de Roberto Martínez Garcilazo
Exige que desaloje la dirección de la Casa del Escritor

Edmundo Velázquez


Desde su llegada como titular de la Secretaría de Cultura, Alejando Montiel Bonilla ha provocado la salida de ocho directores y otros cambios administrativos más. Desde el martes pasado, el director de la Casa del Escritor se ve amenazado de perder también su puesto.


El secretario de Cultura, Alejandro Montiel Bonilla, pidió la salida de Roberto Martínez Garcilazo de sus instalaciones de la Casa del Escritor, oficina que dirige desde su creación.
Vía oficio, el secretario informó —fuera del horario regular de trabajo de cualquier dependencia— a Martínez Garcilazo que debía abandonar la Casa del Escritor para dedicarse ahora a promover presentaciones de autores y ferias del libro en el interior del estado, por lo que ahora le sería asignado otro espacio cerca de la Galería de Arte Contemporáneo, en la zona de San Francisco.

En entrevista, Roberto Martínez Garcilazo consideró la orden como una hostilidad más del secretario, quien desde hace meses le ha marginado de las actividades propias de su oficina, marcadas por la Ley Estatal de Cultura. Una de ellas fue asignar el área de Publicaciones, desde meses anteriores, al grupo de funcionarios cómodos para Montiel Bonilla.

Ayer, en entrevista vía telefónica, el secretario de Cultura admitió que pidió la oficina y cierta documentación al director de la Casa del Escritor, pero que no había pedido su renuncia.

El funcionario estatal se negó a dar más comentarios, y dijo desconocer el tema a pesar de que desde las 2 de la tarde el portal digital E-Consulta lo informó en la nota titulada “Fragua Montiel despido de Garcilazo”, firmada por el reportero Juan Pablo Proal.
Al ser cuestionado debido a la nota y la nueva acción administrativa emprendida y ordenada desde su despacho, Montiel titubeó, y de manera nerviosa entabló el siguiente diálogo con el reportero:

—Señor, se publica que ha exigido la salida de Martínez Garcilazo de sus instalaciones en la Casa del Escritor…
—No, no he visto la nota. Déjame revisarla y mañana nos comunicamos para hablar del tema.
—Pues le adelanto, se maneja que usted envió un oficio y exigió la salida de su oficina a Roberto Martínez Garcilazo.
—Ah, fíjate. Está interesante… No, pues no sé. Déjame checarla y platicamos…
—¿Pero por el momento ha solicitado algún movimiento de ese tipo?
—Sí. Se pidió que, bueno pues… em, entregara cierta documentación. Pero no. Eh… déjame checar la página… —Así el secretario evadió hablar del tema.


El intercambio epistolar
En el oficio SC/162/07, el secretario de Cultura comunica a Martínez Garcilazo que “tendrá que llevar a cabo presentaciones de libros publicados por la Secretaría y obras de autores poblanos y/o nacionales, cuya difusión y vinculación son de vital importancia para los lineamientos del Plan Estatal de Desarrollo”.

Esta especificación es peculiar ahora, cuando al secretario le preocupa cumplir con el Plan Estatal de Desarrollo pero no atiende los más básicos lineamientos del la Ley Estatal de Cultura.

El secretario continúa así con los nuevos encargos para Martínez Garcilazo:

“La coordinación de ferias del libro, lecturas públicas y talleres al interior del estado, debido a que es necesario darle un impuso a los distintos espacios culturales para que sea desde ahí como se continúe con la dinámica de difusión, información e intercambio que ya existe en la Ciudad de Puebla”.

Con este párrafo, el secretario expresa su preocupación por las políticas culturales casi nulas más allá de la periferia de la capital del estado, a más de dos años de tomar el cargo.

Es entonces cuando, en su carta, pide a Martínez Garcilazo su salida de la Casa del Escritor para así ubicarse desde ayer miércoles en otro espacio.


La respuesta
En respuesta, y a la manera del secretario, el director de la Casa del Escritor responde con otro oficio más negándose abandonar su oficina. En la carta reitera que legalmente es imposible su salida del inmueble y exige una resolución cara a cara con Montiel.

“He consultado a mi abogado y a un perito en Derecho Administrativo sobre este particular, y ambos coinciden en aconsejarme lo siguiente: no debo abandonar la oficina de la Casa del Escritor sin haber realizado un proceso administrativo de entrega y recepción del archivo, del inventario, de los programas, de los sellos, de las llaves y de la relación de asuntos pendientes”, asegura el director en la misiva.

Continúa: “No acepto salir subrepticiamente de la Casa del Escritor después de tres años de trabajo. Durante los cuatro años de existencia de esta dependencia, han pasado por las aulas de la Casa del Escritor aproximadamente mil 500 alumnos, y se han realizado 348 actividades a las que han acudido 13 mil 786 personas. Me inconformo y le solicito no sólo que me haga saber las razones de su decisión, sino también que mi relevo se realice de manera legal. Por esta razón, orientado por el principio de transparencia de la res pública y para salvaguardar mi nombre, he decidido hacer pública el día de hoy esta respuesta (…) Lamento que este episodio, por decisión suya, se desahogue epistolarmente, a través de su decretal y de mi respuesta, y no cara a cara, por medio del acuerdo, como debe ser entre ciudadanos observantes de la ley y de la elemental urbanidad”.

También le hace saber su confusión ante lo que prevé como “un eventual despido”, por lo que pide a Montiel ser claro con sus comentarios públicos:

“En contra de la experimentada opinión de mi abogado (actualmente se desempeña como juez), me niego a interpretar el oficio de usted como una acción preliminar a un despido. No puedo hacerlo porque estoy confundido: en días pasados usted dijo de mí, a la prensa, que era un funcionario de buen perfil y desempeño. No obstante, si por alguna razón ha cambiado usted de opinión sobre la calidad de mi trabajo, le exhorto, respetuosamente, a hacérmelo saber cuanto antes de manera que me permita proceder en consecuencia”, finaliza la misiva.


Una agresión
Entrevistado por Cambio, Roberto Martínez Garcilazo confirmó la confrontación con el secretario. Se le preguntó sobre las actitudes hostiles que ha recibido desde que se le pidió abandonar los proyectos editoriales en el año pasado.

—¿Se siente agredido? —Se le preguntó.
—Agresión. Sí, por supuesto. Y puede constituir un peligroso antecedente el hecho de que se utilice el poder administrativo para destruir una familia por medio de la cancelación de la fuente de ingresos económicos. Eso sería muy costoso socialmente, sería imperdonable, sería fuente de discordia. Aun en contra de los datos de la experiencia, confío en que eso no ocurra. —Comentó el aún director de la Casa del Escritor.

¡Por mis pistolas!
Las bajas que ha provocado Montiel en la Secretaría de Cultura


Desde su llegada, Montiel ha impuesto su ritmo y estilo. Quien no lo ha seguido sale, sin más argumentos. A la fecha, siete directores de la dependencia han abandonado sus puestos, otros funcionarios más han sido cambiados del área en que se especializan. Así ocurrió con el caso de Edith Eunice Gil Ruiz, directora de talleres de la Casa de la Cultura.
Ella no fue despedida, pero la enviaron a una oficina inoperante en el Museo Imagina tras las constantes críticas al presupuesto. El secretario, en su caso, optó por relegarla de las actividades que cumplía a cabalidad, y congelarla, suerte que le avecina a Roberto Martínez Garcilazo.
No corrieron la misma suerte ocho directores que salieron luego de que Montiel relevó a Pedro Ángel Palou, entre ellos se encuentran:

Ricardo Vázquez. Fungía como Administrador General de la Secretaría de Cultura.Víctor Manuel Carreto Chalina. Trabajaba como jefe de Recursos Humanos.Moisés Ramos Rodríguez. Quien era director de Comunicación Social.Delia Domínguez Cuanalo. Laboraba como directora de Museos y Bienes Artísticos.Marco Rodríguez Alcaraz. Era el titular de la Cinemateca Luis Buñuel. Juan Gerardo Sampedro. Subdirector de Ediciones.Ruth Becerra. Hoy ex directora de Recursos Humanos. Mauricio Pardo. Hasta hace unos días, director del Festival Internacional de Puebla.

Inician las muestras de solidaridad
José Prats Sariol, autor quien recibió el apoyo de la Casa del Escritor a su salida de Cuba, expresó en un correo electrónico —que circuló por las redacciones de varios medios impresos— su solidaridad con Roberto Martínez Garcilazo.

A continuación el texto de Prats:
“Enterado de tu ‛expulsión’ de la Casa Refugio del Escritor (este sigue siendo su nombre oficial), no sólo me parece una acción injusta y carente de urbanidad (algo usual de parte del actual Secretario de Cultura), sino una especie de golpe final al hermoso proyecto inaugurado hace cuatro años.

“Creo que la comunidad artística e intelectual poblana, así como los que estamos vinculados al proyecto internacional de red de casas refugios para escritores perseguidos en todo el mundo, tenemos la mejor opinión acerca de ti, de tu abnegado trabajo en medio de las más precarias condiciones financieras y de apoyo institucional, de tu sensibilidad y profesionalidad.

“Si entiendes útil cualquier declaración mía que avale lo antes dicho, te ruego dispongas de tu amigo… José Prats Sariol”.

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