En la mañana cuando te vi,
ardieron en mi interior
unas locas ganas de besarte,
algo me detuvo:
eras de hueso y carne.
Me acostumbre a amar al fantasma
que me abrazaba en las noches de luna
y besaba debajo de cada balcón
cuando llovía por las tardes.
La intensidad cambio.
Me aferre tanto a tu ausencia
que se me olvido cómo amarte
cuando estamos el uno frente al otro.
10 comentarios:
Las madrugadas compartidas son cabronamente difícil de olvidar... me consta.
Saludos ausentes...gracias por tu visita a mi blog. Me latió tu poema...
Eso suele pasar... y es muy doloroso :(
Besito!!
hola pase aleerte y decirte que si es mi nombre =D
sigue escribiendo
eso ha de ser bien gacho vdd? acostumbrarte a la ilusion,digo,es bello amar una ilusion,un recuerdo,una nostalgia,pero cuando se pierde el saber amar a algo "real" pues estamos en problemas =S
me gusto alfredo!!!
saludos y pasa buenos ultimos dias de vacaciones
nos vemos la otra semana a ver como nos va en las materias
"si no has amao no has vivido, pelao" Así diría mi amigo el Piporro. Después de todo, el amor duele bonito, si no, nadie escribiría poemas como este, je. Aunque a veces ya no es lo duro, sino lo tupido. ¿O no?
Qué... cruel. Pero sucede. Cuando vivimos de recuerdos, de la idea, de la última mirada con la que nos quedamos. Cuando idealizamos, cuando... ups... mejor ahí le dejo.
Bonitos versos.
cariños
el re-inventarse es tarea rutinariamente abrumadora, pero necesaria al final de cuentas; saluods desde el blog de rosavenus.
Qué padre pensamiento... muy, muy real...
Saludos
Mira que me haces recordar a mí también ciertas cosas, ya ves que sin recuerdos somos poca cosa.
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