jueves, diciembre 08, 2005

Ironía crecíente

Entre el plomizo de la ciudad
encontré el contorno de tu ser,
ahora soy un adicto a tu figura.

En el sueño te apareces
recordándome que soy tuyo.
Me das un beso y te marchas.

Al despertar, te encuentro
en el averno de siempre,
llamado ciudad, y sólo
me miras y te vas.

La realidad nunca es dulce,
sus inicios y finales son como el agua,
una vez en tus manos en cualquier momento
se escurre y sólo unas cuantas gotas
serán el rastro, pero se evaporarán
al igual que tus pasos.

Prefiero soñar,
al menos siempre se puede volver.

No soy diurno.
Odio la realidad.
Nunca me enseñaron a vivir el presente.
Es hora poner en la perilla
de la puerta de mis sueños:
¡no me despierten, quiero seguir soñando!

1 comentario:

Sovka dijo...

ES MUY BELLO...